Menuda la han montado nuestros amigos los diputados con su intención de reformar el Censo Electoral de Residentes Ausentes. A modo de resumen, resulta que, según publicó El País hace algunos días, PSOE y PP estarían bastante de acuerdo en limitar bastante el derecho al voto de los españoles que residen en el extranjero. Suena mal y, en realidad, es bastante peor de lo que suena. La idea expuesta en ese artículo es que todo español que no viva en España (que no tenga la residencia en nuestro país) pierda la capacidad de votar en las elecciones municipales y autonómicas (sólo en éstas podrían votar los ausentes temporalmente, pero no quienes tengan fijada su residencia en el extranjero), mientras que en las generales sólo podría votar para el Senado, pero no para el Congreso (lo que, en la práctica, les impide votar por un presidente del Gobierno). Lógicamente, Internet ha sido un hervidero de críticas a esta medida. Críticas que vienen, claro está, de los españoles residentes en el extranjero.
Es importante poner un contexto esta información, porque puede que quien no esté muy familiarizado con el sistema de voto no sepa muy bien en qué nos afecta. En las últimas elecciones generales, el PSOE perdió un senador por Tenerife gracias al voto emigrante. Y aunque no tuvo efecto final, las elecciones en las que Emilio Pérez Touriño fue elegido presidente de la Xunta de Galicia en 2005 estuvieron pendientes de un posible vuelco gracias al recuento de estas papeletas, que se produjo dos semanas después del día fijado para aquellos comicios. Con la Ley de Memoria Histórica, se cacula que unas 300.000 personas han solicitado la nacionalidad española (y es justo que la tengan), pero eso implica muchos votos más y un escenario más complejo a la hora de dar seguridad jurídica. Vam0os, que hay fraude y así lo ha reconocido la Oficina del Censo Electoral. En las generales de 2008, el voto emigrante supuso el 2,3 por ciento del voto total (un porcentaje superior al que consiguieron en esas elecciones, por ejemplo, PNV, ERC o Unión, Progreso y Democracia).
Estoy totalmente de acuerdo en que hay que hacer una reforma de la Ley Electoral, y llevo muchos años abogando por ello. Y también, aunque no me parece uno de los aspectos tan importantes, en el voto emigrante. Pero así no. Así no se hace. Primero, porque supone una prueba más de lo que disfrutan nuestros políticos con la técnica del globo sonda. Consiste en decir una barbaridad a ver cómo reacciona el personal y, en función de eso, actuar. Como los españoles que viven fuera de España han puesto el grito en el cielo, pues ahora parece que se recula. Desde el PSOE ya se ha dicho que dicho acuerdo "está bastante verde y, desde luego, no tan maduro como se pretende dar a entender". Luego dicen que no llegará para las elecciones del año que viene. En cuaqluier caso, por lo publicado en diferentes medios y aunque ningún diregente nacional ha hablado del tema, parece que el PP es más partidario de restringir las condiciones de este voto.
El principal problema de este sector del censo, en todo caso, no está ahí, en el voto de los emigrantes. ¿Que hay problemas con el censo? Que se depure, que para eso se paga a los políticos. Pero el problema más grande que presenta este voto, a mi modo de ver, está en el proceder de los propios partidos y de sus representantes. En todas las elecciones suele haber denuncias a la Junta Electoral por viajes que realizan nuestros políticos al extranjero para captar votos aprovechándose del dinero público. Presidentes autonómicos o ministros siempre hacen algún viaje de estos, siempre en fechas cercanas a unos comicios, a algún lugar con una importante residencia de españoles. Les venden lo mucho que trabajan por ellos para buscar un voto fácil. Por mucho que la Junta Electoral censure estas iniciativas a posteriori, el daño ya está hecho. La campaña irregular ya ha dado sus frutos. Eso es lo que se tendría que prohibir y sancionar con dureza en primera instancia si el objetivo es dar más garantías al voto extranjero.
Pero no. El objetivo primordial de esta reforma, quieran o no, lo digan así o con otros términos, supone restringir derechos. Del votante, nunca del político, claro. Y, ojo, que cualquier medida que se adopte en este terreno puede tener problemas legales y seguro que, de adoptarse en los términos que se están mencionando, acaba en los tribunales. La Constitución reconoce el derecho al voto de todos los españoles, por mucho que ahora algunos quieran restringirlo a los residentes. La idea, con muchos matices, podría tener algún fundamento de cara a las elecciones autonómicas y municipales. Quienes piden que los inmigrantes puedan votar en España en estos comicios se basan en el argumento de que quien vive aquí debe tener la capacidad de influir en la convivencia diaria y en los asuntos que afectan a su vida. Lo mismo podría aplicarse para restringir el voto a los españoles no residentes (aunque falta el debate sobre ese asunto, claro). ¿Pero quitarles el derecho a votar las listas para el Congreso? Lo que hace el Gobierno de la nación es lo que más afecta a estos ciudadanos. Me parece increíble que se plantee quitarles ese derecho.
La Ley Electoral necesita cambios. Sigo pensando que no es justo que un partido regional consiga la misma representación en el Congreso de los Diputados alcanzando un porcentaje de votos sólo en su territorio que un partido nacional por lograr lo mismo en toda España. Sigo creyendo que el Senado tendría que ser la cámara de representación territorial que define la Constitución (y que no es hoy en día) y ser ahí donde encuentren cabida las formaciones regionalistas y nacionalistas. Sigo convencido de que, de alguna forma, habría que evitar cambalaches que den el poder de facto para la elección de gobiernos (sobre todo municipales y autonómicos) a fuerzas minoritarias que apenas tienen respaldo electoral. Y sigo siendo un firme defensor de restringir al mínimo, incluso a suprimir, el gasto electoral sufragado por las arcas públicas. Si quieren comprar votos (que al fin y al cabo en eso parece consistir la campaña electoral), que lo hagan con su dinero y el de sus afiliados. Y que la Ley dé apoyo al Tribunal de Cuentas para actuar con dureza ante estos abusos.
Pero eso no se reforma, no. Los políticos prefieren reformar (y restringir) el derecho de los ciudadanos antes que perfeccionar el funcionamiento de la vida pública. Así no se hace una reforma. Y es necesaria. Pero así no. Los que viven fuera son tan españoles como los que viven aquí. Restringirles el voto es un ninguneo que, además, se estaba haciendo a oscuras, de tapadillo. ¿Qué iban a hacer? ¿Simplemente anunciarles que ya no pueden votar al Congreso? ¿Cómo es posible que nadie se dé cuenta de la indefensión que eso produce? Si no fuera por la noticia de El País, nadie se habría enterado hasta que la cosa ya no tuviera solución. El voto que el ciudadano otorga a un político en unas elecciones no da a nadie carta blanca para hacer lo que se quiera. Y menos aún para contubernios sin luz ni taquígrafos como éste. La política se ha convertido en el arte del oscurantismo. Así nos va. Pero, atención, la cosa todavía puede empeorar.
11 comentarios:
Yo sí creo que hay que reformar la ley electoral,
no entiendo por qué gente, que nunca ha pisado este país, pueda decidir sobre quien nos gobierna..
porque esto se extiende a nietos de españoles, que lo único que conocen es al politiquillo de turno que les va a contar un par de milongas
besitos
He descubierto tu página en el post de Esperanza del 2008 buscando la imposible entrevista de radio que por cierto no he conseguido encontrar y me he reido mucho con tu texto. Muy agudo y rico.
Y me he ido al último, al primero, a éste.
Se me ocurrió que yo soy español y estoy todo el rato viviendo en otros lugares porque no aguanto la estupidez, le caciquismo ni a tantos otros de allí y esta iniciativa parece un poco el:
- ¿me lo dejas ?
- No
-¡Pues no te ajunto!
¿Qué no quieres vivir (y joderte) aquí con nosotros?
Pues no votas.
No cuentas.
Me siento un esclavo griego (español)...
Genial, Sigue así.
Me inclino más a creer que las personas que estan fuera de España, y no conocen la realidad del dia a dia de este pais...no tendrian que tener decisión politica de votar aquí...
deberian de votar en el pais en el residen habitualmente, alli dònde pagan sus impuestos...
Juan...mejor no me meto...te envio un saludo.
No conocía este proyecto de reforma pero, como a tí, me parece injusto. Muy bueno tu post. Un beso Lola
Yo no entiendo mucho de este tema, pero así por encima opino que quien no vive en este país, no va a votar objetivamente, si no que si va a votar por costumbre y al de siempre. Supongo habrá de todo. Emigrantes que añoran su país y se preocupan de lo que aquí ocurre, y emigrantes que pasan olímpicamente de España, porque lo que les preocupa es lo que ocurre en el país en el que viven, cosa que es bien comprensible.
Según se mire, tienen derecho o no a votar...
Qué difícil..
Que pases un buen martes.
Besos.
Completamente de acuerdo. Y, aunuqe a alguien se lo parezca, no es un tema menor el que planteas. Es fundamental en un sistema donde el voto es esencial. ¿Oscurantismo? También creo como tú que la cosa puede empeorar. Y quiero subrayar uno de los aspectos que destacas. La injusta distribución de los votos. Mientras que los grandes partidos (PP y PSOE) y los que solo se presentan en una comunidad (PNV, CiU, CC) solo necesitan unos miles de votos para conseguir un diputado, partidos más pequeños que se presentan en toda España, como IU, necesitan cientos de miles. La maldita ley D´Ont no es proporcional. Es una desfachatez que populares y socialistas, tan enfrentados en tantas cuestiones, se pongan de acuerdo para no reformar la ley. No se si lo expreso bien pero creo que me entiendes.
No deja de ser irónico que en el Congreso se debata la participación de los no-residentes cuando, en la actualidad, se sospecha que la participación electoral de los residentes puede ser mejorable. La legitimidad política adquirida con participaciones que apenas superan el 50% del censo resulta, desde el punto de vista democrático, un poquito lamentable. Quizá debería ponerse algo más de esfuerzo en cómo implicar a ese 40 y pico por ciento del censo que no se ve con ganas de votar con la ley electoral vigente, que algo de insatisfacción suscita.
Muchacha, eso podríamos debatirlo sin duda. Pero lo malo es que el veto de principio se lleva por delante a mucha gente que sí ha pisado este país y que por avatares de la vida ahora está fuera.
Anónimo, pues muchas gracias, espero que sigas visitando este pequeño rincón, aquí siempre se agradecen voces y reflexiones nuevas.
Anna, siempre te puedes meter en los temas que trate, ¿eh...? Ya con Internet y tanta información es difícil trazar una frontera entre lo que es y no es estar metido en la vida de un país, ¿no?
Lola, muchas gracias. Sobre todo me parece injusta la manera en la que lo están haciendo. Todo es debatible y todo tiene argumentos, pero la forma falla.
Claire, está claro que es un tema difícil porque hay de todo. Pero estoy seguro de que hay mejores fórmulas para llegar a un acuerdo final, fórmulas que pasen por el debate, no por el acuerdo oscuro entre dos partidos.
Anónimo, bien explicado, sí. Es que es uno de mis caballos de batalla siempre que se plantea una reforma electoral. No es justo que un partido con un porcentaje de votos mucho mayor tenga una representación mucho menor en una Cámara nacional.
Reverendo, pues sí que tiene su ironía, sí. Pero ellos siguen limitando las posibilidades en lugar de atraer a la gente a la política. Qué cruz...
Juan, gracias por cubrir todos los aspectos del tema que comienza a ser preocupante porque además de ignorar la noticia los principales periódicos de este país, los dos que la cubren (específicamente para emigrantes españoles: España Exterior y La Región Internacional) parecen dar bandazos...unos días nos cuentan que ya está todo solucionado y lo último es ésto, diciendo que este martes se retoma la reforma:
http://www.laregioninternacional.com/noticia/71547/votoemgirante/espa%C3%B1oles/subcomisi%C3%B3n/reforma/
Para los/as que opinan que los que vivimos fuera no estamos tan puestos en política creo que en ocasiones es incluso todo lo contrario.
Lo vemos todo con más perspectiva, podemos comparar (ya que conocemos en profundidad las leyes y reformas políticas de otros países y que puede funcionar y que no) y sobre todo, muy importante, no estamos sujetos a la ´´polución mental´´ a diario que sueltan los políticos en España por lo que somos más objetivos.
En mi caso particular soy licenciada en CC. Políticas e hice la tesis en política alemana y he vivido 10 años en Inglaterra así que a menudo las amigas que viven en España me piden consejo sobre cosas que leen en los periódicos y quieren que se las explique. Os encontrareis a muchos emigrantes españoles a los que les pasa lo mismo.
También hay que tener en cuenta que en España mucha gente se denomina de derechas o de izquierdas por tradición familiar (sus padres, abuelos etc... ya eran de ese partido) sin ni siquiera haber leído un folleto del partido o haber estudiado en profundidad su programa electoral en la vida.
Todavía no me he topado a alguien que después de decirme ´soy del PP´ o ´soy del PSOE´ haya podido argumentar sus razones de forma coherente. Es más, la mayoría no pueden ni empezar la frase.
En Inglaterra no, en el Reino Unido quería decir. Si me leen mis amigos en Escocia me matan por este error :)
Saray, hablo de memoria para los plazos pero esto lo está tratando una ponencia en el Congreso que tiene mandato, creo, hasta finales de mes. Tendrá que presentar un dictamen que contendrá la reforma que se votará en la Cámara. Yo creo que lo que se dice de conocer la realidad del país va por quien de verdad motiva la reforma, aquellos hijos y nietos de exiliados por la Guerra Civil y el franquismo a los que se va a otorgar la nacionalidad. Pero está claro que hay de todo en todas partes, los habrá que pasen del tema y los hay que, como tú, se preocupan. A estos últimos es a los que hay que proteger, obviamente.
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