viernes, julio 25, 2008

Calor y estupidez

No soporto el calor. Las altas temperaturas me sientan como la kryptonita a Superman. Pero lo mal que a mí me sienta es poco comparado con lo que le hace a las neuronas de otros. Y no estoy hablando de esa estupidez dramática y sin remedio del protagonista de esa noticia que se repite año tras año y que dice casi siempre algo como esto: "el hombre murió por un golpe de calor, tras haber salido a practicar ejercicio a las tres de la tarde en una llanura sin sombra alguna". No, mi queja es bastante más banal. La estupidez a la que me refiero es la que se desprende de la relación entre el ser humano y el aire acondicionado.

Mira que es fácil poner un aire acondicionado a 25 grados, ¿verdad? Si ahora todos los aparatos modernos permiten regular esa temperatura de forma prácticamente exacta... Pero, claro, si hicéramos lo más sencillo no seríamos seres humanos. Los autobuses de Madrid brindan el ejemplo perfecto. Muchos de ellos tienen en su interior un indicador de la temperatura exterior, la de la calle, y la del interior, la que hay en el vehículo. Esta semana he cogido cuatro autobuses. En todos ellos la temperatura interior era, casualidades de la vida, de 19 grados. Sí, 19 grados en la segunda quincena de julio, sí. La exterior osciló en esos cuatro viajes entre los 32 y los 37. Es decir, que en el momento que el conductor del autobús abrió la puerta la diferencia fue de entre 13 y 18 grados. Y luego me hablan de lo peligosos que son los golpes de calor...

También he aprovechado estos días veraniegos para ir al cine. Antaño era una buena forma de no pasar calor, de entregarse al aire acondicionado de un lugar cerrado y sobrevivir a los implacables rigores del sol. Hoy es imposible ir al cine si uno no se lleva una chaqueta. Los temblores durante la sesión no eran sólo por lo mucho que me emocionó la película, no. Eran también de frío. Las manos congeladas, de verdad. Desconozco la temperatura a la que estaríamos en la sala, pero creo que los 19 grados del autobús daban una sensación de calor en comparación con este aire acondicionado. En todo caso, no creo que me lleve un jersey a futuras excursiones cinéfilas. No quiero que la gente que me vea por la calle antes de entrar a la sala me tome por un psicópata que va por ahí abrigado con 42 grados en la calle...

Uno de los recuerdos más divertidos que guardo de mi mayor estancia laboral está relacionado, precisamente, con el aire acondicionado. La redacción era un auténtico horno. Pero teníamos un problema. Ni teníamos fácil acceso al aparato del aire acondicionado (el interruptor de encendido estaba situado, nada menos, detrás del asiento del subdirector...) ni éramos los dueños de las ventanas... Como había gente que, tirantes y minifalda mediantes, se negaba a que el aire estuviera encendido a unos razonables 25 grados o que la ventana se dejara abierta por la noche para al menos ventilar el lugar (y venían expresamente a cerrarla si a ti se te ocurría abrirla...), tuvimos que optar por la estrategia radical: el aire a 18 grados todo el tiempo que fuera posible, bien por ausencia o bien por descuido de nuestros enemigos.

Cómo sería de encarnizada la batalla que nos creímos los protagonistas de Desafío total (si la habéis visto, lo que tenía de fondo era la lucha por el aire... en Marte). Y así, claro, llegaron los motes... Nuestro principal enemigo era Cohagen, el regidor despótico de Marte, que administraba el aire a su antojo. A su servicio, tenía a Ironside (vale, sí, es el nombre del actor y no del personaje, pero es que no nos acordábamos en ese momento... y, qué demonios, sonaba genial), la que hacía el trabajo sucio. Y, claro, el subdirector era Benny, un ambiguo personaje que se móvía entre dos aguas... Calor teníamos, pero lo bien que nos lo pasábamos... Qué tiempos aquellos, desde luego...

7 comentarios:

Mara dijo...

jejeje, en el trabajo nosotros también nos peleamos x el aire. Una compañera tiene frio siempre. Mi opinion es que se traiga algo para encima porque los demás lo que no vamos a hacer es desnudarnos. Pero vamos, parece q lo q digo no tiene lógica y al final ella se sale con la suya y apaga el aire.... ains!
Besitos juan :)

C.C.Buxter dijo...

¿Qué me dices de esos apartamentos en los que la gente va en tirantes en diciembre y con manga larga en agosto? Luego si preguntas todos son la mar de ecologistas...

SpiderDeivid dijo...

El mundo al revés.

Subyace un poco la filosofía humana: tanto queremos cambiar la naturaleza (para estar más cómodos), que se nos pasa la mano, y tenemos que autorremediarnos.

Y "asín sucesivamente".

Unknown dijo...

Cuando tenía la melena larguísima me protegía del frío del cine en verano con ella. Ahora sólo tiemblo... :S
Besitos mil!!

Reverendo Pohr dijo...

No me lo digas: ¿Y la sala del café es Venusville?

Espero que el mal uso del aire no tenga repercusiones sobre vuestro metabolismo (aunque si tienes alguna compañera con 3 pechos o algún compañero con una cicatriz que la atravesa la cara de cal a canto, deberías dedicarle un post entero a la gente de tu oficina). Por favor, si tienes compañeras embarazadas, ahorraté cualquier detalle y modera tu imaginación.

PD: Aunque el personaje de Michael Ironside se llamaba (creo) Richter (como la escala de seismos), igual le queda mejor el nombre Ironside (sobretodo si es una mujer de mucho, mucho carácter). Pero vigilad que no explote.

Juan Rodríguez Millán dijo...

Mara, es lo malo, que presuponemos que los demás también son capaces de sacrificarse por nosotros. Pero me temo que no...

C.C.Buxter, tienes razón, sí... Es como las encuestas que preguntan sobre el racismo. ¿España racista? Sí, pero yo, ¿eh...?

Spiderdeivid, es que el mundo está totalmente al revés...

Bebita, pues ya sabes, melena larga otra vez, y así el año que viene no te pillarán desprevenida los aires acondicionados je, je...

Reverendo, me temo que no teníamos Venusville... Le quedaba mejor Ironside, sí. Ya no estoy en esa oficina, así que mi lucha por el aire allí finalizó...

Beth dijo...

Solo te diré que a finales de julio nosotras nos poníamos la estufa en los pies ;) imagínate el frío que teníamos...