miércoles, mayo 15, 2013

Spoilers

Detesto los spoilers. Me cabrea que la promoción de una película (esencialmente una película, pero todo esto es igualmente aplicable a la literatura, el cómic o la televisión) se base en relatar todo lo que uno se va a encontrar durante lo que tendría que ser una experiencia única. Allá cada cual, pero no comprendo que haya páginas web dedicadas a colgar spoiler tras spoiler del próximo estreno como si fuera algo imprescindible y vital para ver una película. Y, por supuesto, comprendo menos que nada que quienes tienen que vender la película en cuestión, es decir, las distribuidoras, lo hagan destripando prácticamente todo lo que acontece en su metraje. Si ya lo sabemos casi todo antes de ver una película, ¿qué sentido tiene ver la propia película? ¿El final? ¿Es eso lo único que nos queda? ¿Y qué hay de la experiencia completa?

Me viene a la memoria Parque Jurásico. España fue uno de los últimos países en los que se estrenó, el 30 de septiembre de 1993, cuando en Estados Unidos se pudo ver el 11 de junio. Obviamente, Internet estaba en pañales y no, no estaba la película disponible para su descarga (creo que eso no llegó a suceder con un gran estreno hasta el Episodio I de Star Wars, en 1999). Antes de sentarme en la sala, no había visto ni un solo dinosaurio. Ni uno. Y eso que en esos meses de diferencia entre el estreno norteamericano y el español vi en incontables ocasiones un vídeo musical con el tema principal de la película (¡enorme el maestro John Williams!) en el que de los dinosaurios se veían garras, hocicos, pisadas... pero nunca uno al completo. Así que cuando vi la película, en el instante que vi el primer dinosaurio me recorrió la espalda un escalofrío. Estaba viendo un dinosaurio de verdad. Y lo estaba viendo como había que verlo, en pantalla grande y conservando la frescura de la sorpresa. Tengo muchos recuerdos así de impagables en el cine. Muchísimos. Y los adoro. Pero esa sensación es hoy prácticamente imposible de revivir.

Quien habla de cine, y hablo de mayorías y tendencias, parecer sentirse obligado a destripar las películas en todos sus extremos. Incluso en los finales. Y no como análisis, sino incluso antes de verlas. No hay control ni medida, ni tampoco responsabilidad para respetar la importancia de la experiencia personal. Recuerdo más de un reportaje en el que aparece el plano final de El planeta de los simios original, ¡incluso un anuncio comercial que lo parodiaba! La pasada semana, el genio que monta las promos de Antena 3 decidió incluir la frase que revienta La isla, de Michael Bay (vale, la película se merece que la revienten, pero eso es otra historia). Los trailers se han convertido en resúmenes de las películas que simplemente esconden los diez minutos finales... y a veces ni eso. Y es que de un estreno de hace un par de semanas (no digo cuál), una de las fotografías promocionales enviadas por la propia distribuidora... ¡era el final de la película!

Hoy no entraríamos a ver El Imperio contraataca, El planeta de los simios, Seven, El sexto sentido, Los otros, La vida es bella, Psicosis (Hitchock venía a implorar en el cartel "no me revienten en el final, ¡no tengo otro!"), La niebla o Mystic River de la forma en la que lo hicimos en su día... y eso que algunas (estoy pensando sobre todo en Los otros) ya llegaron demasiado contaminadas. Hoy Internet se ha convertido en un hervidero de noticias, avances, spoilers, fotografías, escenas completas y hasta descripciones de los finales de todas las películas habidas y por haber, mucho más si son películas con un grupo de aficionados elevado, como puedan ser las de Star Trek, Star Wars, personajes de cómic o grandes franquicias. Y me parece un terrible error del que no soy partícipe nunca (o casi nunca, que todos cometemos errores). Nos estamos cargando la experiencia cinematográfica. Por muchas razones, pero también por ésta.

4 comentarios:

Doctora dijo...

Me recordaste esta viñeta.

Si puedo evitar poner spoilers lo hago, pero si veo que es fundamental para explicar mi opinión sobre una peli no me corto, aviso, pero los pongo.

Lo chungo es cuando te ponen spoilers en los trailers, o te enseñan las mejores escenas de la peli, que es casi lo mismo, sin avisar, a traición.

No veo mal que haya páginas donde la gente habla de spoilers, de hecho he mirado varias para saber de antemano cómo acaba algo (lo hago mucho con "Juego de tronos", soy así de impaciente). Cada uno sabe donde se mete. Lo que no mola es que lo hagan por defecto en todos sitios.

Speedygirl dijo...

Siempre hay gente que le encanta hacer spoilers, (para fastidiar, fundamentalmente)pero que lo hagan las productoras es de tontos... van contra sus propios intereses. Cuanta más información de la peli, menos interés por ir al cine.

El Impenitente dijo...

En el final de "Testigo de cargo" también se pedía que se fuese reservado y que no se contase a nadie.

Más o menos de acuerdo contigo, pero como suelo leer libros de tíos que ya están muertos o películas del año de la polka, pues bueno, tampoco me quejo. Ahora, el cine, la literatura, es la suma del qué y del cómo. Los spoilers te chafan un tanto el qué. Molestan pero no arruinan. Son como los mosquitos: irritantes pero, a la postre, insignificantes.

Juan Rodríguez Millán dijo...

Doctora, qué cosas, desde el mail que me llega sí puedo ver la viñeta pero desde aquí no... A veces es complicado evitar los spoilers después de ver una película, de acuerdo, pero que antes de verla sólo se publiquen spoilers me parece una pasada... Más control, desde luego, sería agradecido...

Speedygirl, una vez conocí a un payaso (perdónenme los payasos profesionales, que no tienen la culpa) que delante de la cola de un cine que ponía 'Seven' gritaba de viva voz lo que había en la caja. Me dieron ganas de matarle. El caso es que parece que las distribuidoras están a gusto con esta forma de promocionar, no sé yo...

Impenitente, ¡oh, Testigo de cargo...! Estoy totalmente de acuerdo. Los spoilers pueden arruinar la experiencia puntual, pero no el análisis global de la obra. Buen punto de vista el tuyo.