miércoles, octubre 20, 2010

Yo improviso, tú improvisas, él improvisa

Gráfico: El País
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Crisis de Gobierno. Y de las buenas, que para eso nos hemos cargado a un puñado de ministros, y a un par de ministerios. Después de que todos hayan hecho ya sus sesudos análisis sobre lo que significa cada relevo y cada entrada, no seré yo quien siga dando la lata con las más variadas interpretaciones sobre lo que ha hecho Zapatero con este movimiento, si hace guiños al socialismo vasco tras el acuerdo en los Presupuestos con el PNV, si prepara a Rubalcaba como su sucesor o si saca a Pajín del partido porque no se ajunta con Pepiño Blanco. Realmente, de lo analizado por los que se supone que saben más que nadie, me tengo que quedar con la supresión de los dos ministerios. Igualdad fue un gran error. Es una Secretaría de Estado, no un Ministerio. Vivienda no fue un error, pero no tiene demasiadas competencias ni interés de las comunidades autónomas en colaborar con quien ostentara esta cartera, y así no vale para demasiado.

En lo que sí me detengo es en un detalle que no he visto comentado por ningún lado. Hace apenas un par de semanas, Trinidad Jiménez era la candidata del propio Zapatero para superar en las primarias madrileñas a Tomás Gómez y enfrentarse en las elecciones autonómicas del año que viene a Esperanza Aguirre. Jiménez perdió esas primarias. Por tanto, tenía vía libre para continuar al frente del Ministerio de Sanidad. Sin embargo, en esta remodelación (que hace sólo un par de semanas Zapatero negó que fuera a ser más profunda que la sustitución ya anunciada del ministro de Trabajo) le ha caído un premio importante a Jiménez: la cartera de Asuntos Exteriores. Y, claro, como hace un par de semana Zapatero veía a su entonces ministra de Sanidad luchando en 2011 con Aguirre por la Presidencia de la Comunidad de Madrid, ¿no es una absoluta improvisación colocarla de ministra de Asuntos Exteriores?

Zapatero podrá ser muchas cosas, buenas y malas, pero seguro que pitoniso no es una de ellas. Él no sabía cuál iba a ser el resultado de las primarias porque nadie lo sabía. Pronósticos ganadores tenían los dos candidatos. Encuestas favorables, también. Sólo caben entonces dos posibilidades. La primera, que Zapatero ya tuviera pensado premiar a Jiménez con la cartera de Exteriores si perdía las primarias. La segunda, que no tuviera esos planes, que haya sido una decisión tomada en la última semana. De ser sí, hay otros dos escenarios posibles, que Zapatero tuviera ya decidido relevar a Moratinos o que, por el contrario, le haya tocado la china para hacerle hueco a Jiménez. Y como negó en público esta amplia crisis de Gobierno, también cabe preguntarse si ya la tenía decidida y jugó al despiste o si la ha decidido, pongamos, anteayer. ¿Conclusión? Que todo esto me parece, al final, una improvisación que no responde a un plan determinado sino a un movimiento de fichas que hace que el común de los mortales, en este caso yo, tenga la tentación de pensar que ser ministro o cualquier otro movimiento político depende de una decisión que tiene como último sustento el mérito de una persona para desempeñar un cargo.

No es ésta una crítica sólo hacia Zapatero, no. Me acuerdo de Aznar presumiendo de que nadie conocía lo que figuraba en su famoso cuaderno azul. Es, en realidad, la sensación de que la política española funciona así. De que seguirá funcionando así aunque haya un cambio de partido en La Moncloa. De que esto afecta también a comunidades autónomas y ayuntamientos. De que el ciudadano importa mucho menos que la correcta colocación de las piezas en los sillones de poder. Y así, el desapego por la política no sólo continúa, sino que crece.

10 comentarios:

Camilo dijo...

Muy bien visto, Juan. El mismo presidente lo dice: "Es hora de un Gobierno renovado y políticamente reforzado." Nunca un "políticamente" había sonado tan mal. Esta remodelación es política pura en un escenario de política inmensamente degradada. Lo peor de todo es que no se vislumbra ninguna solución a corto y medio plazo porque el Partido Popular comparte el mismo concepto especulador de la política.

El Impenitente dijo...

Y Leire Pajín de ministra.

De ministra.

Leire Pajín ministra.

¿De verdad a Zapatero le importa algo España?

Dicen que la principal preocupación de los españoles es el paro. Desde luego que su principal problema son sus políticos, los que se supone que nos tienen que solucionar los problemas. Y ellos a la suya. Pactando que más que pactos parece un mercadeo.

Y Leire Pajín de ministra.

alcorze dijo...

A mí me da igual quien esté al frente porque mi modelo de pais no es ni el del PSOE ni el del PP así que, como se suele decir lo mismo me da jota que bolero.

En cuanto a lo la señorita Trinidad (que no veo qué problema hay en llamarla así) supongo que se podría considerar como que una amenaza (la de perder las primarias) se ha convertido en una oportunidad (me fumigo a Moratinos y a Trini, la de la chupa de cuero, la mando a tierras lejanas en lugar de dejarla en Sanidad donde, todo hay que decirlo, no lo estaba haciendo mal.

Arual dijo...

Todo esto me sobrepasa, te lo prometo Juan, me sobrepasa. Buen análisis!

Jo Grass dijo...

Al final todo parece un juego de niños. Excelente análisis, Juan. Es exáctamente lo que parece, aquí vamos tirando a base de improvisar!

SK dijo...

Completamente de acuerdo contigo, España es pura improvisación gobierne quien gobierne y así nos luce el pelo.
Tan alucinada me encuentro como Impenitente... "y Leire de ministra..."
Sólo veo un acierto en todo esto, la desaparición del denigrante Ministerio de Igualdad, las mujeres NO SOMOS MINUSVÁLIDAS a las que haya que discriminar positivamente, ni somos un colectivo!!!!
Perdona Juan por los gritos :-)

Reverendo Pohr dijo...

De nuevo la concepción de la política como "interacción de actores" vuelve a ser noticia. Da la impresión de que Zapatero ha cerrado su círculo y va a apoyarse en la gente que una vez le hizo llegar a la primera secretaria del PSOE (sin Caldera en persona pero con Gómez en su lugar). Con su "gente" se presta a agotar la legislatura sea el destino que depare. Hay que reconocer que, con improvisación o no (no me parece tanta), tiene un guión de película...

...aunque haya vida después del 2012 (pese a las objeciones cinematográficas de Roland Emmerich)

Lola dijo...

Para que sirve este cambio de Gobierno? Parece que la crisis económica ya no exista y ahora lo que se pretende es no perder las elecciones... y nada más.
Creo que con todo esto perdemos todos. Un abrazo Lola

Claire dijo...

Yo no entiendo de política pero ¿qué pasa que por cambiar a los ministros de ministerios se va a solucionar todo?... No sé, pero en un ministerio supongo yo que trabajará mucha más gente, así que cambiar al cabecilla parece eso, lo que dices, un movimiento de fichas.. pero bueno, tengamos fe, y a ver si con el "cambio de aires" se ponen las pilas...
Un abrazo.

Juan Rodríguez Millán dijo...

Petrarca, es cierto lo que dices, sí. Hace falta una revolución de las de verdad en la política. Y no se ve. Ojalá nos sorprenda.

Impenitente, ya veo que cierto nombramiento te ha llegado, je, je, je... Bueno, supongo que le importa España, pero también supongo que lo que dices es cierto: la política es más mercadeo que política.

Alcorze, no creo que el problema sea la expresión sino la intención de la misma. Aunque no se comparta el modelo, al final ellos son los que gobiernan, y por eso siempre es importante tener ojo y medio pendientes de ellos. De unos y de otros.

Arual, lo malo es que sobrepasa cada vez a más gente.

Jo, de patio de colegio, sí, es lo que suelo decir yo... Igual no es una improvisación, pero, claro, ¿quién soy yo para decirlo...?

SK, habrá que hacer un club de fans de la nueva ministra, je, je, je... Perdonada por los gritos, no te preocupes, comparto la argumentación, así que...

Reverendo, yo sí veo detalles de improvisación, aunque, como digo, igual no lo es tanto como yo he interpretado. A saber. El caso es que siempre suena algo raro. Igual lo que se acaba en 2012 es el cine de Roland Emmerich, no lo echaría yo en falta ya...

Lola, alguna utilidad sí que tiene, al menos desde mi punto de vista. De todos modos, creo que los partidos políticos no son ya más que máquinas electorales. Lo demás es un paso obligado.

Claire, bueno, no es que vayan a arreglar el mundo, pero está claro que si algo falla hay que cambiar al capitán, ¿no? Al menos es lo más fácil de hacer. Y la verdad es que en general no me disgustan tanto los cambios, pero lo que chirría, chirría...