miércoles, febrero 02, 2011

Periodistas publicitarios



Otro anuncio más de Sara Carbonero. En esta ocasión es el rostro que da a conocer las bondades del nuevo Ford Focus. Cada vez que veo un anuncio con la cara, el cuerpo, la voz y el nombre de un periodista me asalta el mismo debate. ¿Debe un periodista venderse a una marca comercial? ¿Es lícito que un informador profesional lance mensajes publicitarios y no periodísticos? Sinceramente, creo que no. Quien cobra de una empresa por anunciar un producto o servicio desempeñando al mismo tiempo la profesión de periodista suele negarlo, pero la credibilidad se resiente. Para mí el argumento es simple. Si estás dispuesto a pregonar el mensaje de una marca a cambio de una cantidad de dinero, cruzas una frontera que choca directamente con la información que ofreces a un espectador, a un oyente o a un espectador. En el caso concreto de Sara Carbonero, podría decirse que ni Ford ni Pantene (por citar otro de sus anuncios) entran en su campo profesional (que hoy es la información deportiva), y ahí encontramos una interesante barrera a mi argumento. Sin embargo, ella misma ha dicho en más de una ocasión que sueña con presentar un informativo. ¿Cómo daría entonces una noticia negativa sobre Ford?

Para que el debate no se centre en Sara Carbonero, que demasiado se ha hablado ya sobre ella (y por desgracia se seguirá hablando, con o sin motivo), recordemos que son ya unos cuantos los periodistas que han sucumbido a la magia (y al dinero) de la publicidad. Por ejemplo, Matías Pratas fue la imagen de ING Direct durante muchos años (no es éste el mejor anuncio de los que hizo, pero sí uno para ver qué clase de personaje público sí está llamado a protagonizar campañas publicitarias) y ahora mismo todavía se emite un anuncio de Jazztel con David Cantero como protagonista.





La pregunta que se me ocurre para estos dos casos es la misma. ¿Cómo darían estos periodistas una noticia que afectara a estas empresas? No estoy, por supuesto, acusando de nada a Prats y Cantero, porque desconozco si se han visto en la tesitura de tener que informar sobre ING o Jazztel. Pero sí digo que es una situación compleja. Para ellos y para el espectador. Y todo viene motivado porque no terminamos de entender la responsabilidad que debe de tener el periodista. Hay terrenos en los que no tengo muy claro que sea ético entrar, y creo que el de la publicidad es uno de ellos porque puede provocar conflictos de interés. Evidentemente, es lícito que hagan los anuncios que quieran, que ganen dinero como les venga en gana y que aprovechen su imagen como consideren oportuno. Pero yo no termino de verlo claro. Como tampoco veo con buenos ojos el salto del periodismo a la política y vuelta a empezar de gente como Luis Herrero, porque muchos lo verán (¿con razón?) como un pago al hostigamiento al enemigo político. Creo que hay que saber cuál es el sitio del periodista, no aprovechar la responsabilidad social inherente a la profesión para encontrar acomodo en lugares a los que de otro modo no habría llegado.

Insisto, es totalmente lícito lo que hacen los periodistas que protagonizan anuncios publicitarios. Pero para mí tiene unas inevitables consecuencias que hay que saber asumir, a título personal y también como gremio.

10 comentarios:

Lola dijo...

Pues estoy contigo Juan. Me gustaría ver a la Carbonero en un telediario diciendo que el Focus que publicita tiene problemas graves por ejemplo en sus frenos.¿Con que cara lo diría?
No me gusta ver a periodistas serios haciendo publicidad... "Zapatero, a tus zapatos" pero... la pela es la pela. Un abrazo Lola

Doctora dijo...

Bueno,pero es que eso que dices ya lo hacen aunque no salgan ellos en anuncios.Quiero decir,Matías Prats leerá las noticias que le pongan y cómo se las pongan,de modo que si a Antena 3 no le combiene dar una noticia o darla "a su manera" Matías Prats se limitará a hacer lo que le digan.
Por cierto,¿Sara Carbonero se licenció ya?,yo pensaba que todavía no era periodista ;P

PAblo dijo...

En un país en que los expresidentes de gobierno afanan sueldos de tres o cuatro sitios diferentes sin ningún rubor esto de los periodistas es casi una bagatela.

Con todo, entiendo tu preocupación pero el periodismo como profesión está tan desprestigiado que se ha normalizado lo que debería escandalizarnos.

Impacientes Saludos.

El Impenitente dijo...

Tu ingenuidad sigue siendo de traca, Juan. Ética y periodismo son dos conceptos absolutamente incompatibles.

Claire dijo...

No me había parado a pensarlo... Sara Carbonero más que una periodista que informa de deporte en las noticias parece una estrella..¡¡si hasta dio las campanadas!! Para que luego digan que el físico no es importante.. ja!
Feliz finde.

José Vte. dijo...

Pues yo si que lo tengo claro, y ejemplos, aunque de otro tipo existen. Cuando un periodista de alguna de las televisiones oficiales tiene que dar una mala noticia relacionada con su jefe, pone cara de palo, la dice de corrillo y a otra cosa. Yo lo veo todos los dias aquí en Canal 9.

Si no es lo mismo, se parecen bastante, ambos lo hacen por dinero.

Saludos

Unknown dijo...

Es un debate espinoso, desde luego. Cuando uno es la cara de la información quizá no deba serlo de la publicidad. En cualquier caso, ambas cosas deberían estar completamente delimitadas y no hacerse en el mismo plató.

Trilce dijo...

Sara Carbonero aparte, a mí no me parece mal del todo. Por esa regla de tres, un periodista no podría ser académico de la RAE, o un deportista no podría ser, al retirarse, periodista deportivo. Y nadie, desde luego, podría dedicarse a la política (¿cómo evitar que favorezca a su colectivo?). No sé, yo creo que, en general, hay que dar un voto de confianza. Poniéndonos idílicos, yo creo que a uno hay que valorarlo en su trabajo: si lo hace bien, no importa cuántos trabajos tenga. Y, si interfiere una segunda profesión, pues ya habría que tomar medidas. Yo creo que eso es lo mejor, tomar medidas antes que "censurar" una parcela de tu trabajo. Pero vamos, repito: poniéndonos idílicos y dejando el caso de Sara Carbonero al margen.

Juan Rodríguez Millán dijo...

Lola, me alegro que veas mi punto de vista. Yo siento mucha curiosidad por ver qué pasaría en un caso así...

Doctora, bueno, muchos de estos periodistas son también editores de las noticias que dan. De todos modos, la autocensura es otro grave problema del periodismo. Este es más público, pero son igualmente graves. No me preocupa su licenciatura, je, je, je...

Pablo, obviamente hay problemas y problemas. Pero tratar los grandes no quiere decir que nos olvidemos de los pequeños. Triste conclusión la tuya, pero muy acertada desde mi punto de vista.

Impenitente, ya, ya sé que soy ingenuo. Pero es que esa frase tuya duele. Por real, pero duele. Y me seguiré peleando por el periodismo.

Claire, en ambas cosas tienes razón. Lo que no entiendo es cómo termina ella de esta cómoda en esos dos papeles, pero bueno...

José Vte., sí, tienes razón, siempre hay dinero de por medio. Pero hay una diferencia (que no justifica ni la una ni la otra). A uno le pagan el sueldo. A otro un sobresueldo. Lo segundo me parece más discutible que lo primero desde este debate.

Noelia, pues sí, estoy contigo, pero también estamos acosumbrados a que esta publicidad busque el escenario conocido, y eso lo complica aún más.

Trilce, creo que el voto de confianza lo tienen, porque si no los medios prohibirían a sus periodistas hacer publicidad. Pero yo no lo veo claro. Lo que creo que compromete es compaginar ambas cosas, mientras que en algunos de tus ejemplos son actividades que se hacen en momentos diferentes. Si dejas el periodismo, no hay problema en hacer publicidad. ¿Compaginarlas? A mí no me convence.

C.C.Buxter dijo...

Dirigiendo tu pregunta a las altas esferas, ¿es adecuado que los medios de comunicación estén en manos de grandes corporaciones empresariales? ¿Es fiable la información que un periodista da de un tema relacionado con la empresa dueña de su canal de televisión o periódico? Cuando una empresa es la que más dinero gasta en anuncios en la empresa escrita, ¿la información sobre la misma será todo lo imparcial que sería de desear? Creo que las respuestas se obtienen por sí solas. Hace poco, se ha declarado judicialmente que César Alierta, presidente de Telefónica, cometió un delito aprovechando la información privilegiada de que disponía como presidente de Tabacalera, pero que no responderá de él porque ha prescrito. ¿Se le ha dado a esta noticia la difusión que merecía? Yo creo que no; es más, ayer escuché que Alierta va a presidir una especie de "consejo de sabios" para aumentar la competitividad de las empresas españolas. Pues qué bien.

Cuando pienso en todo esto, me acuerdo de dos cosas. Una, el discurso de "Buenas noches y buena suerte" alertando de la amenaza que para el periodismo representa el poder económico de la publicidad. Y dos, lo que el director de "L'Osservatore Romano", el periódico oficial del Vaticano, responde cuando otros periodistas le preguntan si en sus páginas se puede criticar al Papa: "¿En vuestros periódicos se puede criticar a vuestros jefes, directores y editores?"