
No pretendo convencer a nadie. Quien piense que es una obscenidad inmoral el dinero que se ha gastado Florentino Pérez para que Cristiano Ronaldo juegue en el Real Madrid y lo que cobrará el jugador portugués, lo va a seguir pensando después de leer lo que este humilde servidor pueda decir. Quien entienda que ese dinero se ha tirado a la basura, lo seguirá viendo igual. Pero escucho, leo y veo, y no puedo dejar de darle vueltas a este asunto porque las posturas parecen en demasiados casos poco coherentes con otros aspectos de la vida y poco consecuentes con lo que se aplica a este caso en concreto y no a otros que, de alguna manera, podrían considerarse análogos. Ya sé que
noventaytantos millones es un dineral. Pero también sé que se los gasta una entidad privada que puede hacer con su dinero lo que le venga en gana mientras no quebrante ley alguna. Y eso parece que se nos olvida.
Lo primero es dejar las cosas claras, sin cortinas de humo que nublen la visión. Los más de 90 millones de euros que se va a gastar el Real Madrid en fichar a Cristiano no se han sacado de fondo alguno para combatir la pobreza en el mundo. Es más, creo que no me arriesgo mucho si digo que la alternativa no era fichar al ex jugador del Manchester o destinar ese dinero a causas humanitarias o zanjar la crisis económica mundial (siquiera la de España). ¿A que me lleva esto? A decir con claridad que me parece algo hipócrita y muy demagógico vincular el fichaje de un jugador de fútbol con la situación de cuatro millones de parados. Nada tienen que ver de forma directa. Nada.
Apurando la ecuación económica hasta el final, resulta que el fichaje que ha acometido Florentino Pérez es justo lo contrario de lo que se le acusa. Sería bueno que algún economista serio o algún medio de comunicación riguroso (vale, estos ya no existen, que sea un economista...) explicara los beneficios que tiene un fichaje como el de Cristiano para la economía en general y diferentes mercados en particular. En primer lugar, inyecta dinero en un sector como es el deportivo que pasa por horas bajas. Este verano nadie iba a hacer grandes fichajes porque no hay dinero y sí muchas deudas (reconocidas y ocultas). Ahora, con más de 90 millones de euros en circulación, muchos equipos van a recibir tajada. Y un caso muy concreto para explicar mi razonamiento. De esos millones, puede que alguno caiga en la Real Sociedad, un equipo que está en proceso concursal y que tiene previsto acometer un ERE en septiembre. A lo mejor ese dinero salva algún puesto de trabajo.
No acaban ahí los beneficios económicos de esta operación, puesto que ese dinero llegará al mundo audiovisual (más dinero por las retransmisión televisivas), a la prensa escrita (más periódicos vendidos; incluso en Barcelona), a la industria textil (más camisetas con el nombre del jugador)... y si queremos frivolizar, hasta al sector del ocio, gracias a las noches de juerga más caras que va a tener Cristiano Ronaldo en Madrid. Los bares ganarán más porque la gente se irá a ver los partidos allí, las pizzerías venderán más pizzas para quienes prefieran quedarse en su casa. Va a moverse mucho dinero gracias a este fichaje. ¿No decían que uno de los problemas de la crisis era la caída del consumo? Pues este fichaje va a dinamizar lo suyo el movimiento de capitales.
De vez en cuando siempre sale alguien que dice que los jugadores de fútbol ganan mucho. Y me rebelo ante ese argumento por dos motivos. En primer lugar, porque creo que el futbolista, por mucho que trabaje una hora al día, dos cuando tiene partido, se lo gana. No hay muchos espectáculos capaces de congregar 100.000 personas en un estadio y doce millones (de españoles) delante del televisor, y el fútbol es uno de ellos. Si son los futbolistas quienes generan esos ingresos (seamos serios, la gente no paga una entrada de fútbol para ver a los árbitros), ¿por qué no van a tener derecho a su parte? Los jugadores no están robando, están cumpliendo un contrato laboral como cualquier otra persona y es el mercado el que dicta la cuantía de lo que deben ganar. El problema no está en los que ganan mucho, sino en los que ganan poco, pero nadie se solivianta al leer que un periodista con título universitario y seis años de experiencia cobra 850 euros mensuales. Eso sí es obsceno.
En segundo lugar, rechazo eso de que ganen mucho porque la gente no suele preguntarse lo mismo cuando hablamos de otros profesionales. ¿A alguien le preocupa cuánto cobra una modelo? ¿Un jugador de golf? ¿Un presentador de televisión? ¿Un actor de cine? ¿Alguien deja de ver un programa televisivo o una película porque le parezca obsceno lo que cobra su protagonista? ¿Alguien recibe con recelo o animadversión el anuncio de cosméticos de la top model de turno? Si es la cantidad de dinero lo obsceno, o aplicamos ese baremo a todos o a ninguno. Pero da la sensación de que lo obsceno para muchos es el propio fútbol. Y eso no me parece mal, hay libertad de opinión y de pensamiento, así que allá cada cual. ¿No le gusta el fútbol a quien hace estas críticas? Me parece tan estupendo como que sí les guste el fútbol, es lo bueno de que cada cual pueda elegir con qué se entretiene y con qué no. Pero eso no tiene porqué degenerar en argumentos demagógicos.
Vertiente política, que parece que en todos los fregados se tiene que meter algún político, y además está relacionada con lo anterior. ICV (la Izquierda Unida catalana, vaya) ha llevado este asunto al Congreso de los Diputados. Nada menos. Porque será que el Congreso de los Diputados no tiene nada mejor en lo que emplear el tiempo, claro. El caso es que esta formación catalana (cuánto malpensado hay por el mundo que ya ha relacionado eso con el Barça... ¿o no?) quiere que el Gobierno limite el salario de los deportistas de élite. Vale. ¿Están los miembros de este partido político dispuestos a que los ciudadanos soliciten un limite para el sueldo de los políticos? Porque es posible que, si salimos a preguntar a la calle, encontremos más gente que piensa que son los políticos y no los futbolistas los que no se ganan el sueldo que perciben (salvo que sus equipos pierdan, que eso es otro cantar...).
Si queremos hacer algo así, hagámoslo en serio. ¿Pero quién pone el límite salarial? ¿En base a qué? ¿En qué actividades se debe colocar un tope salarial y en cuáles no? ¿Y por qué parece que no tenemos el mismo derecho a formular nuestras dudas quienes pensamos que es una barbaridad que un eurodiputado pueda ganar 90.000 euros anuales que quienes piensan lo mismo de que un jugador del Real Madrid gane cien veces más? Lo que hay que hacer es vigilar las deudas de los clubes, el dinero negro que puedan mover, y eso no se hace, porque no les deben interesar. ¡Si
hasta la Iglesia critica lo de Cristiano Ronaldo! ¿Con razón? Yo creo que no, pero las opiniones son libres.