domingo, junio 27, 2010

Deporte manipulado

Qué día tan triste para todo seguidor y amante del deporte. Triste, porque nada hay más bonito que una bella pugna entre dos deportistas y nada más triste que una competición deportiva manipulada, adulterada, tergiversada y emponzoñada. Más de una vez me han dicho que pongo demasiado énfasis en eso, en lo que hacen quienes tienen que actuar como jueces y que, al final, no son otra cosa que pobres ejecutores. Fernando Alonso ha hablado hoy de una "carrera manipulada", la que se ha disputado en Valencia. Y tiene razón, porque se ha manipulado no sólo su resultado sino también su desarrollo. Manipulada, además, con todo aquello que se puede manipular. Con incompetencia y con maldad. Pensar otra cosa es un ejercicio de ingenuidad del que ya no me considero posible, al menos en buena medida.

A la incompetencia se puede achacar el momento en el que aparece en pista el safety car que al final ha decidido tantas cosas. Dicen que el reglamento permite la aparición de este coche en cualquier momento de la carrera. Pues vale. Uno piensa que debiera primar la seguridad de los conductores y, después, la noble contienda deportiva. Ni una cosa ni la otra. No había urgencia en el safety car puesto que los dos pilotos afectados en el choque estaban perfectamente y salieron de sus coches por su propio pie. ¿Por qué entonces se mete en pista el safety car detrás del primer clasificado? Me dejo llevar por mi ingenuidad al decir que esto es un error producto sólo de la incompetencia, pero en realidad no me lo creo ni yo. La FIA ya ha dado sobradas muestras en años precedentes de lo que es capaz de hacer cuando quiere que alguien sea campeón. O que no lo sea.

Luego llega el chiste y la maldad. Hamilton adelanta al safety car, algo que, obviamente, está prohibido. La sanción le llega media hora después, cuando el castigo de pasar una vez por boxes no tiene relevancia alguna en la carrera. Fernando Alonso cumplió las normas cuando iba tercero y acabó octavo. Hamilton las incumplió cuando iba segundo y segundo acabó. ¿Eso es justicia? ¿Eso es respeto al duelo entre dos deportistas? Esto es basura. Y basura es lo que llevamos ya muchos años tragando de las decisiones de los que mandan en la Fórmula 1. No soy un erudito de este deporte, pero me es difícil creer que pueda haber existido un piloto que se haya saltado más normas que Hamilton con tan pocas consecuencias en su contra. Es sencillamente indignante. Y lo es, además, porque no pasa nada, porque nadie se rebela, porque el enfado dura diez minutos y ya estamos pensando en la próxima carrera. Yo, después de cada estafa, cada día pienso menos en la siguiente. Y a este paso llegará el día en que ni la vea.

Después de esta vergonzosa y falsa carrera de Fórmula 1, llegó el turno del Mundial de fútbol. Algunos dicen que es el mayor espectáculo del mundo. Yo lo he creído durante años, y espero con fervor que pasen esos cuatro años para disfrutarlo. Ahora mismo me parece la mayor farsa (con permiso de la Fórmula 1, claro). Vale que el nivel futbolístico está siendo bastante bajo, pero lo realmente increible de esta cita deportiva es el paupérrimo nivel arbitral. Se suele excluir del análisis de los partidos, y yo seguiré clamando en el desierto para que se tengan en cuenta, con la misma importancia que cobran durante los partidos, estas tergiversaciones del deporte, estas manifiestas incompetencias que adulteran resultados y campeones. Parece que cuando te quejas del árbitro es porque te ha perjudicado a ti, a tu selección, a tu equipo. Parece que todo se quiere solucionar reabriendo del debate sobre la tecnología en el fúbol.
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Seamos serios de una vez. No hace falta tecnología para ver que el gol de la derecha, anotado por Lampard para Inglaterra, ha traspasado la línea de gol aunque el equipo arbitral decidiera no darle validez. ¿Que lo habría certificado sin lugar a dudas en el propio partido? Sin duda, y por eso soy partidario de utilizarla para casos como éste. Pero ese gol lo ha visto todo el mundo en directo. Todo el mundo menos el árbitro y sus asistentes. ¿Casualidad? Imposible, es imposible. Frecuento estadios de fútbol. Sé lo que se ve y lo que no se ve. Sé lo que es que miles de personas en un estadio vean algo y el árbitro no. A mí no me engañan. Tampoco hace falta mucha tecnología, ni siquiera mucha competencia o inteligencia, para ver que el gol de la izquierda, marcado por Tévez para Argentina, es un fuera de juego tan flagrante que es imposible no señalarlo. No lo señalaron, claro.
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Las dos selecciones beneficiadas por estas decisiones ganaron sus partidos y seguramente buena parte de ese triunfo se debió a que a Inglaterra le anularon el empate a dos contra Alemania y a que Argentina se adelantó así contra México. Por mucho quye después ambas golearan. No importa lo que se haga sobre el campo, porque todo el trabajo de 22 jugadores está en manos de unos supuestos jueces que no tienen el nivel para ejercer como tales. Estos dos son los errores más claros que se han visto en el Mundial, pero en absoluto los únicos. Ha habido goles ilegales, penaltis clamorosos no señalados, expulsiones inverosímiles. Está habiendo de todo. Y puede haber más. Ojo, que esta Copa del Mundo está teniendo visos de pasar a la Historia por el fracaso europeo, por la desaparición de los jugadores estrella, por la constatación de que el entrenador es un estorbo al entretenimiento que ofrece este deporte y, me temo que por encima de bastantes de estas cosas, por la grave influencia arbitral en su desarrollo y resolución.
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Qué día más triste. ¿Mañana será otro día...?

7 comentarios:

Roi dijo...

4º árbitro viendo la TV y decidiendo con calma, como estuvieron a punto de hacer hoy con Argentina. Mientras tanto, olvídate, sea porque están pagados, ciegos o tontos perdidos, el fútbol seguirá siendo un deporte injusto y la moviola un debate divertido.

El tenis comenzó a ser justo con el ojo de halcón. Hoy se podría ser justo también con el fútbol, pero es evidente que, de momento, no interesa.

Salu2

C.C.Buxter dijo...

No me interesa mucho la F-1, pero justo ayer, casualmente, vi casi toda la carrera, y con el asunto de Hamilton me acordé de la asignatura de "análisis económico del derecho", en la que te explicaban que, cualquiera sea la norma, ésta es irrelevante si los interesados llegan a una solución más ventajosa para sí (p. ej., si contaminar es más rentable que pagar la multa). Lo de Hamilton es tan injusto que creía que al final lo arreglarían sancionando a los pilotos que quedaron delante de Alonso, pero ya veo que ni por esas...

En cuanto al Mundial, lo de ayer fue vergonzoso. Lo de Inglaterra puede tener un pase, porque según cómo estén colocados el juez de línea o el árbitro pueden no verlo (además de ser un claro ejemplo de justicia poética, pensando en la final del 66); sin embargo, lo de Argentina es tan inverosímil que cabe poco margen a la ingenuidad (¡si no había ni portero!). Espero que no tengamos más sustos en lo que queda de campeonato... especialmente mañana por la noche :-)

Arual dijo...

Pensemos en positivo querido Juan, si mañana caemos en octavos, diremos que la culpa fue del árbitro y podremos dormir tranquilos y con nuestra conciencia limpia.... Aisss qué duro es esto de ser aficionado a los deportes últimamente!!

Y por qué siempre salen ganando los que peor me caen? Hamilton y Argentina son unos chulazos de mil pares de co___es, con permiso de Messi!

Juan Rodríguez Millán dijo...

Roi, que no interesa está más claro que el agua, pero además de la tecnología hay otra parte, que es donde yo más insisto: la competencia y el buen trabajo. No es tan difícil arbitrar. No ciertas cosas. Y si en esas cosas cumplieran, el error humano no generaría tanto debate.

C.C.Buxter, sí, yo también pensé en la final del 66, ¡qué irónico es el fútbol cuando quiere...! El día que alguien se pare a hacer un análisis económico del deporte nos vamos a llevar muchas sorpresas...

Arual, es durísimo... cuando te toca, claro. Porque están convirtiendo el deporte en eso, en cruzar los dedos y que no te afecten estas dolorosas arbitrariedades. Y como es imposible, pues en realidad estamos todos siempre cabreados en lugar de disfrutar de algo tan bonito como el deporte. Puf, no sabes las ganas que tengo de que Hamilton o Maradona pierdan todo lo que jueguen...

Jo Grass dijo...

Yo no entiendo un carajo de fútbol y reconozco que me pasa lo mismo con la Fórmula 1. No me había enterado de lo de estos últimos pero en el asunto del fútbol y con los millones que hat por en medio me parece totalmente anacrónico que no usen la tecnología y vivan en la edad de piedra. En ténis y natación, que no se mueve tanta pasta está el asunto mejor resuelto.
Es vergonzoso!

El Impenitente dijo...

Lo malo es también que sólo protestan los que son perjudicados que luego callan cuando son beneficiados. Hubiese hecho mucho bien si Alemania o Argentina se hubiesen dejado marcar un gol para reestablecer la justicia o Hamilton se hubiese dejado caer para estar en igualdad de condiciones con los demás, pero eso sí que es ciencia ficción.

Juan Rodríguez Millán dijo...

Jo, tienes razón, es anacrónico. Pero a veces se tergiversa el debate. Para el gol fantasma sí hubiera sido útil la tecnología. Para el fuera de juego hubiera bastado un árbitro competente, profesional y digno. Se escudan en ese debate para no reconocerlo, y eso me da rabia. ¡Buenos árbitros ya, que no es tan difícil pitar como nos dicen!

Impenitente, esa es la otra parte, y yo ya ni siquiera pido gestos heroícos como los que dices, me conformó con reconocer las cosas al final. Nosotros nos quejamos de los penaltis que nos hicieron en la primera fase (y a Torres contra Portugal, a mí me pareció claro) y, sin embargo callamos con el fuera de juego de Villa. No sé por qué duele tanto decir la verdad.