martes, octubre 26, 2010

El fondo y la superficie de la política

Como viene siendo el funcionamiento habitual de la política española, conocer lo que gana María Dolores de Cospedal por su dedicación a esta antaño noble disciplina ha generado una nueva polémica. Una polémica política y mediática, pero al fin y al cabo una polémica de cortísimo recorrido que la semana que viene ya estará más que olvidada. Que la secretaria general del PP gane 241.000 euros al año es únicamente un arma arrojadiza entre los partidos políticos. Así han entendido la noticia y así la están utilizando. Que si el PSOE dice que cómo es posible que gane tanto, que si el PP responde que algunos socialistas ganan lo mismo, que si el PSOE dice que cómo es posible que gane más que Zapatero, que si el PP dice que todo es transparente y legal. Nos quedamos en la superficie, cuando lo que debería importarnos es el fondo. Pero será que en España no tenemos grandes nadadores. Lo que seguro no tenemos es buenos periodistas ni buenos políticos. Al menos no en las esferas que dominan el cotarro.

A mí lo que me preocupa no es que la secretaria general del PP gane 241.000 euros. A mí lo que preocupa es lo que se desprende de esa cifra y del resto de la situación económica, política y social en la que vive España. Siempre he tenido claro que la mayor responsabilidad política de este país es la del presidente del Gobierno. Por eso, me parece inaudito e injustificable que una persona que se dedique a la política, cualquier persona y del partido que sea, pueda ganar más dinero que el presidente del Gobierno. No seré yo quien diga si hay que bajarle el sueldo a los políticos en general o subírselo al presidente del Gobierno, pero creo que el sueldo del inquilino de La Moncloa tendría que ser el baremo a seguir. Todo lo que se salga de él, es injusto e inmerecido. Quizá también tendría que ser ilegal. Pero ojo, que no sólo la secretaria general del PP gana más que el presidente del Gobierno. Hay alcaldes que ganan mucho más que Zapatero. Y eso tampoco puede ser.

Pero es. Y eso da la impresión de que la política es un magnífico negocio para lucrarse, incluso por vías legales. No estamos hablando de corrupción, no se trata de calificar aquí de ladrones a los políticos. Están ganando el dinero que les corresponde por ley. Lo que hay que hacer es modificar la normativa que fija los sueldos de los cargos electos, sean nacionales, autonómicos o municipales. Así de sencillo y así de imposible, porque, claro, ¿cómo van los propios políticos a modificar la norma que les permite tener sueldos holgados y vidas relajadas? No lo han hecho nunca, no lo van a hacer ahora. Para eso se necesitaría una altura de miras que hoy por hoy no existe en la política española. También para estudiar en profundidad el dinero que gestionan los partidos políticos, en gran medida dinero público, porque de esos 241.000 euros que percibe María Dolores de Cospedal nada menos que 167.864 son de su sueldo como secretaria general del PP (esta cifra ya supera lo que gana el presidente del Gobierno). Si ya estamos pagando del erario público los sueldos de senadores y diputados, ¿por qué tenemos que sufragar también estos sobresueldos, aunque sólo sea parcialmente?

El caso es que seguro que hay muchos políticos que tienen sobresueldos parecidos y cifras tan enormes de ingresos. La que hemos conocido es la de María Dolores de Cospedal. Me daría igual que fuera la de Leire Pajín, la de Alfredo Pérez Rubalcaba, la de Joan Puigcercós o la de Gaspar Llamazares. Lo importante es que la política recobre la dignidad que hoy en día ya no tiene. Y eso pasa por no tomar el pelo a la ciudadanía con estos sueldos y, sobre todo, por la comparación con los discursos. Que la secretaria general del PP, ganando 241.00 euros al año, proclamó a su partido como el de los trabajadores, como ha hecho en alguna ocasión, suena a pitorreo. No suena, es que es un pitorreo. Se está riendo de las personas que tienen sueldos mileuristas en el mejor de los casos. Y personalizo en María Dolores de Cospedal, en sus cifras y en sus frases sólo porque es el caso que ha salido a la luz. Es de sobra conocido que los políticos no hablan, sólo reaccionan a lo que pasa. Ojalá tuviéramos una lista completa de los cargos públicos que tienen estos sueldos, pero esa hay que irla investigando organismo por organismo. Ojalá supiéramos de verdad qué políticos ganan más ahora que por ejemplo hace dos años, cuando se siguen llenando la boca con esos mensjaes de austeridad por la crisis.

Hace ya algunos meses, en diciembre de 2009, publiqué en Suite 101 un artículo que hablaba sobre los sueldos de los políticos españoles. Es obvio que no ha perdido actualidad. No me cansaré de seguir retomando el tema cada vez que surja una noticia que me sirva de excusa. Y no me cansaré de seguir pidiendo que la política vuelva a ser algo digno. O igual es que nunca lo ha sido y yo soy un ingenuo.

5 comentarios:

Claire dijo...

Muy fuerte. Vamos que eso de que se dedican a la política por vocación y por luchar para conseguir lo mejor para su país está muy bien, pero digo que con el dineral que se les paga también podrían hacerlo únicamente por ambición económica. Y luego lo de las pensiones vitalicias... vamos que viven como reyes hoy y el resto de sus vidas... Qué injusta es la vida y cuánta hipocresía nos tenemos que tragar...
Besos.

José Vte. dijo...

Se supone que un sueldo tiene que estar en consonancia con la responsabilidad de la labor que se desempeña, ¿El trabajo de la Cospedal y de tantos alcaldes y miembros públicos y políticos, incluso empresarios, conlleva mas responsabilidad que la del presidente del gobierno?.

Ya lo dijo Zaplana en aquellas conversaciones que el juez se negó a admitir por el caso Naseiro:
¡Yo estoy en política para forrarme!.
Y vaya si lo cumplió

Saludos

Lola dijo...

Estoy contigo en todo lo que dices pero sobre todo creo que ya es hora de limitar por ley o fijar por ley los salarios de los políticos. Ninguno de ellos tiene derecho moral a ganar ese dinero cuando hay gente sin un duro. Una verguenza, sí. Besos Lola

Reverendo Pohr dijo...

Es extraño: uno tiene a pensar que la política está estrictamente vinculada con lo público. Sin embargo, tendemos a analizarla como algo ajeno a nosotros. El caso de Cospedal es un mero ejemplo: se la critica por lo que cobra (unos 120.000 euros anuales) como secretaria general del PP, como si fuera un reproche implícito a los militantes de su partido. Sin embargo, los 13.000 que cobra como parlamentaria regional (de la que no ejerce) y los 78.000 como senadora (algo que ejerce poco) se sufraga con dinero público y podría haber alguna iniciativa ciudadana en su Comunidad (en la que no todos votan al PP) al respecto. ¿Alguien lo hace? Ni se sabe. ¿Se conoce de alguna iniciativa pública o privada dirigida a "solicitar" a un político que se rebaje el sueldo? La prensa no habla de ello. ¿los políticos se sienten presionados al respecto por sus representados? Tampoco es tema de debate. Como mucho nos contentamos con la "transparencia", alguien alza la voz de tanto en tanto y tan felices en su tierra.

Hay que ver el lado positivo de todo esto. Estamos en democracia y podemos hablar de ello abiertamente, con la esperanza que se difunda. Algo es algo.

Juan Rodríguez Millán dijo...

Claire, pues sí, tiene un toque de injusticia bastante pronunciado que sólo aflora en momentos muy puntuales. Y lo malo es eso, que nos dan lecciones que no son más que un compendio de hipócritas afirmaciones...

Jose Vte, Zaplana es caso aparte, desde luego... Yo creo que ese tendría que ser el baremo. Todo lo demás me parece absurdo, pero está claro que la política tiene otras normas...

Lola, estoy contigo, claro. Pero no tanto ya porque el sueldo sea elevado, sino por la comparación. Pienso que el problema de España está en que se paga poco al trabajador. Pero si el sueldo no es proporcional al trabajo que se desempeña, mal vamos.

Reverendo, todo eso pasa porque son polémicas de muy, muy, muy corto recorrido. De hecho, esta historia de Cospedal ya está totalmente olvidada. Totalmente. Seguiremos hablando de ello y al pie del cañón, qué remedio.