Mariano Rajoy es el presidente del Gobierno que no dudó en buscar votos para serlo fotografiándose en una oficina del INEM con cara compungida. El mismo que dijo, en grandes titulares a cinco columnas, que cuando él gobernara el paro bajaría. No es que importan ya las promesas del Gobierno que más ha incumplido en toda la historia de la democracia, y eso que sólo lleva un año. Pero, al menos, hay que exigir que dé la cara. No lo ha hecho nunca, y hay ejemplos señalados, pero igual ya va siendo tiempo de que lo haga, que para eso consideró el problema del paro como la prioridad de su mandato cuando le sirvió para que muchos creyeran que el "cambio" era imprescindible para que el empleo creciera. Como soy poco exigente, me habría conformado con que apareciera la ministra de Trabajo, Fátima Báñez, esa desaparecida mujer que no está para valorar los datos de desempleo ni tampoco para ir a las cumbres sobre la materia que se celebran en Bruselas. Me pregunto entonces para que está, pero recordando su récord publicado en Twitter en un juego de bolitas igual ya tengo la respuesta.
El hecho de que el ministro de Agricultura sea la única voz del Consejo de Ministros en respuesta inmediata a estos datos es una tomadura de pelo que se explica por sí sola. "Conscientes de que es una cifra preocupante, que habíamos anticipado, hemos hecho las reformas para que 2013 sea un año mejor pese a todos los augurios", dijo Cañete. Bla, bla, bla de argumentario tóxico que se rebate en dos pinceladas. La primera: Federico Jiménez Latorre, secretario de Estado de Empleo y encargado del marrón de valorar los datos de hoy a falta de un presidente, vicepresidenta o ministro que se gane el jugoso sueldo que cobra, aseguró que "hasta finales de este año o principios de 2014 (...) no es esperable que aumente el empleo", lo que dificulta que, como dice Cañete, 2013 sea un año mejor. La segunda: "Espero que no", dijo la ministra de Empleo, Fátima Báñez, cuando al aprobar la ya mencionada reforma laboral le preguntaron si sería la ministra de los seis millones de parados, eso que Cañete dice que su Gobienro ya anticipaba.
Rajoy y sus ministros no es ya que no arreglen un problema que, espero que ya nos hayamos dado cuenta todos, no saben cómo arreglar sin la ayuda de la divina providencia. Pero es que ni dan la cara en este asuntillo de nada que es el paro en España. Bienvenidos a otro de los inmensos beneficios de la mayoría absoluta, que empiezo a pensar que tendría que estar prohibida por Ley.