martes, octubre 26, 2010

El fondo y la superficie de la política

Como viene siendo el funcionamiento habitual de la política española, conocer lo que gana María Dolores de Cospedal por su dedicación a esta antaño noble disciplina ha generado una nueva polémica. Una polémica política y mediática, pero al fin y al cabo una polémica de cortísimo recorrido que la semana que viene ya estará más que olvidada. Que la secretaria general del PP gane 241.000 euros al año es únicamente un arma arrojadiza entre los partidos políticos. Así han entendido la noticia y así la están utilizando. Que si el PSOE dice que cómo es posible que gane tanto, que si el PP responde que algunos socialistas ganan lo mismo, que si el PSOE dice que cómo es posible que gane más que Zapatero, que si el PP dice que todo es transparente y legal. Nos quedamos en la superficie, cuando lo que debería importarnos es el fondo. Pero será que en España no tenemos grandes nadadores. Lo que seguro no tenemos es buenos periodistas ni buenos políticos. Al menos no en las esferas que dominan el cotarro.

A mí lo que me preocupa no es que la secretaria general del PP gane 241.000 euros. A mí lo que preocupa es lo que se desprende de esa cifra y del resto de la situación económica, política y social en la que vive España. Siempre he tenido claro que la mayor responsabilidad política de este país es la del presidente del Gobierno. Por eso, me parece inaudito e injustificable que una persona que se dedique a la política, cualquier persona y del partido que sea, pueda ganar más dinero que el presidente del Gobierno. No seré yo quien diga si hay que bajarle el sueldo a los políticos en general o subírselo al presidente del Gobierno, pero creo que el sueldo del inquilino de La Moncloa tendría que ser el baremo a seguir. Todo lo que se salga de él, es injusto e inmerecido. Quizá también tendría que ser ilegal. Pero ojo, que no sólo la secretaria general del PP gana más que el presidente del Gobierno. Hay alcaldes que ganan mucho más que Zapatero. Y eso tampoco puede ser.

Pero es. Y eso da la impresión de que la política es un magnífico negocio para lucrarse, incluso por vías legales. No estamos hablando de corrupción, no se trata de calificar aquí de ladrones a los políticos. Están ganando el dinero que les corresponde por ley. Lo que hay que hacer es modificar la normativa que fija los sueldos de los cargos electos, sean nacionales, autonómicos o municipales. Así de sencillo y así de imposible, porque, claro, ¿cómo van los propios políticos a modificar la norma que les permite tener sueldos holgados y vidas relajadas? No lo han hecho nunca, no lo van a hacer ahora. Para eso se necesitaría una altura de miras que hoy por hoy no existe en la política española. También para estudiar en profundidad el dinero que gestionan los partidos políticos, en gran medida dinero público, porque de esos 241.000 euros que percibe María Dolores de Cospedal nada menos que 167.864 son de su sueldo como secretaria general del PP (esta cifra ya supera lo que gana el presidente del Gobierno). Si ya estamos pagando del erario público los sueldos de senadores y diputados, ¿por qué tenemos que sufragar también estos sobresueldos, aunque sólo sea parcialmente?

El caso es que seguro que hay muchos políticos que tienen sobresueldos parecidos y cifras tan enormes de ingresos. La que hemos conocido es la de María Dolores de Cospedal. Me daría igual que fuera la de Leire Pajín, la de Alfredo Pérez Rubalcaba, la de Joan Puigcercós o la de Gaspar Llamazares. Lo importante es que la política recobre la dignidad que hoy en día ya no tiene. Y eso pasa por no tomar el pelo a la ciudadanía con estos sueldos y, sobre todo, por la comparación con los discursos. Que la secretaria general del PP, ganando 241.00 euros al año, proclamó a su partido como el de los trabajadores, como ha hecho en alguna ocasión, suena a pitorreo. No suena, es que es un pitorreo. Se está riendo de las personas que tienen sueldos mileuristas en el mejor de los casos. Y personalizo en María Dolores de Cospedal, en sus cifras y en sus frases sólo porque es el caso que ha salido a la luz. Es de sobra conocido que los políticos no hablan, sólo reaccionan a lo que pasa. Ojalá tuviéramos una lista completa de los cargos públicos que tienen estos sueldos, pero esa hay que irla investigando organismo por organismo. Ojalá supiéramos de verdad qué políticos ganan más ahora que por ejemplo hace dos años, cuando se siguen llenando la boca con esos mensjaes de austeridad por la crisis.

Hace ya algunos meses, en diciembre de 2009, publiqué en Suite 101 un artículo que hablaba sobre los sueldos de los políticos españoles. Es obvio que no ha perdido actualidad. No me cansaré de seguir retomando el tema cada vez que surja una noticia que me sirva de excusa. Y no me cansaré de seguir pidiendo que la política vuelva a ser algo digno. O igual es que nunca lo ha sido y yo soy un ingenuo.

sábado, octubre 23, 2010

Deporte femenino

Hace pocas fechas, leía en el diario Marca una entrevista que Olga Viza le hizo a Amaya Valdemoro, la mejor jugadora de la selección española de baloncesto que acababa de conseguir la medalla de bronce en el Mundial. Y entre todas las cosas que decía, se me quedó grabado lo siguiente, una reflexión sobre qué hacer para atraer medios de comunicación y público al deporte femenino: "No sé lo que le pasa a la gente. Se está luchando por la igualdad, pero por mucho que digan no la hay. (...) En un partido nuestro se pueden ver más detalles técnicos que en uno de hombres, donde cada vez gana más terrerno el físico. (...) Se buscan soluciones, pero lo primero que dicen es que tal vez debiéramos cambiar las equipaciones. ¿Qué pasa, que tenemos que ir enseñando cacha para que vengan a ver el baloncesto femenino? ¡Pues no! Estoy harta de tonterías de esas. Yo voy a jugar al baloncesto".

Cuánta razón tiene Amaya Valdemoro. Y, por desgracia, qué forma de clamar en el desierto. El deporte femenino es, hoy en día, un espacio más de la vida donde las mujeres esculturales se han abierto un hueco más amplio que el de las grandes profesionales. ¿Méritos deportivos? ¿Para qué? Y así nos va. ¿Culpables? Todos, supongo. Federaciones, espectadores y medios de comunicación. Según leía a Amaya Valdemoro, me acordaba de una competición de la que escuché hablar hace ya un tiempo, que se celebra en Estados Unidos, la Lingeire Bowl, una suerte de liga femenina de fútbol americano en la que las jugadores lucen estos, por llamarlos de alguna forma, uniformes.

Lo más curioso del caso es que he leído comentarios de gente que ve partidos de esta liga y existe un acuerdo casi unánime en que no juegan nada mal. ¿Por qué entonces parece necesario que vayan casi desnudas? Podríamos pensar que esta competición es una rareza, una excentricidad, un capricho de un grupo de empresarios (hombres) salidos que lo único que quieren es ver carne (de mujer) sobre la cancha. Pero no es verdad. Nada tan exagerado, claro, pero el mundo del deporte tiene ejemplos a patadas. La tenista Caroline Wozniacki lució hace poco un vestido, que no uniforme, de lo más peculiar para jugar al tenis, diseñado por Stella McCartney. "Yo creo que es bonito. Además, así gano muchos aficionados masculinos", dijo. No sé si con esa frase se responde al pensamiento de Amaya Valdemoro. El vestido es este.

No ha sido la única, no. Los modelos de Venus Williams, por ejemplo, también son muy comentados. De hecho, jugó el Open de Australia con uno que producía un curioso efecto óptico y daba la impresión de que no llevaba ropa interior. Y eso sin comentar los motivos reales de los ascensos (mediáticos) de tenistas como en su día Anna Kournikova o en la actualidad Anna Ivanovic o Maria Sharapova. Sean buenas tenistas o no, que a poca gente le importa demasiado eso. No hay que pensar demasiado por qué ha sido noticia en la prensa deportiva, hace muy poquito, el anuncio de boda de Sharapova.
-
Además, los modelos femeninos suelen ser bastante discriminatorios con respecto a los masculinos. El tenis es un ejemplo bastante obvio, pero el paradigma de este debate ha sido, es y seguirá siendo por mucho tiempo el volley playa. Así juegan los hombres.

Y así lo hacen las mujeres.

La diferencia salta a la vista, ¿verdad? Empieza a ser un poco desesperante que la única idea que tengan los responsables del deporte mundial para que el deporte femenino alcance repercusión mediática y despierte el interés del público sea desnudar a las jugadoras. Es el debate de siempre para casi todo. ¿Es ésto lo que demanda el espectador o es lo único que se le ofrece? Yo me decanto por lo segundo. En cualquier caso, una respuesta a esta pregunta la daba Laura del Río, la primera futbolista española en jugar en la Liga profesional de Estados Unidos, en una entrevista publicada por 20 minutos. "El deporte femenino español está discriminado respecto al masculino, algo que no pasa en Estados Unidos. El reconocimiento institucional y en prensa para hombres y mujeres es el mismo", decía. Será por eso que en Estados Unidos las mujeres pueden jugar al fútbol vestidas como auténticas deportistas y lograr una liga profesional seguida con interés.

Esta maravillosa foto fue escogida como la mejor del año 2010 por la Women's Professional Soccer. Y no me digáis que no es una imagen preciosa, llena de plasticidad y que sugiere un atractivo espectáculo deportivo. Y, sí, no hay en ella mujeres semidesnudas.

miércoles, octubre 20, 2010

Yo improviso, tú improvisas, él improvisa

Gráfico: El País
-
Crisis de Gobierno. Y de las buenas, que para eso nos hemos cargado a un puñado de ministros, y a un par de ministerios. Después de que todos hayan hecho ya sus sesudos análisis sobre lo que significa cada relevo y cada entrada, no seré yo quien siga dando la lata con las más variadas interpretaciones sobre lo que ha hecho Zapatero con este movimiento, si hace guiños al socialismo vasco tras el acuerdo en los Presupuestos con el PNV, si prepara a Rubalcaba como su sucesor o si saca a Pajín del partido porque no se ajunta con Pepiño Blanco. Realmente, de lo analizado por los que se supone que saben más que nadie, me tengo que quedar con la supresión de los dos ministerios. Igualdad fue un gran error. Es una Secretaría de Estado, no un Ministerio. Vivienda no fue un error, pero no tiene demasiadas competencias ni interés de las comunidades autónomas en colaborar con quien ostentara esta cartera, y así no vale para demasiado.

En lo que sí me detengo es en un detalle que no he visto comentado por ningún lado. Hace apenas un par de semanas, Trinidad Jiménez era la candidata del propio Zapatero para superar en las primarias madrileñas a Tomás Gómez y enfrentarse en las elecciones autonómicas del año que viene a Esperanza Aguirre. Jiménez perdió esas primarias. Por tanto, tenía vía libre para continuar al frente del Ministerio de Sanidad. Sin embargo, en esta remodelación (que hace sólo un par de semanas Zapatero negó que fuera a ser más profunda que la sustitución ya anunciada del ministro de Trabajo) le ha caído un premio importante a Jiménez: la cartera de Asuntos Exteriores. Y, claro, como hace un par de semana Zapatero veía a su entonces ministra de Sanidad luchando en 2011 con Aguirre por la Presidencia de la Comunidad de Madrid, ¿no es una absoluta improvisación colocarla de ministra de Asuntos Exteriores?

Zapatero podrá ser muchas cosas, buenas y malas, pero seguro que pitoniso no es una de ellas. Él no sabía cuál iba a ser el resultado de las primarias porque nadie lo sabía. Pronósticos ganadores tenían los dos candidatos. Encuestas favorables, también. Sólo caben entonces dos posibilidades. La primera, que Zapatero ya tuviera pensado premiar a Jiménez con la cartera de Exteriores si perdía las primarias. La segunda, que no tuviera esos planes, que haya sido una decisión tomada en la última semana. De ser sí, hay otros dos escenarios posibles, que Zapatero tuviera ya decidido relevar a Moratinos o que, por el contrario, le haya tocado la china para hacerle hueco a Jiménez. Y como negó en público esta amplia crisis de Gobierno, también cabe preguntarse si ya la tenía decidida y jugó al despiste o si la ha decidido, pongamos, anteayer. ¿Conclusión? Que todo esto me parece, al final, una improvisación que no responde a un plan determinado sino a un movimiento de fichas que hace que el común de los mortales, en este caso yo, tenga la tentación de pensar que ser ministro o cualquier otro movimiento político depende de una decisión que tiene como último sustento el mérito de una persona para desempeñar un cargo.

No es ésta una crítica sólo hacia Zapatero, no. Me acuerdo de Aznar presumiendo de que nadie conocía lo que figuraba en su famoso cuaderno azul. Es, en realidad, la sensación de que la política española funciona así. De que seguirá funcionando así aunque haya un cambio de partido en La Moncloa. De que esto afecta también a comunidades autónomas y ayuntamientos. De que el ciudadano importa mucho menos que la correcta colocación de las piezas en los sillones de poder. Y así, el desapego por la política no sólo continúa, sino que crece.

miércoles, octubre 13, 2010

Los abucheos de unos y los abucheos de otros

Desfile de la fiesta nacional y los ya típicos abucheos al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero (sí, sigue siendo él). Es deporte nacional lo de insultar al político rival a la mínima ocasión, así que tampoco cabe sorprenderse. Me confieso cansado de tener que criticar a Zapatero para dejar claro que no estoy de acuerdo con él en algunas cosas, o que no soy su agente de prensa (no, sigo sin serlo ni lo seré), así que me vais a perdonar que esta vez me salte esa parte. Quien esté más cerca de los extremos igual interpreta lo que escribo como una enconada defensa de la política económica, social, y hasta deportiva del actual presidente del Gobierno. No lo es, pero ya no insistiré en ello. A lo que iba, que pierdo el hilo. Lo que yo quería decir es que no termino de entender que se utilicen actos de esta naturaleza para dar rienda suelta a la ira política que uno lleva dentro.

Es decir, se trata de la fiesta nacional (recalco lo de fiesta, aunque igual algunos celebran fiestas con insultos y cabreos, no sé), luego el objetivo es celebrar una identidad común en torno a una bandera y unos símbolos. El símbolo que se pasea año tras año por el madrileño Paseo de la Castellana es el Ejército. Yo no me siento nacionalista (de ningún nacionalismo), así que no es algo que me llene de furor, pero entiendo que haya gente que sí lo sienta. La libertad va sobre esto, vaya. Sin duda, uno de los momentos señalados de este desfile es el homenaje a los caídos. No se puede decir que que los que quisieron abuchear a Zapatero escogieran este momento para hacerlo, porque se hicieron notar en muchos otros momentos, pero ahí también se les escuchó. A mí me parece una absoluta falta de respeto y un signo de muy mala educación. Sobradas son las intervenciones públicas de Zapatero en las que es él el centro de atención. Ahí los silbidos serían más entendibles y razonables. En un homenaje como el del 12 de octubre, para mí no lo son.

Lo curioso siempre es comprobar las reacciones de unos y de otros cuando acontecen estas cosas. Más que nada por tener claro de qué pie cojea cada uno, que al fin y al cabo es la lección más importante que siempre dejan estos episodios. Hoy en día es muy fácil insultar a Zapatero, sí (¿lo ha sido siempre?). Quizá incluso hasta merecido, ¿por qué no? Ni que hubiera límites en la crítica política, ¿verdad? La respuesta de Zapatero fue estoica. Incluso comprensiva con quienes le abuchearon. No está de más recordar lo que hizo el anterior presidente del Gobierno cuando fue abucheado en un acto que poco tenía que ver con un homenaje nacional. Lo que hizo fue una peineta a quienes le insultaron. No me gustó que trataran de reventar un acto de Aznar, como tampoco me gustó lo del desfile. La conclusión de todo esto viene a ser que también se puede abuchear y criticar sin necesidad de alterar el orden público o faltar al respeto al auténtico protagonista que debiera ser de unidad, por mucha razón que se pueda tener (y que se puede perder fácilmente cuando se equivocan las formas).

Entramos ahora en las valoraciones políticas. Sin palabras me he quedado al leer un fragmento de la información que publica El País sobre lo acontecido en el desfile, que reproduzco en dos partes. "El PP guardó silencio. Ni su presidente, Mariano Rajoy, ni su portavoz parlamentaria, Soraya Sáenz de Santamaría, presentes en el acto, criticaron en público a los alborotadores". Pensaréis que, claro, son del PP y cómo van a criticar algo que les viene bien para arañar otro puñado de votos. Alberto Ruiz-Gallardón lo hizo hace un año. Hoy la cosa cambia. Zapatero "se lo merece", ha dicho Vicente Martínez Pujalte. "Los políticos tenemos que respetar la libertad de expresión de los ciudadanos, aunque hay algunos como los socialistas (nota mía: como Aznar, por lo visto) que la respetan siempre que no suponga demostrar un descontento con el Gobierno", dice Francisco Granados. "En otros sitios hay abucheos, mientras que aquí ha habido aplausos", sentencia María Dolores de Cospedal en otro acto. Pues eso.

Segunda parte. "Y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, pareció incluso justificar su conducta cuando subaryó que Defensa había dispuesto menos tribunas para el público y más alejadas de las autoridades para evitar abucheos a Zapatero. La esposa del presidente cántabro, Miguel Ángel Revilla, relató que, cuando ella se quejó en voz alta por los abucheos, Aguirre le respondió: 'Pero si a ti no te va a pasar nada. Es libertad de expresión'". Aguirre dijo hoy que no tenía "ni idea" de a qué se refería. Revilla lo ha explicado con más detalle por si acaso. En cualquier caso, Aguirre bien sabe de qué va esto de los abucheos y también, cómo no, lo de la libertad de expresión. Cuando es ella la abucheada, responde con sonrisa cínica, con enfrentamientos directo y con movimientos en los despachos. Lo podéis leer aquí. Sí, mamporreros hay en todos los partidos. Pero los abucheos de unos y los abucheos de otros no encuentran la misma respuesta en uno y otro partido.

Ahora me venía a la memoria otro abucheo singular, el que padeció el Rey (con el silencio censor y culpable de TVE) en la final de la Copa del Rey que enfrentó hace año y medio a Barcelona y Athletic de Bilbao. Entonces, Mariano Rajoy le quitó importancia al hecho y dijo que "a veces la noticia son unos pocos y efectivamente fueron unos pocos". Jaime Mayor Oreja dijo que le producía "una enorme pena y tristeza". Y sentenciaba con algo con lo que, pese a todo, tengo que estar de acuerdo. "Aunque sea fútbol, no deberíamos no darle importancia a lo de ayer. Es un síntoma (...). No hay que dramatizarlo, pero es evidente que no hay que despreciarlo". Evidentemente. Si la gente protesta, hay que saber por qué. Pero que la protesta de la gente esté justificada no impide que se pueda decir de esa misma protesta que se ha llevado a cabo en un entorno en el que no encaja y, por tanto es susceptible de ser considerada como un error y un gesto de terrible mala educación. Por cierto, el único abucheo que cuenta de verdad es el voto.

viernes, octubre 08, 2010

Un gran análisis

Qué maravilla los especiales que ha emitido esta semana Telecinco sobre Mario Vargas Llosa. El del martes fue una bonita casualidad, pues todavía no le habían concedido el Premio Nobel de Literatura, pero el de ayer y seguro que también el que emiten esta noche, en horario de máxima audiencia, se pueden considerar un gran análisis de la vida, obra y trayectoria vital de un gran nombre de las letras. Fue maravilloso oírle hablar de sus inquietudes, de sus inspiraciones, de sus ideas. Qué gran trabajo de documentación, qué acertadas las entrevistas que tenían estos programas especiales, encontraron a gente que seguro que Vargas Llosa pensaba que se pondrían delante de una cámara para hablar de él. Y una delicia los tertulianos que juntaron, que ofrecieron un análisis certero y accesible de la obra literaria del escritor. Estoy deseando ya ver el de esta noche.

Espera, que no te entiendo bien... ¿Cómo dices...?

¿Que esos programas no existen ni se han emitido...? Ah, muy gracioso... ¿Cómo no van a hacer especiales televisivos sobre un Premio Nobel de Literatura en un país tan culto como España? Anda, que casi me pillas...

¿Pero lo dices de verdad...?

¿En serio me dices que lo que emitió Telecinco en la noche del martes fue una entrevista con la hermana de la amante del marido de la ex pareja y madre de la hija de un torero y colaboradora de un programa de televisión de la misma cadena...?

¿No me tomas el pelo contándome que lo del jueves fue un documental sobre la vida, obra y milagros de la ex pareja y madre de la hija de un torero y colaboradora de un programa de televisión de la misma cadena...?

¿Lo de esta noche es una entrevista con el marido de la ex pareja y madre de la hija de un torero y colaboradora de un programa de televisión de la misma cadena...?

¿Y de verdad en las otras cadenas se ha hablado más de este asunto que del Premio Nobel...?

Vaya...

Eso sí que es un gran análisis del país en el que vivimos...

martes, octubre 05, 2010

Una de primarias


Veréis, a mí esto de las primarias siempre me ha gustado. Si un partido presenta a un candidato para una elección, me parece sano y razonable que se pronuncien antes las personas que forman el partido, no sólo los que circunstancialmente ostentan los cargos directivos. El sistema es perfecto (si es que la perfección existe en este mundo, y en particular en la política), porque así se eliminan los intereses oscuros, y sólo falla cuando precisamente el poder quiere interferir en el proceso. Digo interferir, que no intervenir. Es decir, que me parece perfectamente lícito que la cúpula presente a un candidato, siempre y cuando no amañe las elecciones para que gane el suyo.

Sin duda, el sistema que ha escogido el PSOE mucho mejor que el dedazo que se estila en el PP. Y sin embargo, las primarias de los socialistas provocan muchas más dudas, recelos, resquemores y polémicas (en los medios y en la gente) que la elección directa a manos de una sola persona de los populares. A mí, y espero no molestar a nadie con esta apreciación, eso me parece un rasgo de inmadurez democrática. El PSOE de Madrid ha votado entre dos candidatos. Ha ganado uno. Además, el candidato que no presentaba el poder del partido. Más democrático, imposible. Pero todo el mundo hace interpretaciones durísimas.

El análisis mayoritario es que Zapatero ha perdido. ¿Que ha perdido? ¿El qué? Sigue siendo presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, ¿no? Si Tomás Gómez recupera la Comunidad de Madrid para el PSOE, ¿de verdad habrá quien crea que Zapatero ha perdido? ¿No sería eso un espaldarazo espectacular de cara a las aspiraciones socialistas en las próximas elecciones generales? Eso en clave de futuro, pero ahora vayamos al pasado. ¿Por qué Zapatero no tiene derecho a presentar o respaldar a un candidato? ¿Por qué se lo negamos? ¿Qué tendría que hacer como secretario general del partido? ¿Cruzarse de brazos?

Y vayamos al presente. Tomás Gómez es ya el candidato del PSOE a la Comunidad de Madrid. Y el partido tendrá que apoyarle. Sea por convencimiento, sea por obligación. En ese punto es donde estuvo el error de las primarias que provocaron la mayoría absoluta del PP en 2000, las primarias que desataron el pavor político al término "bicefalia" (pavor que también afectó al PP cuando se hablaba de la sucesión de Aznar). Ganó Borrell a Almunia, el candidato de la dirección del partido, pero el propio partido es el que no sólo no apoyó sino que quiso derribar a su propio candidato. El partido acabó imponiendo al suyo, pero perdió el favor de los votantes.

También es una interpretación mayoritaria decir que Tomás Gómez ha desafiado a Zapatero, que se ha enfrentado al líder de su partido. Y la verdad es que yo tampoco lo veo así. Tomás Gómez ha hecho aquello que se espera de él. Es el máximo dirigente del partido en Madrid y está obligado por ello a representar al PSOE en el lugar más elevado posible, esto es, en la Presidencia de la Comunidad de Madrid. Lo criticable sería que, en la loa permanente al líder intocable, hubiera decidido retirarse. En otros partidos, la designación es casi automática en función de ese cargo. El PSOE, en cambio, da la opción de presentarse a unas primarias a cualquier militante que reuna los avales suficientes.

¿Eso es malo? ¿Eso tiene necesariamente que suponer un enfrentamiento? ¿Eso tiene por qué debilitar a un partido? No tendría que ser así, por mucho que la percepción social, influída por el PP y por sus medios de comunicación afines, sea la contraria. Percepción que es real, no se puede negar. Ahora, en el PSOE, todos los que apostaron por Trinidad Jiménez buscan su hueco en los medios de comunicación para proclamar su apoyo a Tomás Gómez. Y en el PP hablan de debilidad de Zapatero. Lo hubieran hecho incluso si hubiera ganado la ministra de Sanidad, no tengo la más mínima duda, sólo que en lugar de debilidad en el partido hubieran hablado de electoralismo por cambiar a una ministra en época de crisis. O lo que sea.

Igual el problema es de madurez democrática. Porque de otro modo se me hace difícil entender que estas primarias (que ya forman parte del pasado sin que se hayan derrumbado los muros de la realidad por ello) generen más polémica, más noticias, más declaraciones y más valoraciones que las que suscitó la elección de Mariano Rajoy como sucesor de José María Aznar. Allí nadie tuvo voto, pero tampoco voz. Nadie habló. Sólo escogió Aznar, sin escuchar a nadie, sin que el partido colaborara más que para ratificar su orden. Pero eso se acogió como normal. Las primarias no. Y no, no lo entiendo. Será que mi ingenuidad política me hace pensar que la decisión democrática de los militantes entre dos candidatos tiene por fuerza que ser mejor que la designación directa de un sucesor por parte de quien ostenta el poder.