jueves, julio 28, 2011

Móviles

Empieza a ser ya una certeza incontestable, que ni siquiera un científico podría demostrar tan sólidamente. Cuando uno se sienta en un cine a ver una película, siempre habrá un teléfono móvil que suene. Incontestable, oiga. No falla. La modalidad de la sintonía es la más compartida en las experiencias cinematográficas, es decir, simplemente que el móvil suene. La vergüenza (o el improperio de otro espectador) suele llevar al dueño del aparatito a colgar inmediatemente. Pero ahí no acaba la cosa, no. También hay ocasiones en las que alguien se pasa toda la película mirando la pantalla de su móvil. ¿Por qué demonios pagar una cantidad bastante respetable de euros si lo que te apetece es chatear con la novia o consultar el correo electrónico? Intrigante cuestión, desde luego, que se escapa a mi comprensión. Algún día, si me encuentro de humor, igual hago una encuesta.

Pero, dentro de estas experiencias, para mí el ser despreciable por excelencia es aquel que entra al cine, que no apaga su teléfono, ni siquiera lo pone en silencio, recibe una llamada, lo coge y le empieza a contar a su interlocutor que está en el cine y que por ese motivo no puede hablar, que luego le llama y hablan tranquilamente. Para mí es irremediable pensar, dígamoslo eufemísticamente, de forma negativa de semejante vecino de butaca. Pero es que si además el momento llamada se produce no una sino dos veces, y en ambas ocasiones escucho la misma conversación, ya me falta poco para el improperio público. Hoy estaba dispuesto a armar un pollo si el teléfono sonaba una tercera vez y el individuo que estaba sentado en la fila de atrás lo cogía por tercera vez para protagoniza esa conversación. Y una de dos, o ha habido suerte (para él y para mí) o las vibraciones negativas dejan a los móviles sin cobertura. De esto no tengo una certeza científica absoluta, no sé decir qué es lo que ha sucedido.

Lo confieso. Mi fantasía violenta irrealizable, aunque sólo sea por el respeto al prójimo que uno tiene (un sentido que ya sé que le falta al egoísta común de los mortales), es coger el teléfono móvil de ese imbécil que no sólo decide no apagarlo sino que además se permite el lujo de cogerlo y mantener una conversación, tirarlo al suelo y pisotearlo con todas mis ganas. Y si su dueño protesta, coger los restos... y mejor paro, que esto va a parecer una película de Tarantino y no es plan. Que Tarantino me gusta tan poco como los impresentables que van al cine creyéndose que están en el salón de su casa. Claro que en su casa no se permiten el lujo de comportarse como cerdos y poner el suelo hecho un asco de restos de palomitas, refrescos, nachos con queso y demás enseres por los que, pásmense, pagan antes de sentarse en su butaca cantidades tanto o más elevadas que las que desembolsan por la entrada para ver la película. Y luego dicen que hay crisis...

jueves, julio 21, 2011

Cambio un Camps por una Moncloa

Como si fuera el intercambio de cromos de los niños en el colegio. Así actúan los dirigentes del PP. Cambio un Camps ahora por una Moncloa cuando sea. Y el caso es que se puede decir sin que nadie se asombre. A mí me asombró que un presidente autonómico dimitiera ayer alegando que lo hace para no entorpecer el camino del presidente de su partido hacia La Moncloa. No dimite porque esté procesado. No dimite porque se le acuse de un delito o por su relación con una trama mafiosa y criminal. Dimite para que el juicio no le coja como presidente autonómico, no vaya a ser que por eso perjudique a su superior y le prive del chiringuito que intenta asaltar por tercera vez. Para mí, esto es una perversión democrática que hace un daño incalculable a los que todavía pensamos que la política tiene algo bueno que decir en esta desencantada sociedad en la que vivimos.

El caso es que Camps ya no es presidente de la Comunidad Valenciana. Menos mal. No entiendo cómo no se ha regulado ya en España, aunque sea por los propios partidos políticos (regulado de verdad, no las tonterías esas de códigos éticos que incumplen sistemáticamente), que situaciones como la vivida con Camps y el caso Gürtel no puedan darse. No me parece lógico que un presidente en ejercicio de sus funciones y con tanto tiempo como ha tenido para tomar decisiones (dos años, nada menos) haya estado tan cerca de sentarse en el banquillo como tal. Y, por lo que dicen, parecía dispuesto a hacerlo, a ésto o a aceptar su culpabilidad siendo el principal representante de todos los valencianos. Ambas cosas me parecen aberrantes. La buena noticia de la dimisión es que no vamos a ver ninguna de esas dos imágenes, ni la de un presidente enjuiciado, ni la de uno delincuente y condenado (si así lo estiman los jueces). Es un alivio.

No lo es que este presidente autonómico haya estado una semana desaparecido por este tema, que es problema personal suyo y no de los valencianos. No lo es que haya sido un presidente que ha despreciado a la prensa que no le era afín con una desfachatez que debiera ser intolerable en democracia (y que ha tenido su último episodio en su declaración final, que no se pudo ver en directo). No lo es que un presidente autonómico dimita menos de un mes después de tomar posesión como tal por un asunto que se conoce desde hace dos años. No lo es que tenga la desfachatez de acometer una campaña electoral pensando en este horizonte de marcharse o deshonrar la institución que presidía. No lo es que la separación de poderes sea un juguete en manos de los políticos para administrar sus tiempos como mejor convenga a sus intereses partidistas.

Y no lo es que Mariano Rajoy haya actuado como lo ha hecho. Ya ni siquiera pienso en la pasividad absoluta que ha mostrado sobre este asunto. Como en otros muchos, ha dado la sensación de que prefería no intervenir a ver si con suerte bien se olvidaba o bien se solucionaba solo. Lo que me preocupa, y aquí le tengo que dar toda la razón al nuevo portavoz del Gobierno, José Blanco, es que el presidente del PP zanje la dimisión de un presidente autonómico acusado de cohecho y perteneciente a un partido con un simple comunicado. Un papelito. Sin dar la cara. Por supuesto, sin contestar las preguntas de la prensa. Después de días y días de silencio, ese silencio que tanto le gusta a Rajoy. Silencio que no podrá tener (¿o sí?)como presidente del Gobierno, si es que sucede como creo la desventura de que llegue a La Moncloa. Silencio que, me temo, mantendrá siendo jefe del Ejecutivo cuando no vea algo inteligente que decir.

Ahora salen dirigentes del PP y exigen (no sugieren, no piden, no creen que sea lo mejor; simplemente exigen, aunque para ellos no hay exigencias que valgan) que Rubalcaba siga el mismo camino que Camps por el caso faisán. Curioso, porque Rubalcaba no está imputado en nada. Curioso, porque la presunción de inocencia que exigen (de nuevo exigen) para uno de los suyos no es ni siquiera imaginable para los otros. Será que ahora que hemos visto a un destacado dirigente popular presentar la dimisión (algo que, creo, no veíamos desde que el ministro Pimentel dimitió... ¡¡¡en marzo de 2003!!! y fue por desavenencias personales con José María Aznar, no por un escándalo), le han cogido el gusto en Génova a esta práctica tan saludable y democrática de dejar un cargo cuando no se está en condiciones de asumirlo. O será que eso de la autocrítica o de perdir perdón no va con ellos. Nunca ha ido con ellos.

Y como tengo mucha imaginación, me imagino un escenario interesante... Pongamos que se adelantan las elecciones generales. Pongamos que las gana el PP. Pongamos que pocos días después de que Mariano Rajoy sea investido como presidente del Gobierno, Camps es juzgado. Pongamos que el ex presidente valenciano es condenado. Y ahora ya no sé qué poner. ¿Hablará Mariano Rajoy entonces de este asunto? ¿O tendremos que decir y lamentar que el presidente del Gobierno no quiere hablar de la corrupción que afectó a un presidente autonómico de su partido? Como ya tendremos el cromo de La Moncloa en nuestro fajo, tanto nos dará...

domingo, julio 17, 2011

Los sueños, sueños son

- Cariño, tú crees que te llamarán del Today Show para ficharte desde los ocho años, y eso no va a pasar.


- Eso sí, eso ya lo sé, tienes razón.


- En parte la culpa es mía. Dejé que tu padre te diera esperanzas. Él no era una persona feliz, esa es la verdad. Cuando vio que apuntabas tan alto empezó a sentirse mejor, así que no le dije nada.


- ¿Qué insinúas?


- Tenías un sueño, ¿no? ¡Genial! Cuando tenías ocho años era encantador. A los 18 era inspirador. A los 28 es realmente vergonzoso. Y quiero que pares antes de que lleguemos a desgarrador.


Morning Glory (Roger Michell, 2010)




Detesto a la gente que piensa así. Cada día que pasa detesto más a quien fija una determinada edad o un momento concreto de la vida como el indicado para dejar de soñar. Y detesto aún más a quienes se creen con derecho de decir a los demás qué, cuándo y cómo pueden soñar. Los sueños son libres, y no importa que tengas 18 o 33 años, que seas hombre o mujer, que tu sueño parezca inalcanzable o que esté al alcance de la mano, que dependa de ti o de otras personas, que sea algo trivial o que por el contrario sea algo trascendente en tu vida. Todos los sueños valen precisamente porque son sueños. ¿Y sabéis qué? A veces los sueños se cumplen. Y a veces no, pero no por ello hay que dejar de soñar mil sueños que se puedan convertir en realidades. Y los sueños, sueños son. Sí, detesto a quienes no quieren que soñemos, a quienes creen que soñar es algo negativo.

jueves, julio 14, 2011

La mujer y el fútbol

Estas dos informaciones aparecen hoy en El Mundo. ¿Cuál es la mejor foto que hemos encontrado para ilustrar la última jornada de la primera fase de la Copa América? La de un grupo de jóvenes y guapas aficionadas brasileñas. En la información, por supuesto, hablamos de fútbol. ¿Cuál es la mejor noticia que hemos encontrado para hablar del Mundial de fútbol femenino que se está disputando en Alemania y que ya ha alcanzado la final? Un ránking de las futbolistas más sexys que disputan esa competición. Sin foto en la portada del periódico digital, aunque pinchando en el enlace tenemos una completa galería de imágenes. Imágenes que al menos muestran a las jugadores vestidas como futbolistas, algo es algo.

El Mundo (ojalá fuera sólo El Mundo) limita así el papel de la mujer en el fútbol a ser una atractiva animación en la grada o un sexy objeto en el campo. Cada día me parece más triste que esta imagen sea la única que los medios de comunicación saben transmitir, y es que, por desgracia, no se limita sólo al fútbol, sino que abarca otros muchísimos aspectos de la vida y de la sociedad. Seguro que, entre las personas que lean esto, hay alguien que piensa que quién soy yo para censurar que salga una cara bonita en un periódico. Que quién soy yo para decir qué tipo de imagen habría de ilustrar una noticia deportiva. Solo sé, y vosotros también lo sabéis, que al revés este fenómeno no se produce.

Sí, también hay ránkings de los hombres más sexys que juegan al fútbol, sí, pero esa nunca sería la noticia tras unas semifinales de un Mundial de fútbol masculino. Lo sería el partido. En el caso del Mundial femenino, no. Y nunca veréis una foto de cuatro aficionados masculinos animando a una selección femenina para ilustrar una información sobre una competición de mujeres. Veríamos a las propias mujeres. Del Mundial femenino lo que más se ha destacado son ránkings de las más sexys y el vídeo de una jugadora que tras un partido se quitaba la camiseta para intercambiarla con un aficionado. Eso es lo que están mostrando los grandes medios de comunicación. Y eso, justo eso, me parece denigrante. Luego cuando alguna federación insta u obliga a llevar uniformes ajustados a alguna deportista para explotar así su imagen y atraer aficionados, todos nos llevamos las manos a la cabeza. Porque, eh, machistas no somos.

viernes, julio 08, 2011

La verdad de los tiempos y de las hemerotecas

Alfredo Pérez Rubalcaba ha anunciado hoy, día 8 de julio de 2011, que deja el Gobierno para concentrarse en su labor como candidato del PSOE a la Presidencia del Ejecutivo en las próximas elecciones generales. Mañana sábado día 9 de julio será designado oficialmente candidato. Quedan más de ocho meses para las elecciones generales. Al parecer, hoy ya es demasiado tarde porque llevamos meses escuchando a los dirigentes del PP (y a mucha gente que no es dirigente del PP) censurando la actitud de Rubalcaba por seguir siendo vicepresidente y ministro. Al parecer, hoy es importante que Rubalcaba sea designado candidato del PSOE siendo todavía oficialmente vicepresidente y ministro (algo que dejará de ser la próxima semana, dicen que el lunes).

Al parecer, ahora hay preocupación por que los sucesores en esos cargos los pueda nombrar el propio Rubalcaba y no el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Al parecer, ahora molesta que Rubalcaba presente ideas propias que no ha puesto en práctica Zapatero porque, dicen, tendría que haberlas propuesto antes. Al parecer, ahora es reprocharble que el candidato del PSOE no hable de cuestiones del partido en La Moncloa. Al parecer, ahora se puede cuestionar que el anuncio de quién será el candidato del PSOE para las elecciones generales se comunique desde Ferraz y no desde La Moncloa, por mucho que el PSOE anuncie sus temas y el Gobierno los suyos y aunque lo haga la misma persona.

José María Aznar anunció el 30 de agosto de 2003 que Mariano Rajoy sería el candidato del PP a las elecciones generales de 2004. Fue designado como tal el miércoles 3 de septiembre. Dejó de ser vicepresidente primero y ministro de la Presidencia el 4 de septiembre. Quedaban siete meses para las elecciones generales. Entonces, a diferencia de ahora, no hubo esta campaña de descrédito y reproche diciendo que fuera demasiado tarde para nombrar al candidato y exigiendo que éste saliera del Gobierno. Entonces, a diferencia de ahora, parece que no era problema que Rajoy fuera desginado candidato del PP siendo todavía oficialmente vicepresidente y ministro.

Entonces, a diferencia de ahora, se consideró normal que Aznar y Rajoy estudiaran conjuntamente los cambios en el PP y seguramente en el Gobierno. Entonces, a diferencia de ahora, se consideró como una muestra de gran dirigente político que el sucesor anunciara que iba a hacer lo mismo que el sucedido sin presentar ideas propias. Entonces, a diferencia de ahora, Rajoy como portavoz del Gobierno sí hablaba de la sucesión del PP desde La Moncloa en las ruedas de prensa posteriores a los Consejos de Ministros. Entonces, a diferencia de ahora, no se montó escándalo alguno por el hecho de que el anuncio del candidato del PP se filtrara desde la estructura de Moncloa y de que el aparato del partido estuviera tan fusionado con el del Gobierno.

No puede ser que a unos se les consienta lo que a otros no. No puede ser que tanta hipocresía pase desapercibida. No puede ser, cuando las hemerotecas están ahí, las puede consultar cualquiera y comprobar lo que era verdad entonces y lo que es verdad ahora. Y no puede ser, no, que la gente siga creyendo que PP y PSOE se portan igual en estos al parecer nimios detalles democráticos. No puede ser que esté escuchando a Rajoy y a los suyos criticar algo de Rubalcaba que el mismo dirigente popular hizo peor en su día. En aquella época, Génova y Moncloa estaban fusionados y no podíamos criticarlo con la misma libertad con la que ahora se censura, con o sin razón, cualquier otra cosa del Gobierno. Ahora, lo del PSOE se ha anunciado en Ferraz, lo del Gobierno se ha hecho en Moncloa. No voy a dejar de aplaudirlo por mucho que en estos días la gente te mire con recelo por aplaudir algo que huela a socialista.

domingo, julio 03, 2011

Victoria pírrica

Andan muy satisfechos por la calle Génova por la victoria de Mariano Rajoy en el Debate sobre el estado de la Nación. No es para menos, es la primera vez que vence oficialmente. Extraoficialmente gana siempre para los suyos, por supuesto, y es que la política se ha dejado vencer por el hooliganismo, pero ahora lo dice también la encuesta del CIS. Bueno, lo dice la encuesta del CIS cuando se pregunta directamente por el ganador del Debate. Ahí sí gana. Claro que esto de los datos tiene su gracia. Y empezamos por esa misma pregunta: "¿Quién cree que ha ganado el debate?". Resulta que el 50,5 por ciento de los encuestados no dice a nadie. Desde el PP se puso en cuestión el resultado del referéndum que se hizo en Cataluña en 2006 para validar su nuevo Estatuto de Autonomía... porque tuvo una participación del 49,42 por ciento de los censados. Cifras casi clavadas a las de esta encuesta. Obviamente, una encuesta no es un referéndum, pero si lo que se trata es de dar valor a un resultado habría que tener claro cuándo se puede y cuándo no. Pero con cifras, no con intereses particulares, por favor.

Luego uno profundiza en lo que dice la encuesta del CIS y aparecen cosas muy curiosas que, en lo que a la valoración de Rajoy se refiere, no invitan precisamente al optimismo. Por ejemplo, que aunque el líder del PP ganara según esa pregunta principal, la que todo el mundo ha llevado a los titulares de la información, resulta que no es, ni de lejos, el que mejor valoración recibe de los ciudadanos. "¿Cómo le parecieron...?" se le pregunta a los españoles y resulta que dicen "Muy bien" más personas que cuando se le menciona a Rajoy cuando son cuestionados (por orden de mejor a peor) por Duran i Lleida, Rosa Díez, Zapatero y Llamazares. Pero es que además dicen "Bien" más encuestados en los cuatro mismos políticos (y aquí el que más porcentaje logra es Zapatero) que en la valoración a Rajoy. ¿Pero sabéis qué? Que ahí no acaba la cosa. No hay político que consiga más apoyos que Rajoy en las valoraciones de "Muy mal" (una décima por encima de Zapatero), "Bastante mal" (supera al presidente del Gobierno por un 4,6 por ciento ) e incluso en "Regular".

Ganar, ganó, pero es que aún hay más. No hay nadie que le supere en el apartado en el que se pregunta a la gente que señale al líder político con el que está de acuerdo "con nada o casi nada de lo que dijo" (32,3 por ciento por el 30,5 del tan contestado y criticado presidente del Gobierno, y no estoy entrando en si justa o injustamente) y no es, para su desgracia, el político que logra el mejor porcentaje cuando se pregunta a los encuestados con quién estuvieron de acuerdo "con la mayoría de las cosas que dijo" (ahí vence Duran i Lleida). Y aunque en las opciones de la siguiente pregunta sí vence con holgura a Zapatero (al parecer única vara de medir de todas las cosas en este momento de nuestras vidas), lo cierto es que el 70,4 cree que tiene pocas o ninguna propuesta real frente a la política del Gobierno, el 70,2 que es poco o nada capaz de hacer una oposición constructiva, el 68,4 le ve poco o nada capaz de infundir confianza a la sociedad española y el 59,7 le considera poco o nada preparado para asumir el Gobierno del país.

Según la encuesta, Zapatero es más moderado que Rajoy (70,9 opta por el presidente del Gobierno por el 48,5 que elige al líder de la oposición; ¿se podría invertir esta pregunta y preguntar quién es más radical?), tiene más sensibilidad hacia los problemas de los españoles (53,3 por 51,4), tiene más capacidad de comunicarse con los ciudadanos (48,1 por 37,1) y tiene más capacidad de encajar las críticas que le hacen (63,6 por 44,9). Y para completar el cuadro, el 53,8 por ciento mantiene la misma opinión sobre Rajoy y el 25,4 incluso tiene peor opinión sobre él. En todo esto, Rajoy pierde con bastante claridad. Son muchas valoraciones negativas. Y a veces son muy negativas. Indudablemente, Rajoy ha ganado el Debate para los españoles, lo dice el CIS, y sigo bastante convencido de que, salvo hecatombe, será el próximo presidente del Gobierno. Pero vistos los altos niveles de desconfianza y de crítica que revela la encuesta, si esto no es una pírrica victoria, no sé qué puede serlo. Salvo que importe la imagen más que los ciudadanos, claro.