Francisco Franco. Alfredo Pérez Rubalcaba. Uno es un hombre peligrosísimo, asociado a incontables acciones criminales, a corruptelas sin fin, un hombre capaz por sí solo de arruinar la imagen de España, su economía y su política. El otro es un genio militar, capaz de ver lo que ni las mayores superpotencias imaginan, que logró una unidad indisoluble en torno a su figura, un hombre valeroso que si se asoció a malas compañías fue sólo porque le obligaron sus enemigos. Por lo visto, para hilar nombre y descripción hay que cambiar el orden. La primera descripción es la que están dando de Alfredo Pérez Rubalcaba un gran conjunto de periodistas de ideas, digamos, conservadoras, después de que se haya confirmado que será el candidato del PSOE a las próximas elecciones generales. La segunda descripción es la que da de Francisco Franco el nuevo Diccionario biográfico español coordinado por la Real Academia de la Historia. Sabía que el actual ejercicio del periodismo estaba podrido. Desconocía que el de la historia también, pero han venido a confirmármelo unos señores que, en teoría, son los que tienen que velar por que la historia no se cuente desde un bando.
No me voy a escandalizar por el hecho de que todavía hoy haya gente que siga escribiendo panegíricos de Franco. Tampoco me voy a asombrar de que procedan de instituciones de supuesto prestigio. Ni mucho menos me voy a rasgar las vestiduras por el hecho de que se paguen obras así con ingentes cantidades de dinero público (aprobadas con José María Aznar de presidente del Gobierno... y Esperanza Aguirre como ministra de Cultura). A todo esto estoy acostumbrado. No hay novedad. Lo que me asombra es que la Real Academia de la Historia pueda trabajar sin que nadie de los órganos oficiales que aportan dinero sepa en qué está trabajando con detalle. Me deja abrumado que se permita que el Rey lea un discurso para presentar esta obra (elogiándola, por supuesto) sin que la Casa Real conozca el contenido. Y, por encima de todo esto, me fascina ese fenómeno tan español de que nada, absolutamente nada, provoque consecuencias. Si después de más de treinta años de democracia, el hecho de que se publique un diccionario biográfico en el que se ensalza la figura del un dictador no provoca la dimisión del más alto cargo de la institución que publica esa obra, es que ya podemos perder toda esperanza. El periodismo estaba muerto. La historia está un poco más cerca de estarlo también.
Tampoco hay sorpresa en la más que virulenta reacción al nombramiento de Rubalcaba como candidato socialista a La Moncloa. Es lo esperado en una serie de personas que dicen ejercer el periodismo pero que en realidad apuestan por el proselitismo más rancio y carente de toda crítica. No estoy defendiendo a Rubalcaba, no, no me soltéis todavía los perros aquellos que compartís el pensamiento de quienes le ven como el hombre más peligroso sobre la faz de la tierra. Lo que sí estoy haciendo es pensar en los motivos de esa virulencia. Yo no creo que Rubalcaba tenga opciones reales de ganar las elecciones de 2012, y menos después de ver los resultados de los pasados comicios municipales y autonómicos. Pero la derecha mediática, esa que parece tener un poder absoluto para contaminar con su rencor y sus ideas tergiversadas, demuestra que le tiene miedo. ¿Por qué, si no, tanto insulto, tanta descalificación, tanto improperio y tanta rabia desatada? Curioso. Y si esto es lo que dicen ahora a Rubalcaba, imagináos lo que se escribirá de él en la futura edición de este Diccionario biográfico español que se publique dentro de, pongamos, 50 años. Rubalcaba, alecciona a tus herederos, que se pueden forrar con una querella...
4 comentarios:
Desde luego, la elección de Luis Suárez para la entrada es un grave error de la Academia, sobre todo teniendo en cuenta que se trata de un miembro honorífico de la Fundación Francisco Franco. Salvando las distancias (y permítaseme), sería como si la de Amedo la escribiese Rubalcaba.
Cuando Rubalcaba anunció que era candidato me alegré un montón. A lo mejor el PSOE no lo tiene todo perdido... ya se verá...
Sobre el tema de las biografías... si no hay parcialidad y se cuenta la verdad según con que prisma se mire interesará a los que la miren con ese mismo prisma. No debería de ser así, pero si lo permiten, pues nada. No me extraña que la gente viva resignada.
Besos.
Que difícil es ser objetivo en este pais. Creo que ha sido nefasto elegir a ese señor para hacer la biografía de Franco.
Creo que la cambiarán, espero. Pero la quiero con objetividad.
Rubalcaba me cae fatal y no quiero opinar. Un abrazo Lola
Petrarca, me preocupa más la elección que el resultado, obviamente. Y si se le ha elegido, es por algo.
Claire, la verdad es que demasiadas cosas nos llevan a vivir resignados, pero qué le vamos a hacer, soy cabezón (ya lo sabrás a estas alturas, je, je, je...). Sigo pensando que está perdido, pero veremos.
Lola, es difícil ser objetivo porque, en realidad, casi nadie intenta serlo. Todos parecen tener algo que ganar tomando partido. Y así nos va. La cambiarán, pero en futuras ediciones. El daño ya está hecho. Y como ya le hemos dado publicidad, pues eso...
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