Metro de Madrid está de huelga y, para hacérnoslo saber a todos los ciudadanos, ha decidido colpasar Madrid e impedir que la gente pueda hacer con normalidad todo aquello que pensaba hacer hoy. Hablan de dos millones de afectados por la huelga, pero no quiero ni pensar la cantidad de gente a la que le habrán impedido coger su vuelo o su tren, llegar a una importante reunión de trabajo o ir a visitar a un familiar enfermo. ¿Huelga? No, esto no es una huelga, no. Esto es un chantaje. Esto es un "o me das lo que pido o te destrozo el funcionamiento normal de la ciudad". Esto es un "o me das lo que pido o me tomo la libertad de saltarme la ley a la torera y atrévete a sancionarme". Eso es un "o me das lo que pido o voy a joder tanto a la gente que igual algo te acaba salpicandote a ti y te obliga a darme todo lo que te pido".
Estoy cansado de que las huelgas tenga siempre como objetivo primordial destrozar la vida del ciudadano, porque es él, como se ve en esta foto de El País que encabeza la entrada, el único afectado. Estoy cansado de que los sindicatos no cumplan la función para la que fueron creados y ahora sólo sirvan para ir eligiendo a qué clase de ciudadanos van a incomodar con sus tácticas. Estoy cansado de que cualquier imbécil, reclamando no sé muy bien qué, se tome la libertad de incumplir la ley que le salga de las narices. Estoy cansado de que por las grandes injusticias sociales nadie mueva un dedo y, en cambio, monten la revolución en una ciudad por un puñado de euros. Y estoy cansado de que nunca se haga nada para evitarlo, por lo que confío en que la Comunidad de Madrid llegue hasta el final para sancionar y despedir a quienes han incumplido los servicios mínimos que marca la Ley.
Si lo hacen, estaré encantado de ver cómo el protegido sindicalista que ha alentado esta salvajada ilegal le explica a la familia del conductor despedido por incumplir los servicios mínimos que ésto era realmente necesario. Estaré encantado de ver las caras de todos los que hoy han colpasado Madrid al darse cuenta de que la amplia mayoría de los ciudadanos les tienen ya como enemigos públicos a ellos mismos y no a quienes ellos querían situar en la diana. Estaré encantado de que, de una vez por todas, se impida el uso del derecho a la huelga (y que no lo utilicen, además, clases privilegiadas de esta sociedad) como una sucia y ponzoñosa coartada para chantajear a todos los ciudadanos para saciar intereses particulares. Estaré encantado de que pierdan sus trabajos los insolidarios de esta sociedad, porque seguro que hay mucha gente parada dispuesta a trabajar en las condiciones por las que estos tipos han secuestrado Madrid.
Dicen que mañana la huelga seguirá en las mismas condiciones ilegales. Es decir, que no habrá servicios mínimos. Eso es un delito y espero que se aplique el castigo que dicta la Ley para dicho delito. ¿De verdad esperan estos huelguistas que me ponga de su lado cuando ellos se alejan tanto del mío? ¿De verdad confían en que yo sea solidario con ellos cuando su insolidaridad es tan evidente? ¿De verdad creen que voy a llorar por ellos cuando ellos sabotean mi vida de esta forma? ¿De verdad esperan que alguien cumpla las normas con ellos cuando ellos deciden saltárselas de una forma tan evidente? Y ya que estamos, ¿qué se puede esperar de una sociedad en la que los delitos quedan impunes? La huelga es un derecho, pero si no respetamos sus normas, ¿qué nos queda? No me quedaré tranquilo hasta que no vea las sanciones, multas y despidos que, ojalá, se impongan a quien han alentado, desde su protegida silla sindical, a que todo un colectivo quebrante la Ley.
Qué harto estoy de que todo el mundo decida qué leyes se quiere saltar, de no poder hacer nada para evitarlo y de que quien cumple las normas y protesta por los canales racionales nunca consiga ni la mitad de lo que sí logran los salvajes insolidarios... Porque eso es lo más triste de todo. Estoy convencido de que después de uno, dos o más días de huelha salvaje e ilegal, estos tipos van a conseguir cosas. O, al menos, que no se aplique la Ley con ellos. Qué asco.
9 comentarios:
Qué correcta tu opinión, y qué bien la justificas. Como siempre.
No entiendo muy bien estas huelgas. Llega un momento en que casi parece que pierden su significado y son exclusivamente hechas para mostrar quien "la tiene más larga" y joder a quien haga falta. Lamento que hayais tenido que sufrir esta situación. Otro día nos tocará en Barcelona, o en Sevilla, o en Vigo o... donde sea.
En fin.
Hasta que no tocan el bolsillo... en fin sin palabras!
Cuanta razón tienes. Pero dará igual. Yo pienso igual que tú, esperaremos que sancionen pero...
En fin, mañana será igual no?
He alucinado cuando he escuchado en la radio hace un momento regresando de LLeida lo de la huelga y que NO funcionaban los servicios mínimos. ¡Qué verguenza! Ahora resulta que todos son malos. Creo que lo dijiste en otra ocasión pero me quedo con tu frase: que pare el país que me bajo! o mejor, quiero un billete al infinito y más allá!
Mire, jefe, hoy no he venido a trabajar porque los trabajadores del Metro reclaman no sé qué, así que todo el tiempo que hemos perdido hoy, todo lo que no hemos producido, todo lo que vamos a dejar de facturar, todos los clientes o contratos que hemos perdido por haber fallado se lo vamos a reclamar a los trabajadores que, por reivindicar lo que tal vez sea justo pero de una manera absolutamente injusta y execrable, ahora tendrán que hacer frente a otros temas. Seamos todos solidarios. Tú me fastidias a mí (una pena que no te gusten los tacos), yo te fastidio a ti. Es de justicia.
Y ahora dicen que si los expedientan harán más huelga sin servicos mínimos... xddd!! Cómo estamos!!!
Yo también siento asco. Sobre todo por lo que dices de que por las grandes injusticias sociales nadie mueve un dedo, y por un puñado de euros montan una revoloción. Es asqueroso, pero así somos las personas. Egoístas hasta límites asombrosos. Una amiga mía hará pronto el viajes de sus sueños a NY, y yo no he podido evitar preocuparme por si hay huelga de pilotos, o de lo que sea... no le he dicho nada, claro, pero es que es así, llega el veranito y las huelgas.. Y para conseguir lo que quieren pues ha fastidiar la vida al resto.. Que estamos ya hartos.
Besos y paciencia.
Muy bien escrito, muy bien planteado Juan. Yo no vivo en Madrid pero he visto lo que ha pasado y no tienen verguenza. Se la cargarán los de los servicios mínimos que seguro que casi habrán sido coaccionados porque son ellos en realidad los paganos.
Un abrazo Lola
Sonix, muchas gracias. Yo las huelgas ya no las entiendo, se hacen para fastidiar al personal más que para reivindicar derechos. Eso es lo malo, que sólo hay que esperar a la siguiente...
Arual, lo malo es que a estos no les han tocado el bolsillo tanto como a otros. Tengo un amigo que ha tenido que firmar una reducción del 8 por ciento en su salario o le despedían. Empresa privada, por supuesto. ¿Los sindicatos no protestan por esos casos? Y lo que decía, un auténtico chantaje...
Raquel, ya, ya sé que dará igual todo... Miedo me da la semana que viene.
Jo, bueno, el billete hasta el infinito y más allá me lo compro seguro cuando estrenen Toy Story 3, que por lo menos me servirá para olvidarme un rato de todos estos impresentables...
Impenitente, sí, esa es la curiosa forma de solidaridad a la que nos están empujando...
Claire, esa es otra, esas huelgas de aeropuerto que destrozan las vacaciones de miles de personas. Y cuando digo vacaciones siempre he pensado en casos como el de tu amiga: en sueños. Es tristísimo. Ojalá tu amiga tenga suerte y lo disfrute como nunca.
Bebita, en casi todo hay que mirar hacia arriba, sí. ¿Podemos? ¿O eso es sólo un eslogan para la selección?
Lola, ojalá fuera así, porque así los sancionados abrirían los ojos, pero me da que ni por esas. Hay demasiado egoísmo en esta sociedad.
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