lunes, diciembre 31, 2007

Así fue 2007

Llega a su fin 2007, un año intenso que ha tenido de todo y que ahora que se acaba merece la pena recordar. Porque ha sido un año de elecciones municipales y autonómicas. Ganó el PP en número de votos, pero perdió poder territorial y el PSOE habría sacado más escaños de haber sido unas generales. Enlazamos una campaña con otra hasta que ésta parece perpetua y mientras tanto se suceden las noticias de mentira (cuánta polémica artificial ya olvidada ha generado la política este año...) y las de verdad. ETA rompió formalmente la tregua que ya había destrozado en vísperas de la Nochevieja de 2006 con el atentado de Barajas.

Se acabó el bulo del 11-M. Fueron unos islamistas y no ETA. Lo ha dicho la Justicia. Pero el PP y El Mundo insisten e insistirán mientras les convenga para ganar unos cuantos votos para la derecha. También insistirán en montar polémicas sobre la banda terrorista etarra con el mismo fin electoralista. 2007 nos deja a ANV y al PCTV todavía legales, por mucho que se haya hablado de su ilegalización, y a De Juana Chaos y Otegi en la cárcel sin que se haya acabado el mundo. A Navarra en España, aunque algunos la creían ya entregada a ETA. Y a la Policía donde debe estar, intentando detener terroristas. Por desgracia, Fernando Trapero y Raúl Centeno no lo consiguieron. Los dos guardias civiles fueron las primeras víctimas mortales tras la ruptura de la tregua.

Fue un año en el que José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy se sometieron a las preguntas de los ciudadanos en el ya famoso Tengo una pregunta para usted. Se destacó que para el primero el café cuesta unos 80 céntimos y que el segundo, sin dar una cifra por miedo a parecer demasiado rico ante sus electores, dijo que su sueldo es bastante más elevado que una pensión de 500 euros. No sorprende a estas alturas que los políticos no vivan en el mismo mundo que los ciudadanos. ¿E Ibarretxe? El lehendakari puso fecha al referéndum que no puede legalmente convocar. Pero eso queda para 2008. Y mientras el Constitucional paralizado y el Consejo General del Poder Judicial sin renovar por falta de acuerdo. ¡Ay, esa justicia politizada que no cambia!

La frase del año fue sin duda el “¿Por qué no te callas?” del Rey a Hugo Chávez. Se marchó un peso pesado de la política internacional, Tony Blair (de la foto de las Azores ya sólo queda Bush), dejando en su lugar a Gordon Brown, y llegó otro, Nicolas Sarkozy, que consiguió liberar a esos españoles detenidos en el Chad por sus malas compañías del Arca de Zoé. La violencia, macabra costumbre de todos los años, visitó todos los lugares del mundo. Irak sigue siendo viviendo un reguero continuo de atentados. Como el que acabó con la vida de ocho españoles en Yemen allá por el mes de julio o con la de seis militares españoles en Líbano en junio. Birmania centró la atención de los medios durante unas semanas, pero se acabó olvidando. Lo mismo pasará seguramente con Pakistán, ahora presente en las noticias por el asesinato de Benazir Bhutto.

El terremoto en Perú que se cobró centenares de víctimas mortales nos conmovió a todos. Tanto dolor dejó esta noticia como asco nos produjo ver las imágenes que se grabó de sí mismo el psicópata que se lió a tiros en la Universidad norteamericana de Virginia y mató a 33 personas en abril. La mejor noticia que llegó del mundo fue el gobierno de concentración en Irlanda del Norte que permitió el fin de la misión allí del ejército británico. Un poco de paz en estos tiempos violentos alimenta la esperanza. Al igual que la detención del delincuente más buscado en España, El Solitario, ese que se presentó a los medios todo orgulloso pero esposado.

La portada de El Jueves con los Príncipes, ejemplar secuestrado por la Justicia (¿a quién molestó realmente?), dio casi tanto que hablar como las dos portadas de Elsa Pataky posando casi sin ropa, la oficial y la robada. Un drama para la actriz, sin duda. Hablamos tanto de la desaparición de la pequeña Madeleine McCann como del vídeo de la agresión de un idiota a una joven ecuatoriana en un tren de Barcelona. Pero sobre todo hablamos del cambio climático. Unos creen en él, otros no. El primo de Rajoy parece que no, pero Al Gore, adalid de esta causa, no para de cosechar galardones. Del Oscar por su documental en la ceremonia en la que triunfó Scorsese con Infiltrados, al Nobel, pasando por el Príncipe de Asturias patrio.

Al margen del enorme disgusto que supuso el descenso a Segunda de la Real Sociedad, el deporte español nos ha dado grandes alegrías en los últimos doce meses. Que el tiro de Pau Gasol se saliera y España no lograra el Europeo de baloncesto en Madrid, no empaña que las selecciones de voleibol y fútbol sala sí consiguieron ese entorchado. O que España tuviera dos ganadores del Tour en el mismo año, Alberto Contador en la edición de 2007 y Oscar Pereiro en la de 2006, un título pospuesto hasta este año por el dopaje de Landis. Fernando Alonso, ya de vuelta en Renault, no pudo ganar su tercer título mundial consecutivo, pero a todos nos quedó una sonrisa por el fracaso de Hamilton y McLaren. Todos celebramos un poquito el título de Raikonen.

2007 fue un año blanco, ya que el Madrid fue campeón de liga en fútbol y baloncesto, pero la Copa de Europa fue para el Milán, que se vengó del Liverpool. ¿Y Ronaldinho? Pues empezó el año como héroe y lo acaba como villano. ¿Y la selección de fútbol? Pues tan bien como siempre en los años impares, sin Raúl y con Luis Aragonés. Qué cruz... Jorge Lorenzo ganó su segundo mundial de 250 cc y Pedrosa no pudo darnos una alegría en Moto GP, categoría dominada por Casey Stoner y lastrada por los neumáticos. Mientras Valencia acogió la Copa América de vela, ese monstruo llamado Powell dejó el récord del mundo de los 100 metros lisos en 9,74. Marion Jones nos dejó helados al reconocer su positivo y perder todo lo que logró. Martina Hingis dejó el tenis y ahora tendrá que demostrar su inocencia ante un positivo por cocaína. Nadal aguanta como número 2, pero Federer sigue siendo mucho Federer.

El fútbol provocó la guerra mediática del año. ¿Gratis y en La Sexta o en exclusiva en Canal +? Entre querellas y noticias tergiversadas cruzadas, Telecinco dio algún partido con sólo tres cámaras. Porque en el mundo mediático uno ya no sabe a qué atenerse. El País critica al Gobierno y el Marca se pone en contra del presidente del Madrid. De locos... ¿Y TVE? Pues perdiendo su histórica hegemonía y aprobando su necesario pero no sé si muy bien ejecutado plan de regulación de empleo. No se emitió al final la famosa entrevista de Quintero en la que José María García no dejaba títere con cabeza y el loco de la colina se marcha del canal de todos.

Podría haber sido el año del iPhone, pero España llega tarde, como casi siempre. Por eso, casi todos hablamos de la Wii y jugamos con ella. Digo casi todos porque en Barcelona estaban más pendientes primero de los apagones y después con los problemas que generó el AVE que no termina de llegar. Del Estatut no se habla en la calle, no... Sí llegó la alta velocidad ferroviaria a Málaga y Valladolid, pero con algún que otro retrasillo. Magdalena Álvarez se convirtió por todo ello en la ministra más famosa del Gobierno. Y en Canarias lucharon como nunca contra el fuego que arrasó las islas afortunadas durante el verano, aunque por fortuna menos que en Grecia.

¿A alguien le importó realmente el final del culebrón de la famosa OPA sobre Endesa? Por si acaso, recordar que Enel y Acciona consiguieron culminarla. También se consiguió aprobar la famosa Ley de la Memoria Histórica sin que España se haya roto todavía como auguraba el PP, o el cheque bebé, o las ayudas para el alquiler... Eso que Zapatero llama medidas sociales. Lo que no se pudo aprobar, porque el Gobierno no se atrevió, fue una ley sobre alcohol. Pero, claro, ¿quién se atreve a decirle al ex presidente Aznar cuánto vino puede beber antes de coger el coche...? O antes de hablar, ya puestos... Lo mejor para estos casos, hacer un vídeo. Las juventudes socialistas ridiculizando a los jóvenes de derechas, un Rajoy con complejo de Rey diciendo lo mucho que le gusta la bandera española, Zapatero haciendo gala de su Z... Lo que sea por utilizar el dinero de los contribuyentes...

El final de Los Soprano, que a España empieza a llegar ahora (para quienes no se lo hayan descargado de Internet, claro...), marcó una época en Estados Unidos. En nuestro país, la ampliación del Museo del Prado se convirtió por fin en una realidad. La noticia ¿negativa? para la Familia Real fue la separación de la Infanta Elena y Jaime de Marichalar y la feliz el nacimiento de Sofía, la segunda hija de los Príncipes de Asturias. Y la Constitución sin reformar... Como el tercero sea un niño, habemus problema sucesorio... Pero al españolito de a pie lo que le preocupó de verdad fue la vivienda. Sube menos, pero el Euribor sigue presente en nuestras pesadillas. Y como eso sube menos, pues ya nos suben ahora todos los recibos a principios de año, no preocuparse...

Como todos los años, muchos se fueron. La cultura llora a Paco Umbral, a Fernando Fernán-Gómez, al Fary, a José Luis Coll, a Deborah Kerr, a Ingmar Bergman, a Pavarotti, a Rostropovich... La política a Gabriel Cisneros, uno de los padres de la Constitución. El deporte, al sevillista Antonio Puerta, vaya conmoción que provocó en todo el país este joven futbolista, o a ese caballero culé que fue Nicolau Cassaus. Boris Yelstin, más recordado por sus problemas con el vodka que por su vida política, también ser marchó. El mundo de la comunicación perdió a Jesús de Polanco.

Se va 2007, en lo personal un año de transición en casi todos los sentidos, y llega 2008, que nos dejará tantas cosas como las que nos han quedado de los últimos doce meses. Habrá que verlas, vivirlas y contarlas, como siempre.

sábado, diciembre 29, 2007

Carbón para ellos

Es obvio que no todo el mundo se merece recibir regalos en Navidad, pero no está mal recordar de vez en cuando los nombres de quienes han hecho méritos negativos. Para todos estos individuos, destacados por la prensa en los últimos días (como tuviera que hacer un repaso de todo el año, este post sería tremendamente largo...), mi más sincero deseo: ojalá Papá Noel y los Reyes Magos sólo os traigan carbón.
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Carbón para el obispo de Tenerife, Bernardo Álvarez, por decir que hay menores que provocan que se abuse sexualmente de ellos, por afirmar que la homosexualidad es poco más o menos que una enfermedad patológica y una lacra social. En realidad, yo no le relegalaría carbón, sino una querella criminal. ¿Para qué existen la Fiscalía General del Estado y el Defensor del Pueblo? ¿Sólo para hablar de ETA? ¿Por qué hay que andar con tanta cautela (véase la reacción del presidente del Gobierno cuando se le preguntó por este asunto, para mí acertada para no echar más leña al fuego, pero indicadora de cómo están las cosas) cuando se habla de cualquier religión y sus administradores?
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Carbón para los imbéciles que aprovechan una huelga para provocar destrozos y hacer daño a las personas. Esto va, obviamente, por el paro de los servicios de limpieza de Metro de Madrid, lugar que por fortuna he conseguido evitar, hasta ahora, desde que comenzó la huelga hace ya dos semanas. El derecho a la huelga es legítimo, pero hay descerebrados que se creen que eso les da derecho a vaciar extintores en las estaciones, a volcar bolsas de basura en los andenes o incluso rociar con aceita los tornos para que la gente se resbale y se caiga. Qué graciosos son estos tipejos. No es que sea esta la única huelga en que se hayan vivido estos casos, por desgracia en España nos creemos con demasiada frecuencia que una reivindicación legítima da derecho a todo, incluso a jorobar a la gente que no tiene culpa.
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Carbón para los políticos que incumplen sus promesas electorales. Me vienen a la cabeza ahora mismo el alcalde de Salamanca, que ha decidido subidas brutales de impuestos (entre otras cosas, el abono transporte casi subirá un 100 por 100) medio año después de ser reelegido como alcalde o los responsables del Gobierno central que se permiten el lujo de hablar de la buena situación económica (Zapatero el primero, que el tirón de orejas también va para él) pero después aprueba subidas del agua, la luz y los transportes por encima de lo que ha subido el IPC. No es el camino, no.
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Carbón para los artistas que sólo aben sobrevivir por medio de la subvención y el canon, y no por su esfuerzo y su dedicación a la profesión. Me niego a ser criminalizado por copiar un DVD o bajarme un disco de Internet. ¿Por qué nadie se escandaliza de que una película de 1987, amortizada ya en todos los mercados y editada sin ningún extra que le dé un valor añadido, cueste 27 euros en estos nuevos formatos llamados HD DVD y Blu-Ray? Me sale más barato regalar carbón, eso seguro... Es un escándalo que me cobren un canon por un DVD que vaya a utilizar para guardar, por ejemplo, estos textos que escribo en mi blog. El Defensor del Pueblo tampoco sirve para esto. En lugar de defender al pueblo, prefiere defender a los artistas y ya lo ha dicho públicamente.
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Mejor no sigo, porque lo mismo me doy cuenta de que hay demasiada gente que sólo merecería carbón, a veces ni siquiera eso, y hay que mantener algo de espíritu navideño, ¿no...?

jueves, diciembre 27, 2007

Cuestión de educación

No, no voy a disertar sobre el famoso informe PISA y sobre lo negro que está el panorama educativo en España, no. No voy a ofrecer soluciones porque no las tengo y porque no me parece que sea un asunto sobre el que se pueda frivolizar o hablar a la ligera. Cuando alguien competente quiera detenerse de verdad en los problemas del sistema educativo, entonces podremos evaluarlos y tratar de solucionarlos. Pero como nadie parece tener un verdadero interés, seguirá siendo un tema estancado sobre cuyo debate de fondo no creo que pueda aportar nada serio ni útil.

Pero leyendo El Semanal, suplemente dominical del Grupo Correo, leo un interesante artículo, escrito por Carlos Manuel Sánchez, sobre la educación en Finlandia, modélica según ese mismo informe PISA y encuentro multitud de puntos de contraste entre aquel país y el nuestro. Pequeñas cuestiones que me parecen tan chocantes como imposibles de establecer en España. Cuestiones que me provocan envidia, sí, porque no tienen nada que ver con lo que yo viví.

Leo que "en Finlandia, si una escuela hace puente (los centros tiene autonomía para tomar esas decisiones), antes obliga a sus alumnos a salir algo más tarde cada día hasta completar las clases que se hubieran perdido". En España hay un ansia inaudita por coger días de fiesta, puentes, Semana Santa, semana blanca, festivos y días de pellas, claro... Por eso nunca llegué a pasar de la Guerra Civil cuando estudiaba, porque era imposible acabar un programa.

Leo que "en la entrada (de la escuela) no se ve a decenas de estudiantes apurando el primer pitillo de la mañana, como en los institutos españoles". A mí siempre me asombró que mis compañeros de clase fueran ya fumadores habituales a los 15 años (por no hablar del alcohol, claro). Entrar en los baños era salir oliendo a tabaco, pero parece que a todo el mundo que podía hacer algo le daba igual.

Leo que "no hay garabatos en los pupitres ni en los aseos. Todo parece recién estrenado". Igualito que en España, donde una mesa limpia es casi un aliciente para ensuciarla con cualquier signo, dibujo o mensaje sin ningún tipo de relevancia vital o social. En la universidad recuerdo que llegué a encontrar parte de la respuesta a una pregunta de un examen escrita en la mesa. Mi agradecimiento a aquel estudiante anónimo...

Leo que "el 97 por ciento de los centros finlandeses es público, a diferencia de España, donde el 35 por ciento son privados. Por supuesto, es gratuita. Pero el equipamiento es el de un colegio caro en nuestro país". Yo no olí un ordenador más que en un par de clases en la universidad. ¡Y lo compartimos cinco personas! En mis tiempos de instituto, acceder al aula de audiovisuales y ver una película o un documental, era un lujo impagable.

Leo que "los universitarios sólo han de pagar los libros y la comida (2,50 euros en la cafetería de la facultad", y recuerdo que mi bienvenida al mundo universitario fue ¡comprar! el famoso sobre con los papeles de la matrícula. En el ya lejanísimo año 1996, ese sobre costaba mil pesetas. Hoy no quiero ni pensar cuánto se cobra por él...

Leo que "en Finlandia, por ley, no puede haber más de 24 estudiantes por aula". Y alucino, claro, porque creo que sólo en COU encontré ese número, y fue porque acabé en la clase de letras puras. Ya sabéis, donde acaban todos los que no quieren seguir estudiando pero por uno u otro motivo no pueden dejarlo y algunos que sí queríamos seguir estudiando.

Leo que en aquel país "ser maestro es una profesión de prestigio a la que sólo aspiran los mejores. Y no basta con ser muy bueno en tu materia. Debes destacar también a la hora de saber transmitir tus conocimientos". Aquí sí que alucino. Cuánto profesor hay por aquí que o bien no sabe de lo que habla o bien no sabe cómo dar clase. Pero da igual. El puesto lo tiene asegurado sin importar cuántos alumnos se queden por el camino (como me pasó a mí en el mundo de las matemáticas o de la física por sendas profesoras que se cruzaron en mi camino en el instituto).

Leo que "los deberes son sagrados. Y está muy mal visto que alguien copie, incluso por los propios alumnos. Que alguien saque una chuleta es impensable". ¿De verdad es necesario hacer algún comentario sobre este punto...? Lo haré de todos modos para confesar que yo jamás copié hasta que llegué a la universidad. Por muy triste que parezca, algunos profesores me demostraron que era la única forma en la que querían que se aprobara su asignatura.

Leo que, además de las materias clásicas y de dar mucha importancia a los idiomas, "hay clases distendidas, como baile de salón, teatro, arte digital, peluquería, artes marciales, hockey sobre hielo, esquí de travesía, ¡cocina!". Lo más distendido que encontré en mi paso por el Instituto fue Educación Física, que me provocó el segundo día de clase una luxación en la rodilla que me tuvo mes y medio escayolado y otro tanto de rehabilitación. Ah, y una asignatura optativa de Periodismo que sólo pude dar el primer año porque el segundo se suprimió. Nos habíamos apuntado dos alumnos.

Y, sobre todo, leo que "se estimula el razonamiento crítico antes que la memorización (...). Se estimula el pensamiento crítico, se invita a debatir". Igualito que en España, sí... Hago memoria y en la inmensa mayoría de las asignaturas que he cursado en mi vida sólo valía una cosa: saberse de memoria lo que ponía el libro o los apuntes. No importaba que no lo entendieras, que no supieras defenderlo, que se te olvidara a los cinco minutos. Si estaba en la hoja del examen, eras un buen estudiante.

Dramático, sencillamente dramático.

lunes, diciembre 24, 2007

Desde la arena

Pasaba ya bastante de la medianoche cuando llegué el viernes a la puerta de la pensión. Saqué la llave para abrir la puerta. Pero no entré. No podía. A sólo unos metros estaba la playa de la Concha. Me llamó. Y fui. Cumplí con ese ritual que no puedo dejar de cumplir cada vez que voy a San Sebastián. Hay pocas cosas tan bonitas como dar un paseo por esa playa de noche, escuchando sólo el ruido de las olas, el rumor del mar, golpeando contra la arena, paseando sin que nadie moleste, sin que nadie rompa ni perturbe ese silencio. Y viendo Donosti de una forma que no mucha gente la conoce. De noche y en calma. Desde la arena. Grandiosa e iluminada, dispuesta para ser inmotalizada en todas las fotos que saco una y otra vez. A un lado y al otro de la bahía. Tan bonita como siempre.

Pasado el asombro habitual por los 50 minutos de retraso con los que llegó el tren a San Sebastián (normalmente suelen ser 30, por eso digo lo del asombro habitual...), sólo salir a las calles de la ciudad ya me alegran el espíritu. Han sido tres días de pasarlo bien, de disfrutar de nuevos lugares donde comer, de estar con gente majísima con la que da gusto conversar de todo, de volver a pasear por los mismos rincones de siempre, que mantienen la belleza de siempre, de ver ganar a la Real para redondear el viaje... y de disfrutar una temperatura espléndida e impropia de estas fechas. ¡Si hasta había gente bañándose en el mar un 22 de diciembre...!

jueves, diciembre 20, 2007

Una felicitación navideña algo friki

Todos los años me da por mandar una felicitación navideña de contenido algo friki. Sí, lo confieso, pero qué le vamos a hacer... A estas alturas ya no voy a cambiar de hábitos, ¿no...? Casi todos los años me ha dado por el mundo de Star Wars, que para eso soy un fanático confeso de la saga galáctica de George Lucas, pero este año me ha dado por recurrir a Batman.

Ahí os la dejo, para que quede claro que mis buenos deseos navideños se extienden a todo el mundo que llega a estas líneas desde cualquier parte del mundo. ¡Feliz Navidad a todos!

martes, diciembre 18, 2007

Escribir... o no escribir

Cada día reflexiono sobre qué puedo escribir en estos blogs, la temática, la forma, la conclusión... Hay días que tengo muy claro lo que quiero escribir, hay días en los que los temas prácticamente te saltan a la cara, hay otros que los temas me aparecen de repente navegando por Internet, hay otros días que improviso porque realmente quiero escribir algo. Y también hay días que no sé qué escribir o que no estoy de humor para ponerme delante del teclado.

La escritura en los blogs tiene dos partes. Por un lado te descubres al mundo con tus ideas, con tus reflexiones, con tus imágenes, en definitiva con tu vida. Es realmente bonito poder escribir lo que uno piensa con absoluta libertad y que haya gente dispuesta a gastar parte de ese bien preciado que es su tiempo libre en leer lo que uno ha escrito. Y por otro lado, te sientas delante del ordenador a leer lo que otros han escrito. Hay quien relata emociones, quien publica cuentos, quien se queja, quien reivindica... Hay de todo y esa es la grandeza de la blogsfera. Es un tiempo muy bien empleado.

Son unos cuantos los blogs que visito casi a diario y disfruto leyéndolos. Me gusta pensar que a la gente le hace ilusión recibir visitas y comentarios porque a mí sí me hace ilusión. Pero algunos de sus autores a veces desaparecen. Algunos lo avisan, nos cuentan que van a estar muy liados personal o laboralmente y que no van a escribir en un tiempo. Otros simplemente desaparecen. Y pasan días. Después semanas. A veces incluso meses sin publicar una sola línea nueva, sin dejarte un comentario en tu blog.

Y entonces te preguntas qué les ha podido pasar. Si han dejado escribir porque no tenían tiempo, porque ya no quieren decir nada en este medio, porque tenían un motivo que les llevara a abandonar esta práctica o porque les ha pasado algo. Por descontado, no voy a dejar de escribir, porque esto es parte de mí. Pero, al mismo tiempo, yo sigo entrando en esos blogs con la esperanza de que sus autores no se hayan olvidado de quienes les leemos. Quién sabe, quizá algún día me encuentre que han vuelto, que tienen cosas muy interesantes que contarnos a todos...

domingo, diciembre 16, 2007

Coincidencias preocupantes

Estoy precoupado. En apenas dos días, he tenido que admitir que coincido en dos ocasiones con manifestaciones realizadas por el presidente del PP, Mariano Rajoy, y en otra ocasión más con algo que ha dicho el ex presidente del Gobierno José María Aznar. Y estoy preocupado porque no recuerdo demasiadas coincidencias con sus pensamientos y porque, en realidad, no es que me entusiasme descubrir que existen esas coincidencias...
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El viernes fue el día de las coincidencias con Rajoy. Primero se mostró satisfecho y partidario de que Felipe González presidirá el grupo de sabios que estudiará los retos de la Unión Europea del futuro. Siempre he creído, y lo he dicho, que habría que aprovechar el bagaje de TODOS los ex presidente del Gobierno por el bien de España, tanto en nuestro país como fuera de nuestras fronteras. La propuesta de Zapatero de incluirles en el Consejo de Estado me pareció de lo más positiva, pero sólo Aznar aceptó y lo hizo para poder meter mano en el dictamen sobre el Estatuto catalán. Después renunció. Pero creo que es lógico alegrarse de que un español ocupe un puesto relevante, sea uno del partido que sea. Me alegró que Rato fuera al Fondo Monetario Internacional tanto como que Borrel presidiera el Parlamento Europeo. Y ahora me alegro por lo de Felipe sin dudarlo. Y es de agradecer que Rajoy también.
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Segunda coincidencia con Rajoy. Después de mucho pensarlo y de no haber movido ficha en este asunto, el líder popular criticó el canon digital. "No pueden pagar todos los ciudadanos sobre la base de que son sospechosos de hacer cosas que no son legales", dijo. Y es verdad. A mí que me cobren por si acaso me da por piratear algo me parece una sublime tomadura de pelo, un robo y una falta de sentido común. Lo que hay que hacer es perseguir al pirata de verdad y no al que copia un CD, y no dar por sentado que todo el material informático y digital que se vende va a ser utilizado de forma fraudulenta. Creo que no es más que una forma de sacar dinero para unos vividores que quieren seguir exprimiendo al consumidor por no haber sabido entender las ventajas de los nuevos medios de explotación.
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Y la coincidencia con Aznar. En una entrevista que publica ABC (que casi no he sido capaz de leer sorprendido por la permanente, injustificada y desmedida adulación al ex presidente del Gobierno de la que hace gala su autora, Josefina del Alamo), dice Aznar que España "es un país necrófilo, que ensalza a los muertos". Cierto. Se muera quien se muera, acaba siendo una gran persona, un gran profesional, un gran lo que sea. No importa que haya sido un delincuente o el mayor cabrón que se haya conocido. Si se muere, es bueno. La concepción de país necrófilo tiene una segunda vertiente. Los homenajes a los personajes verdaderamente importante sólo llegan cuando uno muere. Casi nadie se acuerda en vida de esas personas, pero en cuanto se muere le llueven condecoraciones y homenajes. Y me parece triste.
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Es un shock plasmar estas tres coincidencias, sí, no esperaba yo a estas alturas de la película tener que decir eso, y menos en la época preelectoral en la que vivimos, pero es la pura verdad y como tal la reflejo en estas líneas... Hablando ya en serio, esto es muestra de mi forma de pensar. No todo lo que diga una persona (o un partido) tiene por qué rechazarse sólo porque lo diga esa persona (o ese partido). Ni Aznar ni Rajoy serán nunca santos de mi devoción, pero si estoy de acuerdo con ellos no me tiembla el pulso al admitirlo. Garantizo al que tenga dudas que no produce dolor físico. Ojalá todo el mundo fuera capaz de hacer lo mismo, pero en este país cainita en el que vivimos es una utopía pensarlo...

jueves, diciembre 13, 2007

Responsabilidad

¿Qué tendrá la responsabilidad que casi nadie la quiere coger en tantos y tantos ámbitos de la vida...? ¿Por qué será que casi siempre encontramos otro responsable de los hechos que nos libera a nosotros mismos de esta pesada carga? ¿Cómo es posible que tan poco gente sea capaz de ponerse en el lugar de los demás a la hora de tomar decisiones, desde las más trascendentes a las más triviales?

Son preguntas que me hago muy a menudo porque la conclusión, procedente de la experiencia en el mundo real, es evidente. La responsabilidad es una cualidad muy poco frecuente en las personas. Siempre me ha irritado especialmente la falta de responsabilidad en el ámbito laboral. Me indignaba y me indigna que un jefe no se haga responsable de las decisiones que hay que tomar en un grupo de trabajo, que deje esa responsabilidad en manos de las personas que tiene por debajo.

Me acaban de contar una historia que en otras circunstancias hasta tendría gracia. Una persona está de baja cuando recibe una llamada. Es su jefe. Le dice que ya sabe que está de baja, pero que este domingo le toca trabajar, porque tenía asignado ese día desde hace tiempo y no se puede organizar de otro modo a dos días vista. Se agarra a que la persona que está de baja le había dicho que en una par de semanas podía volver. Alucino con la falta de sensibilidad de este jefe, para empezar. Pero es que además la situación me parece rocambolesca. Si una persona está enferma y no puede ir a trabajar, quien tiene que resolver la situación es ese jefe. Cobra por ello. Pero no, deja el problema y la responsabilidad en manos de otros.

En cualquier caso, últimamente he descubierto que donde en realidad me cansa más la irresponsabilidad es el plano más personal. Porque la gente no deja de sorprenderte, incluso personas por las que hubieras puesto la mano en el fuego. Y por eso no entiendo muchas de las cosas que veo. No acabo de entender por qué la gente no es capaz de comprender que el trato que le da a una persona condiciona necesariamente lo que esa persona piensa de los demás. No entiendo que una antiguo amigo te desprecie (o no aprecie) durante años y de repente quiera actuar contigo como si no hubieran pasado esos años. No entiendo que la gente no sea capaz de sacar diez minutos de su tiempo por hacer algo para una persona a la que quiere. No entiendo cómo es posible dejar que las amistades se pierdan sólo por desidia.

Hoy, precisamente hoy, se cumplen dos años del día en que empecé a darme cuenta de verdad de lo importante que es que haya personas que sean capaces de ponerse en el lugar de uno. Para lo bueno y para lo malo. Y sigo agradeciendo que haya gente dispuesta, siquiera durante un breve instante, a seguir mirando el mundo a través de mis ojos para entenderme.

miércoles, diciembre 12, 2007

¿Y no es absurdo debatir sobre debates...?

Si los debates son un elemento de debate en la política española, mal vamos... Parece mentira que que el único precedente de debate electoral que ha habido en este país haya tenido como protagonistas a los dos presidentes de la democracia que han tenido mayoría absoluta, Felipe González y José María Aznar...

El caso es que el debate sobre los debates viene de lejos. Mariano Rajoy se negó a mantener ese debate hace cuatro años con José Luis Rodríguez Zapatero porque estaba seguro de su victoria y debió de pensar que ese debate podía dar a Zapatero algunos votos (Canal + hizo un debate divertidísimo y delirante con sus guiñoles, muy recomendable porque ambos candidatos decían cosas que pensaban pero en realidad no se atrevían a decir). Después de las elecciones, admitió que fue un error no aceptar el debate que propuso el líder socialista, entonces líder de la oposición.

Ahora cambian las tornas. Zapatero es presidente del Gobierno y Rajoy líder de la oposición. El primero ha impulsado muchas iniciativas de control y de debate parlamentario durante su mandato y por eso era lógico mantener la propuesta del debate. El líder del PP, que pese a todo lo que ha dicho en los últimos tres años y medio sigue siendo capaz de sorprender con sus ocurrencias, dice ahora que no quiere un debate, que quiere tres. Y que los quiere en Telecinco, Antena 3 y Cuatro. La Sexta, tan privada como las anteriores, vetada sin que Rajoy haya dado mayores explicaciones. TVE, el canal que pagamos entre todos y que debiera ser el lugar ideal para un debate de estas características, vetada según Rajoy para velar por "la pluralidad informativa".

Y es en ese punto en el que merece la pena detenerse. Conviene refrescar la memoria a algunos. Sólo en una ocasión un director de Informativos de TVE ha sido condenado por manipulación informativa. Ese director era Alfredo Urdaci, nombrado con Aznar en La Moncloa y con Rajoy como ministro, que luego se convirtió en vicepresidente. También es interesante recordar que ha sido el Gobierno de Zapatero el que ha impulsado que la elección del director general de RTVE se haga en el Congreso de los Diputados, cuando hasta entonces era un dedazo más de los muchos que suele haber en esta democracia española. Y, por último, también es importante recordar que el propio Rajoy no tuvo ningún inconveniente en acudir al programa Tengo una pregunta para usted que emitió... sí, sí, aunque parezca mentira, La Primera de TVE.

Entonces son varias las preguntas que se me ocurren y que Rajoy debiera contestar, por eso tan rocambolesco de mantener la credibilidad... ¿Para garantizar la pluridad informativa es mejor el nombramiento a dedo de directivos que sigan las órdenes del Gobierno de turno que el debate en el Congreso? ¿Por qué acude a un programa de una cadena si considera que ésta no garantiza "la pluralidad informativa"? ¿Qué legitimidad puede tener para acusar valedamente a TVE de manipular (lo que no se atreve a decir claramente lo hace su partido a través de hilarantes y exageradas notas de prensa contra TVE con las que ha bombardeado las redacciones desde el primer momento de la legislatura) alguien bajo cuyo mando se condenó precisamente al ente público por manipulación? Dicho ésto, ojalá haya debate.

Sí, ya sé que no debería caer en estas trampas, en hablar de los temas absurdos que nuestros políticos colocan en las portadas de los periódicos, pero es que no lo he podido evitar... De hecho, en un día como hoy he tenido que elegir entre hablar este asunto y de la absurda polémica del calendario de Ryanair... No entiendo cómo es posible que organizaciones como Facua u organismos como el Instituto de la Mujer siguen perdiendo el tiempo en estos temas, ahora denunciando a esta empresa por publicar un calendario, que encima tiene fines benéficos, con fotografías de sus azafatas ligeras de ropa...

Se queja Facua de que este calendario, por cierto realizado con el pleno consentimiento de estas mujeres adultas en pleno ejercicio de sus facultades mentales, "atenta contra la dignidad de las mujeres trabajadoras en general y las tripulantes de cabina en particular, presentando imágenes estereotipadas de estas profesionales contra las que llevan años luchando".

¡Ya podían dedicarse Facua y el Instituto de la Mujer a luchar por las mujeres que ven menoscabada de verdad su dignidad, que demasiadas hay y no debiera haber ninguna, y dejen de buscar polémicas absurdas en iniciativas como ésta! En fin, que no lo he podido evitar tampoco, porque es que me pone enfermo tanto debate estéril. Siempre han existido estos calendarios y siempre existirán.

Y como decía hoy en el informativo de La Sexta esa gran comunicadora que es Helena Resano, ¿por qué se quiere montar polémica cuando es un calendario con fotografías de mujeres y nadie dice lo mismo cuando se trata de hombres...? Cuánta hipocresía... Y como muestra de mi rechazo a postura hipócritas, interesadas y ventajistas, hay va la foto del mes de enero del calendario de Ryanair... Total, ya que he tratado el tema, por lo menos que veáis de qué va, ¿no...?

lunes, diciembre 10, 2007

Jugando con fuego

Desde hace mucho tiempo tengo la sensación de que en el fútbol español estamos jugando con fuego y, al mismo tiempo, teniendo mucha suerte de que no pasen desgracias. El último episodio es el que se vivió el pasado sábado en San Mamés. A Casillas le tiraron de todo desde uno de los fondos del estadio del Athletic de Bilbao, le acertaron en la cabeza con una caja de algo (probablemente de tabaco, aunque no podría asegurarlo), que afortunadamente no era pesado y no le produjo más que el cabreo de repetir "todos los años igual". La Sexta, que dio el partido en directo, ofreció después un plano de una navaja abierta que había caído sobre el cesped. Insisto, una navaja abierta. Si insisto es porque nadie se ha hecho eco de esta situación salvo para comentarlo a modo de anécdota y chascarrillo, no como el suceso grave que es. De hecho, Montes y compañía pasaron olímpicamente de este hecho durante la misma retransmisión.
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En España teníamos la costumbre de premiar la puntería. Se puede tirar de todo al campo, pero si no se da a alguien (preferentemente a un árbitro), no pasa nada y no hay sanción de ningún tipo. Pero desde hace ya algún tiempo ni siquiera se premia la puntería. Recuerdo dos casos sucedidos en el Nou Camp, el primero un mecherazo que se llevó Roberto Carlos en la cabeza (y que, por estar rapado, permitió ver una herida sangrante de grandes proporciones) y la famosa cabeza de cerdo cuya sanción nunca se llegó a cumplir y nunca jamás se supo. También recuerdo uno de aquellos famosos partidos de los lunes de Antena 3 en el Vicente Calderón. Se veían llamas en el fondo del Frente Atlético. El comentarista zanjó el incidente hablando de "un pequeñito incendio".
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Vamos, que existe una tendencia a no dar publicidad a estos hechos que a mí me parece de lo más peligrosa. Como ahora mismo toda la prensa deportiva tiene que estar compuesta irremediablemente de forofos de un equipo, debe ser que estos periodistas piensan que si publican estos hechos están perjudicando a su equipo. Insisto, es peligroso, porque algún día nos encontraremos con alguna desgracia seria, como ya ha sucedido en otros países, como en Italia. Aunque, bien pensando, ya ha habido desgracias serias en nuestro fútbol, como el asesinato de Aitor Zabaleta o de aquel aficionado del Deportivo cuyo nombre ahora mismo no recuerdo. Y no ha pasado nada. No ha cambiado nada. Lamentos y parches. Nada más.
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Es hora de dar pasos serios para erradicar la violencia en los estadios de fútbol. Es hora de impedir el paso a las gradas a energúmenos que se dedican a lanzar objetos al campo, de detener y juzgar a los animales que apedrean los autocares rivales y de acabar con estos grupos. Hace poco, un periodista valiente publicó una información sobre el Atlético de Madrid. Decía que jugadores y técnicos son extorsionados (no gusta utilizar un eufemismo, llamemos a las cosas por su nombre) por estos supuestos aficionados para que les costearan los viajes al extranjero para ver al equipo a cambio de una temporada plácida desde la grada. Por supuesto, historia rápidamente desmentida y muy poco tiempo después olvidada. Pero yo me lo creo, porque recuerdo a esos mismos supuestos aficionados lanzando sillas y huevos a su propio equipo, o saltando a su campo de entrenamiento para amenazarles.
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Cuando murió aquel aficionado del Deportivo, nos vendieron la moto de que los Riazor Blues se habían disuelto. Pero no hay más que ver cualquier partido del Depor para ver que su inmensa pancarta sigue presidiendo uno de los fondos del estadio coruñés. Una mentira de las muchas que se nos cuentan con respecto a la violencia real que hay en y en torno a los campos de fútbol de este país. Yo he visitado muchos y sé que hay sitios donde uno ni siquiera puede cantar los goles de su equipo, donde no te puedes poner la camiseta de tu equipo, donde no puedes ni siquiera aplaudir a tus jugadores, por lo menos no si quiere salir de una pieza de ese estadio. Empiezo a pensar que sólo los aficionados normales peleamos para erradicar la violencia, que al resto de los implicados le da absolutamente igual.
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Y por cierto, ya que hablamos de este deporte, ¿soy el único al que le parece que los estamentos que forman parte del fútbol español están continuamente adulterando la competición? El año pasado se permitió que los árbitros se pasaran cuatro o cinco jornadas redactando negligentemente las actas para que los jugadores no pudieran ser sancionados y ahora acabamos de vivir el esperpéntico episodio de que Puñal, del Osasuna, pudo jugar contra el Valencia a pesar de haber visto su quinta tarjeta amarilla... ¡¡¡porque el comité de competición se había cogido puente!!! Es vergonzoso el fútbol español, sencillamente vergonzoso...

viernes, diciembre 07, 2007

Política con mayúsculas

No me suelen gustar los discursos de los actos conmemorativos. Normalmente son una colección de frases muy medidas para no ofender a nadie que no conducen a nada, que no aportan soluciones, que ni siquiera abren debates. Suelen ser lugares comunes, pronunciamientos muy sencillos de hacer y que en realidad no comprometen en nada a su autor. Pero ayer, aniversario de la Constitución, hubo un discurso distinto. El presidente del Congreso, Manuel Marín, dejó unas cuantas frases que son lecciones, consejos y advertencias para el futuro. Quizá haya influido en el contenido la libertad que da el hecho de que Marín ya haya anunciado que deja la política al final de la presente legislatura, que éste haya sido su último discurso en un acto como el de ayer.

"Lo que nos piden los ciudadanos es volver a la política con mayúsculas", dijo Marín, convencido de que "la sociedad española no tolerará otra legislatura tan dura y tan ruda". Ojalá tenga razón. Ya he dicho muchas veces que se escuchan barbaridades por encima de lo soportable. Hay que acabar con eso, hay que recuperar la medida de las declaraciones y de las acciones políticas, porque haberla perdido ha desembocado en un evidente enfrentamiento social. En que en las concentraciones contra ETA se insulte a demócratas. En que el odio se multiplique en Madrid hacia lo vasco y lo catalán y en Euskadi y Cataluña a lo español. En que los inmigrantes decentes y trabajadores estén en el punto de mira de los energúmenos. Y en otras muchas cosas que todos conocemos.

No es demasiado relevante discutir sobre a quién se refería el todavía presidente del Congreso, pero sí creo que hay un claro llamamiento a la oposición del PP, por mucho que Rajoy no quisiera darse por aludido. Marín afirmó que "es lícito apretar al adversario, pero no ahogarlo, y hay que saber en qué momento es necesario soltar la mano y tenderla para el acuerdo". Y tiene toda la razón. Eso es lo que se llama sentido de Estado, algo que ya muy pocos políticos tienen en España, y que en algunas materias (como la lucha antiterrorista) es absolutamente imprescindible, gobierne quien gobierne.

La verdad es que no tengo muchas esperanzas en que las palabras de Marín se conviertan en realidad. Creo que la distancia entre unos y otros es hoy demasiado abismal como para que las heridas se cierren sin más. Hay mucho odio y mucho rencor, y ya no importa si es un papel, si es fingido, o si es real. Pero Marín ha dado con la clave: España necesita hoy política con mayúsculas. Y políticos que la sepan practicar. Ya no quedan muchos, y la marcha de Marín nos deja uno menos de los que había.

Si algo bueno ha dejado esta tormentosa legislatura en la política española ha sido Manuel Marín. Ha sido un gran presidente del Congreso de los Diputados, ha hecho un enorme esfuerzo por dar a la política el valor que tiene, a pesar de que ha contado con un rechazo absurdo por parte del PP, que le ha planteado reclamaciones insólitas y ha tratado de mermar su figura. A pesar de todo, su larga trayectoria ha culminado con éxito, aunque no fuera en el puesto de ministro de Asuntos Exteriores en el que algunos le colocaron tras la victoria electoral de Zapatero. Le voy a echar de menos, señor Marín, le voy a echar de menos...

miércoles, diciembre 05, 2007

El odio da la victoria a ETA

Cuánto odio. Cuánto odio se ha visto en las concentraciones de repulsa por el último atentado de ETA. Pero es un odio equivocado y peligroso. Antes casi todo el mundo tenía claro que el enemigo era el terrorista, el que empuñaba una pistola, el que colocaba una bomba, el malnacido que se creía con derecho a segar una vida pretendiendo defender no sé muy bien qué clase de ideas. Los demócratas y las personas estábamos a un lado. Los terroristas y las bestias sanguinarias estaban al otro. Y sabíamos que contra ellos había que dirigir nuestro odio, nuestra ira, sabíamos que era contra ellos contra quienes debíamos dirigir nuestra lucha por acabar con esta lacra.

Hoy las cosas han cambiado. Hoy el odio es partidista, hoy el odio es ideológico, hoy el odio busca ganar elecciones, hoy el odio se centra en el enemigo equivocado. Dice el alcalde de la localidad leonesa de Vega de Infanzones, Máximo Campano, del PP, el tipo de la foto que encabeza esta entrada, que"el Gobierno es más culpable que los mismos terroristas" de la muerte del agente Raúl Centeno, natural de este municipio. No es nuevo que un responsable política diga una imbecilidad tan inmensa como ésta, aunque casi todo el mundo quiere enterrar declaraciones de este tipo y pasar página. Por eso se siguen reproduciendo cada vez que ETA mata. Siempre hay algún listo que se cree que con derecho de llamar asesino a la persona equivocada.

Leo que grupos de energúmenos (de todas las edades, que nadie piense que son chavales incontrolados) han reventado las concentraciones de condena celebradas el lunes en Madrid, Barcelona, Zaragoza, Sevilla y Córdoba. Leo que, entre otras muchas lindezas, a los socialistas, se les ha llamado desde "cómplices de ETA" hasta "asesinos", pasando por "traidores" o incluso el tan recurrido "maricón" que algún valiente le lanzó a Pedro Zerolo por su condición de homosexual. Ese odio impidió incluso que, en Madrid, se leyera un texto de condena por el último asesinato. Los gritos de odio ahogaron la solidaridad.

Leo además que en la concentración que se celebró ayer en Madrid la Asociación de Víctimas del Terrorismo y el Foro de Ermua no quisieron acudir. Ponen como condición previa para sumarse a estas iniciativas que se ilegalice ANV. Espero que se atrevan a explicarle cara a cara a la familia de la última víctima que no se suman a la condena pública y social de su asesinato por ese motivo. O mejor dicho, por hacer oposición al Gobierno, que es lo único que están haciendo. Las declaraciones de sus dirigentes ya no son nunca de respaldo a las víctimas y a sus familias, no. Son de odio hacia el Gobierno de Zapatero. No recuerdo a Alcaraz o Buesa hablar de los damnificados. Sólo les recuerdo añadiendo crispación. Ellos sabrán por qué.

Palabras y actos como todos éstos son terroríficos, deleznables, repudiables y me atrevo a decir que algunos casos perseguibles por la Justicia (agradezco, sin embargo, la actitud pasiva del Gobierno contra esta gentuza, porque si diera órdenes a la Abogacía del Estado para que actuara contra ellos generaría más crispación). No me importa que vengan desde la izquierda o desde la derecha. Pero ya me pueden contar la historia que quieran, que la sensación de que es la derecha la que suele protagonizar estas barbaridades no me la a quitar nadie. Me acuerdo de burradas de Aznar, de Mayor Oreja, de Acebes, de Alcaraz, de Jiménez Losantos, de Ignacio Villa, de Isabel San Sebastián... Y como no paren, lo que estamos viendo se va a quedar pequeño con lo que puede venir en el futuro. Y si no, al tiempo.
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Y por cierto, digan lo que digan, estoy de acuerdo con los motivos de Zapatero para no acudir a la concentración de ayer. Un presidente del Gobierno no tiene que manifestarse. Tiene que trabajar para que los problemas por los que protestan los ciudadanos dejen de serlo. La calle es de la gente, no de los políticos. Hoy han detenido en Francia a dos presuntos etarras que podrían ser los autores del último atentado. Es el último de una larga lista de éxitos policiales contra ETA. Lo demás, ensoñaciones, vaguedades y, sobre todo, mucho odio. Y es el odio lo que le da la victoria a ETA. Yo no voy a caer en esa trampa, para mí el enemigo está claro. Ojalá todo el mundo lo tuviera igual de claro.

lunes, diciembre 03, 2007

Sevilla tiene un color especial

Pues sí, fin de semana en Sevilla con excusa futbolística (de la que mejor no hablar aquí, que quiero mantener el tono entretenido de este texto...). Y qué lujo de tiempo me ha hecho... Veintitantos grados durante el día que permitieron casi ir de manga corta como si estuviéramos en pleno verano... Un lujo al que en Madrid no estamos acostumbrados, desde luego... En menos de 30 horas dio tiempo a recorrer a pie casi toda Sevilla, una ciudad preciosa, desde sus monumentos más conocidos a sus pequeñas calles laberínticas. Como dice la canción, tiene un color especial, de eso no hay duda.
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La estampa típica de la Giralda sigue siendo tan bonita como siempre. Los turistas (¡cuánto japonés!) la rodean a todas horas y los coches de caballos le dan ese toque tan especial. Pero, incluso habiendo peatonalizado todos sus alrededores (gran acierto, no tanto ese tranvía del que hablaré un poco más abajo), ese no es mi rincón favorito de Sevilla, no. Ese honor le corresponde a la Plaza de España. Han sido pocas hasta ahora mis visitas a la Ciudad Hispalense, pero el único lugar por el que me he obligado y me obligaré a pasar siempre es la Plaza de España. Me encanta pasear por sus galerías, subir a sus balcones, fotografiar las dos torres. Esta vez sí me pude hacer la foto en los azulejos que representan la provincia de Guipúzcoa, ya que en mi anterior visita estaban en obras.
Y en un sitio tan bonito es donde más puede darse uno cuenta de la cantidad de cafres que hay sueltos por el mundo. No revisé los azulejos de todas las provincias, pero el paso por el de Madrid, además del de Guipúzcoa, era obligado. Como se puede ver en la foto de abajo, hay cafres que se dedican a inmortalizar el nombre de sus pueblos en los mapas. Esta es la demostración científica de que hay indocumentados en pueblos como Leganés, Rivas, Los Molinos o Villaviciosa de Odón que han pasado recientemente por Sevilla. Seguro que en sus casas no se dedican a pintar con sus rotuladores, no...
Menos mal que el gracejo andaluz hace que esta lamentable anécdota sea lo de menos en Sevilla... Sólo a los sevillanos se les puede ocurrar comparar con un paso de Semana Santa el nuevo tranvía que tienen en la zona céntrica (une la universidad con la catedral, un recorrido minúsculo que hace que no esté siendo precisamente un éxito; y encima les han puesto una publicidad estridente, que envuelve todos los vagones y que tendrán que retirar precisamente para cumplir una ordenanza municipal sobre publicidad en el centro de la ciudad). Sólo en Sevilla se puede encontrar la salida de un parking justo en un paso de peatones. Sólo allí se puede ir de tapas y encontrarte con que una de ellas le habría saltado las lágrimas al mismísimo ex ministro Trillo, pues se llama "Islote Peregil" (una montaña creo que de atún con tomate coronada por una bandera española). Por cierto, no hay errata en el nombre, es que el local se llamaba, si no recuerdo mal, Antonio Peregil. Pero a eso vuelvo luego.
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Si algo llama la atención de Sevilla, sobre todo a un habitante de Madrid, es la calma y el silencio que preside la ciudad. Vale que era domingo por la mañana y todo lo que queráis. Pero no hay color. En Madrid se oyen cientos de miles de ruidos distintos en cualquier punto de la ciudad y a cualquier hora. En Sevilla no. La tranquilidad es directamente proporcional al número de iglesias que pueblan la ciudad. De los 72 monumentos que señalan en el mapa turístico no exagero si digo que 40 son iglesias (aunque el mapa, como le había prometido, se lo quedó mi anfitriona y no lo puedo corroborar mientras escribo esto).
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Y ahora sí vuelvo al lugar de la tapa del "Islote Peregil". Acabamos allí por consejo de mis anfitriones en este viaje, un sevillano y una semisevillana (ella vive en Madrid, pero oír la palabra "Sevilla" le basta para sumarse a la aventura... Y bien que me alegré de que me acompañara, ya que el plan inicial que tanto me apetecía de encontrarme con una bloggera se frustró al final; otra vez será... espero) que me enseñaron lo mejor de la ciudad. Porque entre lo mejor siempre tiene que estar un buen sitio de tapeo donde comer bacalao con salmorejo (¡qué envidia le habría dado a un buen amigo mío de haber visto esa tapa, y cómo tuve que resistirme para no mandarle una foto al móvil...!) y un buen plato de migas. Lo que no recordaba de Sevilla es lo realmente barato que es para comer tan bien. Por lo que pagamos los tres sería imposible comer uno en Madrid en zonas céntricas...

Estos somos los tres que nos pateamos Sevilla durante parte del sábado y todo el domingo, en una foto convenientemente autorizada para su publicación, en un rincón precioso desde el que hay unas vistas preciosas de la Giralda. Para los observadores que vayan a visitar Sevilla próximamente, el local que os decía del bacalao con salmorejo está a espaldas del tipo que nos sacó la foto. No os lo perdáis, que merece la pena... Por cierto, buscábamos a alguien que nos hiciera la foto y se lo pedimos al tipo con más aspecto de sevillano que encontramos. Pues era guiri. Qué sorpresas te da la vida...
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Bueno, sorpresas hubo más. La mejor en el tren en el que fui. Como mi amiga y yo sacamos los billetes por separado y con días de distancia, no estábamos en el mismo vagón. La solución era obvia, pedir a mi compañero/a de asiento o al suyo que nos hicieran el favor. Junto a mí se sentó una chica joven, de estas con aspecto alternativo pero que seguro que tienen el Mercedes de papi. "Uf, no sé", me dice de primeras. "Es que yo he pedido expresamente este asiento para ir así (se supone que mirando en la misma dirección que avanzando el tren). Bueno, si eso ya lo vemos cuando arranque el tren", añade. Y se va fuera del vagón a fumar sabe Dios qué pero tabaco no, eso puedo asegurarlo. Así que me voy al vagón de mi amiga y antes de que le dijéramos nada, su acompañante, un hombre de unos 50 años, se ofreció a cambiarnos el sitio. Siempre ha habido clases, desde luego.
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Habrá que volver, como dice un amigo mío, porque es verdad que Sevilla tiene un color especial.