lunes, junio 25, 2012

Gracias, Sara

Sara Carbonero, trending topic. Que levante la mano el que se sienta sorprendido. Nadie, ¿verdad? Yo, desde luego, no lo estoy. Era más que previsible. Ocurrió hace dos años en el Mundial de Sudáfrica y tenía que suceder de nuevo en la Eurocopa de Polonia y Ucrania. Twitter ha magnificado la situación, como hace con casi todo, con lo bueno y con lo malo, pero es un tema como poco curioso. No sé qué pensara la propia Sara Carbonero de lo que ha sucedido hasta hoy, pero si de verdad es lo que ha escrito en Marca (lo que reproduce La Libreta de Van Gaal) creo que tenemos un problema de difícil solución. Una de las peores reacciones que uno puede tener ante las críticas es el síndrome de la persecución y eludir cualquier nivel de autocrítica, y eso es justo lo que demuestra la protagonista de esta historia con sus líneas.

Dice que las críticas que recibe son envidiosas y anónimas. La mía no es ninguna de las dos cosas. Y la de otras muchas personas tampoco. ¿Envidia? No, gracias. Ni la belleza ni los logros profesionales me despiertan envidia. Admiración y alegría cuando son merecidos, insatisfacción y pena cuando no lo son. Eso sí. E Internet es anónimo para quien quiera utilizarlo así, pero otros muchos tenemos una presencia clara e identificable en la Red. Meter todo en el mismo saco es un error siempre. ¿Que habrá gente que sienta envidia de Sara Carbonero? Sin duda. ¿Que algunos se escudarán en ese anonimato para lanzar barbaridades que de otro modo no dirían? Evidente. Pero eso es tan real como las críticas razonadas y justificadas a la labor y la presencia de esta periodista.

Sara Carbonero forma parte, quién sabe si quizá al principio sin quererlo, de una costumbre tan practicada a lo largo de la historia como todavía demasiado extendida en cualquier profesión en la que la imagen sirva para algo. El periodismo, sin duda, sigue teniendo ese halo de machismo y de florerismo a ambos lados de la trinchera. Por un lado, el periodista sigue hablando con machismo. El pasado fin de semana leí dos artículos. En uno hablaban de una piloto de coches. En otro, de una ministra griega. En las primeras líneas de ambos aparecía la palabra "guapa" para referirse a sus protagonistas. Y lo serán, quién soy yo para dudarlo, pero que alguien me explique en qué ayuda la belleza para desempeñar el trabajo de piloto o de ministro, sea hombre o mujer quien lo desempeñe, o qué valor tiene para destacar los logros profesionales de estas dos mujeres.

Que los medios de comunicación audiovisuales usan mujeres hermosas, siendo esa belleza el principal argumento para que trabajen en su puesto, está fuera de toda duda. ¿Decirlo es machismo? ¿O el machismo estará en utilizar ese concepto? No creo que sea machista quien lo critica, sino quien lo emplea por sistema. Machismo es que precisamente ella sea la única periodista de todos los que cubren la Eurocopa para Mediaset España que no tiene que llevar la camiseta de una marca deportiva por la que seguro hay mucho dinero sobre la mesa. Ella tiene que lucir de otra forma y por otros motivos. Y tan machista me ha parecido siempre tomar decisiones con la idea de colocar una belleza en la pantalla como acceder a ello. Conozco unas cuantas periodistas que profesionales como la copa de un pino, que son también auténticas preciosidades y que no basan su trabajo en eso o que no lo utilizan como argumento para progresar. Y conozco otras que, sin tener medidas esculturales o un rostro perfecto que no necesitan para saber de lo suyo, hacen un trabajo sencillamente excepcional.

Pero llegamos al centro de lo que tendría que ser el debate, si es que este tema en realidad merece tanto debate y tantas líneas escritas. ¿Es bueno el trabajo de Sara Carbonero? Sinceramente, no creo que el espectador pueda calificarlo así. Y antes de que alguien me califique de machista por decir eso, intento explicarme. Me es imposible saber si es buena compañera, si intenta hacer su trabajo lo mejor que sabe, si es dedicada, si cumple con las órdenes que le dan sus jefes. No la conozco. Jamás he trabajado con ella. Pero además de periodista soy espectador. Y desde ese ámbito sí puedo decir con claridad que Sara Carbonero no aporta nada útil a la retransmisión de un partido. Ella es responsable de eso, por supuesto, pero también lo son sus superiores, que han decidido darle un papel ingrato en el que el morbo es más útil que la información.

Lo que no acabo de entender es que Sara Carbonero, una persona que ha querido explotar su situación como más le ha interesado (con su puesto de trabajo, con sus anuncios, con su presencia en revistas del corazón), se sienta perseguida por una especie de Inquisición en Internet. Lo siento, pero no. Estamos en una situación en la que miles de periodistas están perdiendo su puesto de trabajo, independientemente de su categoría profesional y de sus conocimientos sobre sus ámbitos de trabajo. Incluso independientemente de su belleza, si queremos entrar en este juego de machismo. Hasta quien escribe un pequeño blog está abierto a las críticas de compañeros y espectadores. No voy a comprender nunca a quien se sitúa por encima de algo tan normal como la evaluación razonada de un trabajo, que además en este caso llega a tanta gente. O a quien equipara las burlas injustificadas con las críticas. O a quien evita la autocrítica, el mejor baremo que tenemos todos para saber si estamos haciendo las cosas bien o mal.

Siempre he sido bastante crítico con Sara Carbonero, con ella y con la situación que hay a su alrededor porque he encontrado motivos para ello. No porque fuera guapa, que eso me da igual. Pero también sentía cierta empatía con quien, de alguna manera, vive en un torbellino que no siempre busca. Con su explicación, quedan solventadas todas mis dudas. Gracias, Sara.

7 comentarios:

Doctora dijo...

Que Sara Carbonero ha llegado ha donde ha llegado por su físico es algo que no se puede negar, pero bueno, no es la primera ni será la última, al 95% de las mujeres que salen en la tele les pasa igual.
El problema es que Sara Carbonero es MUY MALA, no tiene ningún desparpajo, no sabe improvisar y después de tantos años en la tele todavía se la ve nerviosa, como si cada día fuese su primer día (por no hablar de sus conocimientos futbolísticos).
A mucha gente le dará envidia, sí, a mí me da rabia y a veces vergüenza ajena.
Ella no me caía mal, pero desde luego esa respuesta victimista me ha recordado a esta otra.

Sonix dijo...

Bueno, aunque no tengo nada más que añadir a tu entrada y al comentario de Doctora, porque estoy esencialmente de acuerdo con los dos, quería dejar constancia de que así es. A mí Sara Carbonero no me provocaría nada más que indiferencia, si no fuera porque es el máximo exponente de alguien que no está donde está por sus méritos, sino por otros motivos (ser novia de quien es, lo que sea). Pasa todo el tiempo y en todos los ámbitos, pero no por eso es más aceptable.

Desde mis coordenadas dijo...

Perdón por la intrusión.Creo que tenemos los medios que nos merecemos.Todos,individualmente tenemos el poder de hacer justicia desde casa con el mando a distancia.No me quiero enrollar mucho pero me preocupa el tema de la programación televisiva...
He publicado recientemente un comentario en mi blog,pero como siempre,estos temas nos suenan a "sermón de padre".Aquí os dejo un enlace:
diegomsica.blogspot.com/2012/06/cada-vez-pensamos-peor.html

Saludos

Anónimo dijo...

Yo voy a romper una lanza a favor de Sara Carbonero. Esta chica ha llegado a periodista ante de que fuera novia de Casillas asi que no digáis tonterías.A mi me parece una chica muy preparada y con unos conocimientos futbolísticos muy buenos

ElQuintoPuntoCardinal dijo...

Una vez más, con la claridad de tus palabras poco puedo añadir. Me gustaría destacar el comportamiento de algunos profesionales de los medios que, con sus comentarios un tanto fuera de lugar, han apoyado a Sara. Aunque para fuera de lugar, la respuesta de la periodista. Creo que en esta profesión, como en todas, hay que aceptar las críticas (cuando están realizadas con total respeto) para crecer en todos los ámbitos de la vida.

Un saludo.

El Impenitente dijo...

¿Conocimientos futbolísticos? A punto de terminar los noventa minutos en la final de Sudáfrica dijo que aquella iba a ser la primera prórroga en una final de un Mundial (66, 78, 94, 06). Marcó Torres contra Irlanda y era el primer gol de un jugador no culé en fase final desde el 2008 (Villa la temporada 2009-2010 era jugador valencianista). No es que no aporte, es que mejor que se calle. Es de vergüenza ajena. Entre ella y el Carreño (que no será guapo pero ignorante tanto o más) me obligan a quitar la voz cada partido.

Y sí, de acuerdo. Me parece bien que se haga escarnio con ella. Se ha subido en un pedestal, se cree por encima del bien y del mal y está donde está por lo que está. ¿La Inquisición? A nosotros no nos engañas.

Juan Rodríguez Millán dijo...

Doctora, coincido en todo. En la explicación y el paralelismo.

Sonix, efectivamente, nos acostumbramos a las cosas y luego cuando se critican siempre se buscan dobles intenciones. una pena.

Diego, nada de intrusión, encantado de tu visita. Es verdad, la televisión actual da para muchísimos debates que habría que tener y que demasiadas veces se esquivan.

Anónimo, para gustos los colores, ya sabes que yo respeto mucho todas las opiniones, las que están de acuerdo conmigo y las que no. Es verdad que hay una trayectoria anterior a su relación, pero ya entonces yo era crítico con ella.

Quinto Punto Cardinal, creo que eso es esencial, saber aceptar las críticas y discernir entre los insultos y los argumentos.

Impenitente, es que estoy de acuerdo contigo en todo... Yo acabo ahogando los comentarios con los míos propios, que yo hablo mucho durante los partidos, pero mucha gente quita el volumen para poner la radio. Tendrían que plantearse que eso no lo hace la gente porque sí, pero, de nuevo, falta autocrítica y sobra egocentrismo.