Nunca me ha gustado la tarea de definirme a mí mismo. Pero cuando abrí el blog, algo había que poner en el perfil. Y se me ocurrió empezar diciendo que soy "periodista de corazón y de vocación". Lo que no pensé en aquel momento es que alguien pudiera ver en esa definición un argumento para reprocharme mis palabras o mis silencios, los temas de los que hablo o de los que no. Esto viene a cuenta de un comentario anónimo (siempre anónimos, qué curioso; ¿nos conocemos en realidad?) de la entrada anterior, que viene a decir que no soy digno de esa etiqueta por no hablar en este pequeño rincón de los "escándalos más sonados del periodismo a nivel internacional". Dicen que no hay que alimentar a los trolls que le visitan a uno, pero voy a contestar por dos motivos. En primer lugar, porque no sé si ese comentario encaja realmente en la definición de troll. Y en segundo lugar, porque me permitirá hablar un poco de periodismo, que, al fin y al cabo, es un tema que me apasiona.
Es cierto que no he hablado de estos grandes temas que me planteas, querido anómimo. Pero también te digo que en dos de ellos no veo mucho margen para hablar o debatir. No creo que haya mucha gente que pueda manifestarse en contra del asesinato de periodistas en Rusia o a favor de la ley mordaza de Berlusconi. Es obvio que matar a quienes desvelan verdades o silenciar burocrática y legalmente (mejor dicho, mediante leyes) a quienes pretenden hacerlo son cuestiones que tienen difícil acomodo en un terreno ético. Más juego podría dar lo de wikileaks, sí, porque ahí sí estoy convencido de que habría gente que defendería el secreto de estado y, por contra, quienes querrían primar la libertad de prensa y e información. Quizá algún día me detenga en esta cuestión, pero antes tendría que informarme mucho más sobre el particular, porque no me gusta opinar a la ligera.
Puede que si no he hablado de estos temas, además de porque no puedo aportar ninguna experiencia a nivel personal comparables con estas situaciones, es porque no me considero capaz de aportar mucho, y el motivo está en lo que decía más arriba. Cualquier persona en su sano juicio condenaría el asesinato de un periodista o una censura institucional. Yo lo podría decir aquí y quedar de maravilla, otorgarme una garantía de dudosa calidad cuando alguien me reproche algo y decir "¡eh, que yo lo he condenado!", sin importar después mis auténticas creencias o mis actos. Pero creo que ese es un funcionamiento algo perverso del sistema. No es imprescindible condenar de palabra todo lo condenable por si acaso o por el qué dirán, ni opinar sobre todo para dejar escrito que lo he hecho.
Y puede que también tenga otra razón más personal, y quizá más difícil de entender en este contexto, para no hablar de estas cuestiones: considerarme periodista de vocación y tratar de ejercer como tal durante unos cuantos años ha acabado con todos los restos de corporativismo que pudiera tener hace algunos años, cuando empecé en este mundillo. Que no comulgue con el periodismo actual no significa que pueda llegar a defender la censura o el asesinato de periodistas (lo digo, esta vez sí, por si acaso, no se me vaya acusar de algo que no he dicho ni quería decir), pero creo que la labor del periodista de a pie, del que no cuenta con el respaldo de un gran grupo de comunicación, del que escribe sólo en su nombre, tiene que empezar mucho más abajo de esos grandes temas. En el día a día y en las pequeñas cosas.
En lo que yo creo es un periodismo que actúe como contrapoder (como el cuarto poder, si quieres), no que se alíe a cualquier otro poder. Por eso desprecio que se haga periodismo forofo y partidista en función de intereses más o menos oscuros. Creo en un periodismo de investigación (trabajado), divulgación (de asuntos trascendentes) y denuncia (de todo aquello que podemos cambiar entre todos una vez conocido), no en la publicación sistemática de todo lo que diga alguien poderoso sin siquiera constatar la veracidad de lo que dice. Entiendo como necesario contextualizar lo que se publica, porque el lector no tiene por qué acordarse de todo lo anterior que rodea a un hecho o un personaje. Apuesto por valorar de una vez por todas al buen periodista, reconociendo su trabajo profesional y económicamente, algo que ahora no se hace. Valoro un criterio de noticia que ya no se estila, porque hoy es más fácil rellenar un periódico o un informativo con curiosidades intrascedentes en lugar de buscar noticias de las de verdad. Y creo en cuidar el lenguaje, la gramática y la ortografía, porque al final esas son nuestras armas.
De esos temas sí he hablado en otras muchas ocasiones, pero tampoco creo que me conviertan en periodista de vocación, no. Hay muchas clases de periodista y muchas serán mejores que la que yo he escogido. Pero cada uno tiene su camino.
10 comentarios:
Muy bien....todo el mundo en su sitio....
Periodista de corazón y de vocacion...bien auténtica la etiqueta a mi modo de ver...
¡¡digan lo que digan...los demás!!
Muy bien, amigo y colega. Valiente, siempre en el sitio. Certero. Directo.
Yo también creo en ese tipo de periodismo responsable y valiente, aunque lo mío ya no sé si es vocación o descarte o casualidad.
Saludos,
Noelia
njimenez79.blogspot.com
Bloquea a los anónimos ya y bravo por ti, ojalá hubiera más periodistas como tú Juan!
Un periodista si le pagan por escribir un artículo, si es honrado, se informa convenientemente y lo escribe, si alguien escribe por vocación, siendo o no periodista, elige en cada momento los temas que le interesan tocar, no el que determinadas personas quieren oir o leer.
Un abrazo
Me ha gustado mucho cómo has descrito el periodismo en el que crees. La vocación es muy importante y lamentablemente no todo el mundo la siente por su trabajo.
Un abrazo grande.
De vocación o no, yo también comparto tu visión del periodismo. Y la extraño en el periodismo que se hace hoy en día.
Sabias tus palabras compañero.
La verdad que muchos días dan ganas de poner un bar y olvidarse de esta profesión.
En fin, es bonito que sea por vocación aunque a veces pensamos que nos equivocamos.
Un beso!
El periodismo en el que tu crees es el mísmo en el que creo yo y por eso me gusta leerte. Un beso Lola
Vamos.... que dices que eres periodísta y que vas a escribir lo que te dé la gana.
Lo que tu digas chatín, solo quería conocer tu opinión sobre temas importantes, pero veo que te va más escrbir sobre las mariposas y las florecillas.
Anna, no sé si es adecuada la etiqueta, pero intento ganármela con lo que escribo y con lo que pienso.
Noelia, me alegro de coincidir contigo. Se puede ser periodista y querer al periodismo igual si es más tarde que pronto. Lo importante es quererlo y defenderlo.
Arual, muchas gracias, de verdad. No, no me merece la pena bloquear. A veces hasta se aprende de estas cosas.
José Vte., eso mismo creo yo. Eso sí, también me encanta hablar de algo que se me pida, porque así se fomenta el debate. Pero las formas lo son todo...
Claire, yo también creo en la vocación como el mejor modo de trabajar en algo, aunque no se estile mucho en estos días, no...
Trilce, muchas gracias. Cierto, qué extraño es el periodismo actual...
María, es que la profesión pasa por un momento terrible en casi todos sus aspectos, y por eso valoro más todavía que tus palabras vengan de una colega. Pero al menos nos quedan los blogs para difundir aquello en lo que creemos, ¿no...?
Lola, muchas gracias. También es importante que los lectores tengan una visión parecida, porque eso obliga a una mayor calidad del periodismo. Auqnue ahora parece que el periodismo no quiero oírlo...
Anónimo, si ya sabía yo que nos conocíamos. Mariposas y florecillas también se merecen su periodismo. No tengo tan claro que realmente quisieras conocer mi opinión sobre esos temas, lo habrías dicho de otra forma, ¿no crees?
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