sábado, septiembre 29, 2007

Batman en Gibraltar. ¿Y Moratinos...?

Me encuentro una sorpresa en el número 4 del volumen II de la serie de Batman que publica Planeta DeAgostini (y que ha salido a la venta este mismo mes de septiembre; en realidad es el número 658 de la colección americana, que es bastante más fácil de localizar en la red así...). Resulta que Talia Al Ghul (hija de Ra's Al Ghul, el villano de la película Batman Begins, que seguro que suena más el referente cinematográfico que el del cómic) secuestra a la esposa del primer ministro británico y se la lleva, junto con un ejército de Man-Bats, ni más ni menos que a... Gibraltar. Tanto tiempo con aquello del "Gibraltar español" y ahora resulta que lo va a conquistar una supervillana...

Ya sabéis que me hacen gracia estas referencias a cuestiones que afectan a España en cómics, series o películas, así que tenía que ponerla aquí. Dice Talia en el cómic: "Mi padre, Ra's Al Ghul, siempre sintió debilidad por Gibraltar. Lo consideraba el emplazamiento estratégico por excelencia". Y, claro, viendo el Peñón en este cómic, me he acordado de que España tenía una negociación supuestamente abierta con el Reino Unido por Gibraltar que debía acabar con un contencioso de cinco siglos. Se suponía que había un grupo de trabajo en el que también estaban sentadas las autoridades gibraltareñas. Pero de eso nada se sabe. ¿Señor Moratinos? ¿Sabe usted algo?

Y sigo hilando situaciones y me doy cuenta de que hace un montón de tiempo que no veo a Moratinos en la tele. Sí, se supone que ha estado con Zapatero en su reciente visita a la ONU. Sí, sale hoy en el periódico que se va a reunir en breve con Condoleezza Rice. Pero verle, lo que se dice verle, como que no... Y es un mal muy extendido en este Gobierno. Ministro que se equivoca en unas declaraciones o al que le dan cera por algo, ministro que desaparece del entorno mediático. Así llegamos a una situación en la que, por el motivo que sea (y sospecho que puede ser no perder la silla después de las elecciones), hay mucho ministro ausente. A la nueva titular de Vivienda, Carme Chacón, le aplaudo que no haya dejado la escena pública por muchos palos que le hayan dado a su plan. Espero que siga así, que ya tenemos demasiados desaparecidos...

martes, septiembre 25, 2007

Madrid 2016 ya tiene logo... y no me gusta

Madrid 2016 ya tiene logo. Es este que podéis ver a la izquierda. Su nombre es Corle y lo ha elegido el 32 por ciento de las 113.817 personas que han votado por uno de los diez diseños preseleccionados. El jurado ha decidido por unanimidad respetar la elección popular de este logo que, por lo visto, simboliza la unidad de todas las culturas, personas, nacionalidades y razas que conviven en Madrid.

Y qué queréis que os diga... A mí no me gusta nada. Es más, me gustaba muchísimo más el logo de Madrid 2012. No soy un estusiasta del diseño moderno, pero sí que suelo esperar con interés la elección de los logotipos olímpicos. Estamos hablando del evento deportivo con mayúsculas, y, además, de la posibilidad de que vuelvan a celebrarse en España después de la maravillosa experiencia de Barcelona en 1992.

Pero hay muchas cosas que no me gustan de la elección de este logo. Primero, la votación popular. Es tan fácilmente manipulable y tan difícilmente controlable que me da miedo. Y, además, ¿quién hubiera elegido a Cobi o a Naranjito como mascotas de Barcelona 92 o del Mundial de fútbol de España de 1982 si hubiera tenido la posibilidad de hacerlo? Casi seguro que en su momento muy poca gente hubiera apostado por estas mascotas, y hoy forman parte del ideario popular más reconocible de este país.

Y hay que hablar del diseño en sí mismo. ¿Dónde están los aros olímpicos? ¿Dónde hay algo que evidencia que este es un logo olímpico y no, por ejemplo de una convención de físicos nucleares? Por ningún lado, me temo... Para colmo, y reforzando esta idea, sobre este logotipo había sospechas de plagio. A la derecha tenéis la comparativa entre el ya oficial logo de Madrid 2016 con el que utiliza la Delegación de la Juventud del Ayuntamiento de Móstoles para las actividades de ocio. No seré yo quien hable de plagio, pero el parecido es evidente.

No fue el único logotipo que vivió bajo estas sospechas. De hecho uno de ellos, el denominado Light, fue retirado de la votación por "no cumplir el requisito de originalidad". La decisión de retirarlo se tomó en los últimos días de la votación, lo que alimenta la posibilidad de que el resultado no haya sido todo lo limpio y ecuánime que debiera. Y había más logos que, según mucha gente, recordaban demasiado a otros. Original lo que se dice original no ha sido este concurso...

Me imagino que si Madrid consigue la organización de los juegos, algo que deseo muchísimo para poder asistir en casa a unos Juegos, nadie se acordará de esta polémica. Pero como no me gusta ni la forma en que se ha elegido ni el logo que se ha elegido, me veo en la obligación de decirlo...

lunes, septiembre 24, 2007

No entiendo tanta radicalidad


Ha sido noticia en los últimos días la quema de fotografías del Rey que hizo primero un joven y que fue apoyado y secundado días después por otros muchos. No deja de parecerme curiosa esta forma de protestar. Y es que, lo mire por donde lo mire, no le veo la utilidad a quemar fotografías del Rey. No soy especialmente monárquico y no soy especialmente republicano. Ambos son modelos que tienen aspectos buenos y otros malos y que no me van a contar nunca entre sus más firmes defensores.

La quema de estas fotografías, en todo caso, me ha dado muchas cosas en que pensar y muchas hipótesis que plantear. La primera de todas es la más obvia. ¿Es necesario quemar fotografías del Rey para demostrar que uno es republicano o independentista? Me imagino que no, pero estoy seguro de que si critico esta quema de fotos (y la critico por inútil y despreciativa) habrá gente que piense que en realidad soy monárquico y que estoy haciendo una defensa de la Corona española. Seguro que hay gente que está socialmente obligada a alabar (o no criticar) este acción para dar una imagen de nacionalista.

La segunda reflexión proviene de darle la vuelta a la situación. Estos chavales demuestran, eso creen o eso les han contado, mucha valentía y mucho catalanismo quemando fotos del Rey. Entienden que es un símbolo de esa España que tanto odian (no dejo de preguntarme por qué, pero eso forma parte de otra reflexión mucho más extensa) contra el que deben protestar de esta forma. ¿Que sucedería si en Madrid se hubiera hecho un acto de sentido contrario? ¿Qué pasaría si unos individuos quemaran senyeras aprovechando una visita a Madrid del presidente de la Generalitat catalana? Pues ya os lo digo yo, sería un grupo de fascistas catalanófobos, gentuza a la que habría que encarcelar y que demuestra la represión que existe contra Cataluña. ¿Unos son héroes independentistas y otros perros fascistas? Ya lo dudo.

Profundizo en esa reflexión. ¿Es necesario mostrar odio, animadversión e inquina para defender algo? ¿No sería más razonable que quienes quieran defender a Cataluña lo hagan ensalzando sus valores y su cultura? ¿Por qué hemos caído todos en despreciar lo ajeno para defender lo propio? ¿Por qué no nos damos cuenta de que quienes protagonizan actos de esta naturaleza son personas rencorosas, seguramente sin motivo, que actúan probablemente con un desconocimiento inmenso de la historia, de la cultura y de la sociedad que les rodean? ¿No nos damos cuenta de que la quema de símbolos, pertenezcan a quien pertenezcan, es un acto de odio que no tiene ni pies ni cabeza en una sociedad democrática como la española?

No entiendo que haya que ser antibarcelonista o antimadridista para ser del Madrid o del Barça. No entiende que para ser socialista o popular haya que despreciar todo lo que hace el PP o el PSOE. No entiendo que para ser vasco o catalán haya que despreciar a España, ni que para ser español haya que despreciar a Euskadi o Cataluña. No entiendo que criticar a una mujer sea síntoma de machismo y alabarla de igualdad, o que censurar la acción de un negro sea racismo y defenderla sea respeto racial. Yo ya no entiendo nada. No entiendo esa radicalidad en la que vivimos, no entiendo ese odio que tanta gente propaga. Me llamarán ingenuo, pero no lo entiendo...

jueves, septiembre 20, 2007

Otro ridículo en el Congreso

Lo confieso. Una de las cosas que menos aguanto es ver a los políticos haciendo el ridículo en sede parlamentaria. Y mira que hay veces que lo hacen... Pero es que cada vez que lo veo me pongo malo, pienso en la casi nula exigencia de su trabajo, en el sueldazo que se llevan, en la pensión vitalicia que muchos tienen asegurada, y tengo claro que a mí, en mi trabajo, mis jefes no permitirían compotarme así. Claro, que aquí sus jefes les alientan a ser como son... La última ocasión de deleitarnos con las sandeces que hacen nuestros representantes políticos ha sido hace un par de días, a cuenta de una proposición no de ley sobre las selecciones deportivas autonómicas. Un bochornoso espectáculo que se une a la larga lista de bochornosos espectáculos que se han visto en el Congreso durante los últimos años.

Luego entro en el tema de fondo, pero lo que verdaderamente me preocupa es la forma. Primero hacen el ridículo en el hemiciclo mostrando las camisetas de las selecciones catalana, vasca, gallega y, finalmente, la española, argumentos de peso en un debate como bien sabe todo el mundo, cada una de ellas en manos del partido nacionalista de turno (incluyo al PP en las formaciones nacionalistas). Luego, gestos y gritos desde los escaños que en el colegio no le consentirían a un niño de ocho años. Y para rematar la faena, la foto de familia en la escalinata del Congreso (pocos diputados en realidad y pocos más de los que se habían quedado en sus escaños a vivir este estéril debate) con todas las camisetas, orgullosos encima los señores diputados de su comportamiento.

No se cansan de hacer el ridículo, no, de cebarse con asuntos que apenas interesan al ciudadano de a pie, de desviar la atención de problemas serios con nimiedades y puestas en escena destinadas a ganar el voto de los más radicales, con comportamientos impropios del puesto que ocupan. Y todo ello, por supuesto, con las incontables ausencias de diputados en los plenos. Los ha habido peores, porque como en este tema había una cuestión relacionada con Cataluña y Euskadi los intervinientes tenían garantizado el eco mediático, pero aún así la asistencia fue escasa. No es que eso sea noticia, pero sigue siendo vergonzoso (por cierto, primer acuerdo del periodo de sesiones: sus señorías se han subido el sueldo un 3,5 por ciento; una subida más modesta que en años anteriores, pero todavía por encima del IPC). ¿Pero les da vergüenza? No, salen todos los días tan contentos de su lugar de trabajo.

Y ahora, vamos al tema en sí mismo. No entiendo el empecinamiento de los partidos políticos nacionalistas en sacar este tema cada cierto tiempo. Hoy por hoy, con la legislación en la mano y atendiendo a la configuración política de España, es inviable que Cataluña, Euskadi, Galicia o la misma Murcia tengan selecciones autonómicas que disputen competiciones oficiales e internacionales. Hablar de esto es comenzar a construir la casa por el tejado y, por descontado, añadir un elemento más de confrontación al ya crispadísimo debate político.

Eso, aunque quieran ocultarlo nuestros políticos con sus buenas poses, se acaba trasladando a los ciudadanos. En las nacionalidades históricas, la gente entenderá el rechazo de PP y PSOE a sus selecciones como una muestra de españolismo, de centralismo, de represión, etc. Y en el resto de España habrá socialistas y populares que entiendan la insistencia como una reivindicación más de estos insaciables y egoistas nacionalistas. Más madera, que decía Groucho Marx...

No me cabe la menor duda de que si algún día Cataluña o Euskadi son estados independientes tendrán sus selecciones nacionales. Pero hoy es imposible. Y no porque lo diga el Gobierno o el Estado español, no, que es algo que no termina de aclarar ninguno de los muchos políticos que sale a la tribuna de oradores (del Congreso o de los medios de comunicación) para tratar este asunto (no les interesa, claro...). Es que los organismos deportivos internacionales tienen sus normas. Aunque hay algún organismo de deportes más minoritarios que sí contempla este caso, la FIFA, por ejemplo, no permitiría hoy en día que Cataluña jugara un Mundial de fútbol. Por tanto, es obvio que lo que es necesario antes de hacer estas reivindicaciones parlamentarias es modificar el marco político. Sin eso, no hay nada que hacer. Los políticos, por tanto, que se dediquen a hacer política para conseguir sus objetivos.

Que ésta sea un reivindicación deportiva o social es otro cantar. Los jugadores vascos o catalanes tienen todo el derecho del mundo a salir, como de hecho suelen hacerlo, con pancartas pidiendo la oficialidad de sus selecciones. Todas las ideas son respetables (aunque no respetadas por todos). Que los ciudadanos catalanes o vascos defiendan su selección propia es perfectamente lícito.

Yo no comparto su reivindicación y también entiendo que traería con ella consecuencias que no todo el mundo se plantea hoy en día. Selecciones nacionales, de acuerdo. ¿Pero también ligas propias? Una cosa es que la Real haya bajado a Segunda División, que ya me duele bastante, pero tener que jugarme siempre la liga vasca con el Athletic, Eibar o Real Unión no es algo que me atraiga especialmente. Por mucho que me guste ganar a los bilbaínos, prefiero que la Real vuelva a tener, cuando se lo gane con el ascenso, grandes noches de fútbol con el Real Madrid o con el Barça.

Lo malo es que todos están por la labor de tirarse a la cabeza estas selecciones, y así difícilmente se podrá encontrar una solución...

miércoles, septiembre 19, 2007

Un pequeño paso siempre es positivo en materia de Vivienda

Llevamos una semanas en las que el tema de la vivienda ha vuelto al primer plano de la actualidad política. Eso, por sí solo, ya me gusta. La compra o alquiler de un piso es, hoy por hoy, un auténtico problema en este país, especialmente para los jóvenes, que tienen unos salarios casi indecentes y que no pueden de verdad iniciar sus propias vidas, lejos del hogar familiar. Que la vivienda esté presente en los medios y en los discursos de los políticos ya marca, por lo menos, un punto de partida positivo. Es un problema, inmenso, importantísimo, y algo hay que hacer. En eso, me imagino, todos estamos de acuerdo.

Primero fue el anuncio del Gobierno andaluz de estudiar una ley que garantice por ley el derecho a la vivienda que recoge la Constitución. La idea se llevó palos por todos lados (empezando por los del vicepresidente y ministro de Economía, Pedro Solbes) por irrealizable. Estoy de acuerdo. Hoy por hoy es absolutamente impensable que los poderes públicos garanticen por ley el acceso a una vivienda. Hoy por hoy, ojo. Si no se da ningún paso, no se podrá hacer nunca. Así que hablar de una ley en este sentido ya me parece positivo. Por muy irrealizable que sea en estos momentos.

Y si no se puede garantizar cien por cien, y como los más entendidos en economía me dirán que el de la vivienda es un mercado libre en el que no se puede ni se debe intervenir (por muy vergonzoso que me parezca pagar un alquiler de mil euros por una vivienda de 70 metros en mal estado, por ejemplo), el siguiente paso son las ayudas. El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y la ministra de Vivienda, Carme Chacón, anunciaron ayer un ambicioso plan que tiene como medida estrella (que no única, la gente no suele leerse más que el titular y merece la pena normalmente leer el texto completo) la subvención de 210 euros mensuales para los jóvenes menores de 30 años que alquilen su primera vivienda y tengan unos ingresos inferiores a 22.000 euros brutos al año.

De partida, me gusta la idea. Insisto, la vivienda es un problema inmenso (siempre uno de los tres primeros según las encuestas del CIS, junto al paro y al terrorismo) y algo hay que hacer. Pero, por supuesto, las críticas no se han hecho esperar. El Banco de España pide "mesura presupuestaria". Pero el caso es que Solbes, que tan reacio se ha mostrado a apoyar otras medidas sociales de este Gobierno, ha dado su visto bueno porque se destinan las ayudas a un colectivo muy concreto, el de jóvenes. El PP habla de "electoralismo". No dijo lo mismo cuando Zapatero ofreció los 1.500 euros por nacimiento en este país. Entonces dijo que ellos ofrecían más. Como esto no lo ofrecen, es electoralista. Vamos, que Mariano Rajoy sigue instalado en el "no porque no".

Y sin embargo, no deja de ser gracioso que Rajoy tenga algo de razón, aunque desde luego no por los motivos que él esgrime. Publica El País que desde 2004, cuando la ministra de Vivienda era la denostada (y con razón) María Antonia Trujillo, está en vigor una ayuda de 240 euros al mes para los menores de 35 años que ganen menos de 19.950 euros brutos al año y para viviendas de hasta 90 metros. Esta ayuda (que no recuerdo si se anunció tan a bombo y platillo), de la que se han beneficiado ya 40.000 personas, todavía puede solicitarse. Anunciar en la escalinata de Moncloa y con la presencia del presidente del Gobierno un plan que es más una actualización de una medida ya existente, se mire como se mire, es electoralista.

Otra de las acusaciones es al Gobierno es que las ayudas ahora anunciadas encarecerán la vivienda, pero si llevamos más de dos años con ayudas similares en vigor, que han afectado a 40.000 alquileres, y no se ha encarecido su precio por este motivo, no creo que haya que pensar que este fenómeno se vaya a dar ahora con seguridad. Todo es posible en este complejo mercado, pero es ahora cuando el hecho de que sea libre debe notarse. Si hay listos que encarecen sus alquileres 200 euros para falsear esta medida de ayuda del Gobierno, otros debieran abaratar algo los suyos, buscar clientes y seguir ganando dinero. Además, todavía hay mucha vivienda vacía en España que no está en el mercado, ni de venta ni de alquiler y es una buena oportunidad para que entre en él. Pero esto sólo se verá con el tiempo.

Todo esto no quiere decir que la medida no sea buena. De hecho, como decía al principio, todo paso que se dé en este campo me parece muy positivo. Yo, por ejemplo, podría acogerme a estas medidas. Y con el sueldo que ganaba en mi ex empresa (afortunadamente, y por muchas razones, ex empresa), la ayuda me habría venido de fábula. Es más, diría que esos 210 euros podrían haber sido decisivos para dar el paso de salir de casa, si es que el alquiler fuera una de mis opciones (que en realidad no lo es, prefiero meterme en la compra a pesar de que me garantice una hipoteca casi de por vida).

Pero es precisamente ahí donde veo el problema, en la cantidad fija de euros con la que se va a ayudar. Sobra decir que no cuesta lo mismo un alquiler en todas partes. La media del alquiler en España es de 730 euros, pero en Madrid, por ejemplo, asciende a los 1.138. La ayuda, por tanto, es más efectiva en determinadas zonas de España. Habrá que esperar para conocer los datos de este plan. Y, como ya he dicho que algo electoralista sí me parece el anuncio, estoy seguro que tendremos esos datos antes de las elecciones generales de marzo...

lunes, septiembre 17, 2007

Qué grande es el deporte

Qué grande es el deporte. Sí, ayer España perdió la final del Eurobasket. En casa. Cuando todo el mundo pensaba que era la favorita y casi la campeona indiscutible. Y sigo pensando que el deporte es grande, no creáis que me voy a derrumbar por un punto de diferencia, por una medalla de oro menos o por lo que digan los demás. Porque hoy ese catastrofismo español tan característico habla de que si somos muy malos, que si nos ha pasado lo de siempre, que vaya desastre ese Gasol que falla la última canasta, que si en realidad nuestros jugadores no son campeones...

En fin, lo de siempre. Cómo nos gusta hacer leña del árbol caído. Ahora las encuestas son sobre si este equipo va a poder ganar de nuevo alguna competición, sobre si se ha acabado un ciclo y todas esas tonterías, cuando si llega a entrar la canasta de Gasol se preguntaría por los puntos de diferencia con los que vamos a ganar el oro olímpico del próximo año.

Anda que no me he visto veces en la misma posición que ayer Gasol, tirado en el suelo y lamentando una derrota. Mi pasión es el fútbol y mi Real Sociedad. Ya he visto a ese equipo perder una Liga y bajar a Segunda División. He visto a la selección española de fútbol perder tantas cosas que esto no es nuevo. De hecho, recuerdo exactamente cada lugar en el que me quedé petrificado tras cada eliminación en un Mundial o en una Eurocopa en la casa del amigo en el que solemos ver estos acontecimientos. Ay, la memoria deportiva... Pero lo mejor del deporte es que suele haber segundas oportunidades, días que harán más llevaderos los malos recuerdos.

Ahora surge todo esto por ese pequeño momento en que el tiro de Pau se sale. Estaba dentro, pero se salió. Sin tiempo para nada más. Ahí entró en juego el factor suerte que tanto influye en el mundo del deporte, nos guste o no. Con Grecia tuvimos esa suerte. Con Rusia no. Hoy esta selección campeona del mundo y subcampeona de Europa se lleva algunos palos, mientras que los elogios se los lleva la selección española de voleibol, que, paradojas de la vida, se proclamó ayer mismo campeona de Europa ganándole a Rusia en su casa. Nadie ha visto un solo partido de ese torneo, pero hoy ellos son los héroes.

No sé mucho de baloncesto, la verdad. No puedo explicar si los 14 puntos, otros tantos rebotes y un par de gorros que puso Gasol fueron o no más determinantes que los ocho tiros libres que falló. No tengo idea de si Pepu se equivocó al sentar a Felipe Reyes o de si Navarro se escondió en el partido. Pero sí sé que me encanta el deporte, y que me engancho con mucha facilidad cuando la gesta es grande. Y me engancho más todavía si la situación es desesperada, si los poderesos están delante, si se encuentran muchas piedras en el camino.

Por eso no me queda más remedio hoy, cuando todo el mundo piensa en las críticas, que estar con toda la selección y especialmente con Pau. ¿Y sabéis por qué? Porque sólo puede fallar el que tira. Coger un balón a falta de dos segundos y jugarte una canasta que puede condenarte a escuchar tantas críticas injustas tiene un valor inmenso. Si la gente prefiere no valorar lo que ha conseguido la selección española en este torneo y en los anteriores, si prefiere vestirse con una coraza de catastrofismo de cara a los Juegos Olímpicos del próximo año, allá ellos. Esto es deporte, y es muy grande.

Me pasa lo mismo con Fernando Alonso. Después del asqueroso tema del espionaje, hoy está de moda publicar que si es antipático, que si es un tramposo, que si es un chivato, que si es un traidor... Pues vale. Que cada cual piense lo que quiera. Yo no conozco lo que hay detrás de todo lo que se publica, y lamento que se publiquen tantas cosas sin saber nada o dando por sentada una versión que tiene desmentidos. Lo único que sé es que en la pista Alonso me encanta. La forma en que recupera la posición ante Hamilton después de la salida me levantó de mi asiento. Entonces me levanté, pero acabé el domingo por la noche sentado en el suelo y con la mirada perdida en la tele. Qué grande es el deporte.

miércoles, septiembre 12, 2007

Vuelve el debate, vuelve '59 segundos'

Después de un aburrido verano político, vuelve por fin el debate de Televisión Española, 59 segundos, que afortunadamente seguirá presentando Ana Pastor (me encantó en su primera temporada y me capturó para siempre después de la entrevista que le hice). Y la primera novedad es que ya se puede decir con total propiedad que es el debate de Televisión Española, puesto que pasa a ser un programa de producción propia del ente público (la pasada temporada era Globomedia la productora). Sí, es valiente que TVE apueste por un programa como éste, pero más valiente aún es hacerse cargo de él como ha hecho ahora (incluso con versión en catalán que presenta los martes María Casado). Adelante y suerte con ello.

La gente quiere ver debates. 59 abrió la veda. Telemadrid siguió a TVE (pero colocando su debate en prime time) y ahora hasta Antena 3 va a presentar un programa de debate llamado 360º y presentado por Roberto Arce. Habrá que ver éste último, pero a día de hoy la apuesta más plural es la que ofrece la televisión pública estatal y por eso tiene asegurada mi fidelidad. La pluralidad no sólo se ve en la elección de los periodistas, sino también en los temas a tratar. Hoy mismo se va a debatir sobre la asignatura de Educación para la Ciudadanía con la presencia del filósofo y escritor José Antonio Marina y del vicepresidente del Foro Español de la Familia, Benigno Blanco. Por si a alguien se le ocurre pensar que este debate pueda ser partidista, no creo que éste diga muchas cosas a favor del Gobierno, ¿verdad...? Ahí está el valor de 59 segundos.

Esta noche volveremos a padecer el infame horario al que se vio relegado este magnífico programa la temporada pasada (medianoche; esperemos que sea sólo porque hay partido a las 22.00 horas de las selección española de fútbol y que a partir de la próxima semana lo podamos ver a horas menos intempestivas), pero aún así estaré delante de la pantalla. Porque aunque temo volver a oír a Isabel San Sebastián y Margarita Sáenz-Díez, también tengo mono de escuchar a José María Calleja, tengo ganas de disfrutar con la elocuencia de Fernando Ónega, quiero descubrir qué tienen que decirnos después del verano Ernesto Ekaizer y Melchor Miralles, y quiero ver qué nos tiene preparado Ana Pastor para lidiar con estos toros.

Suerte, Ana. Y que las audiencias te acompañen...

martes, septiembre 11, 2007

La foto que nunca podré sacar

Me encanta sacar fotos como ésta. Los picados me fascinan. Si encuentro un edificio alto, esa es la foto que saco. Y me gusta mucho el detalle de ver un pájaro destacando en la silueta de estos dos edificios. Sí, la verdad es que esta foto me encanta y estoy seguro de que yo podría haber sido su autor. En otras circunstancias yo ya tendría, ahora o en el futuro, una foto de mi propia cosecha muy parecida a esta.
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Pero no la tengo. Ni la tendré nunca, al menos no una foto hecha por mí. Primero y fundamental, porque nunca he estado en Nueva York. Sigue siendo mi sueño, ir a la Ciudad con mayúsculas, a la capital del mundo, a Wall Street, a la Quinta Avenida, a Liberty Island... A tantos y tantos sitios con los que he soñado una y otra vez. Algún día, seguro que más pronto que tarde, visitaré esta ciudad.
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Pero si por algo no podré sacar nunca esta foto es porque hace seis años el fanatismo estalló en una de las jornadas más tristes que recuerdo. Esto fue lo que sucedió.
Y entonces, como ahora, me quedé sin palabras. No hay nada que yo pueda decir para expresar el torrente de sensaciones que viví cuando vi en directo al segundo avión estrellarse contra las Torres. Cuando vi caer la primera como si fuera un castillo de naipes. Cuando no me podía creer que la segunda también se derrumbara y me aferré durante un segundo a que fuera una imagen grabada de la primera. Cuando iba subiendo el número de muertos y desaparecidos. Cuando no era capaz de apagar la televisión e irme a dormir porque necesitaba seguir teniendo una pequeña ventana abierta con Nueva York.
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Aquel día, la solidaridad fue mayor que la ira, en todo el mundo, a todos los niveles. En los seis años que han pasado, aquella lección no sirvió para nada. Hoy la ira es mayor que la solidaridad y el entendimiento. A quienes perpetraron aquella monstruosidad habría que preguntarles si hoy están mejor que hace seis años. A quienes ofrecieron una respuesta bélica a esta masacre, habría que preguntarles lo mismo. Y la respuesta es sencilla: NO.
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Ni la violencia ni la guerra sirven para nada. Fácil de decir, me imagino, pero las consecuencias están aquí. El terrorismo golpeó después Madrid y Londres, y lo sigue intentando en muchos otros sitios, el último Alemania. La guerra sigue devastando países y no hay un Irak más seguro, el que nos prometieron desde el poder en el mayor error de cálculo militar de la historia moderna, como espero que lo reflejen los libros de historia. Nada de todo esto ha servido absolutamente para nada. Aunque bien pensando, sí ha servido. Ha servido para que mueran tantos miles de personas que ya nadie se molesta en llevar la cuenta.

sábado, septiembre 08, 2007

El cotilleo se apodera de la política

Cada vez me aburren más los políticos. Hemos llegado a un punto en el que la política no importa. Sólo el tiempo que aparecen en televisión. Sólo sus cuestiones personales. ¿Los problemas de los ciudadanos? Ninguna importancia para estos señores que tanto cobran del erario público.

En los últimos días me he encontrado con que la selección española de baloncesto es el mejor reclamo posible para estos políticos. Mariano Rajoy (que también sigue con cobertura mediática la Vuelta a España de ciclismo o los fichajes del Real Madrid, temas sin duda de vital importancia en la vida diaria del país) escribe columnas de opinión en el Marca (sin duda el periódico que más caso hace al líder de la oposición) para ensalzar las virtudes deportivas de los españoles. El ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, se monta un acto para entregarles sus DNIs electrónicos a Gasol y compañía. Y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, se acerca a un entrenamiento no sé muy bien para qué.

Y toda la prensa detrás de ellos, como si cualquiera de estas noticias tuviera la más mínima relevancia... Casi tanta como las aburridas, insulsas y nada informativas reuniones de las ejecutivas que PSOE y PP celebran todos los lunes. ¿Os habéis dado cuenta de que todos los telediarios caen en el error de poner un corte todos los lunes con una burrada de Acebes y la respuesta de Blanco? ¿Y os habéis dado cuenta de que son burradas atemporales, frases que se podrían haber dicho hace seis meses o un año? Valor informativo, nulo, pero se les hace caso. Y así oímos frase hueca tras frase hueca, sin análisis, sin reflexión. Sólo la frase hueca.

Si todos estos cotilleos no son suficientes, tenemos muchos más. Porque ya sabemos que el tiempo que dedican estos privilegiados seres a arreglar lo que preocupa a los españoles es nulo. En el PP, por ejemplo, el debate de moda es sobre el candidato y las listas para las próximas elecciones generales. Que si se duda de Rajoy, que si no se duda de Rajoy, que si quiero que me nombren candidato ya, que si Gallardón quiere ir de número dos, que si Rato va o no va en las listas, que si Fraga pide una reunión... ¿Al españolito de a pie le interesa aunque sea en lo más mínimo alguna de estas cosas? Mucho me temo que no...

Pero en el PSOE estamos más o menos igual. La última noticia es que un asesor de Rubalcaba se ha puesto a hablar de la conveniencia de que los socialistas e IU vayan en listas conjuntas en las próximas elecciones porque así le arrebatarían cinco escaños al PP. ¡Que no estamos en campaña todavía! ¡Que es insoportable tener una precampaña que dure dos años¡ ¿Cómo le va a interesar la política a los jóvenes? ¡Si es que esto no es política! Esto no es más que cotilleo, y del barato además, del interesado, porque cada información que vemos o leemos es una versión interesada de alguien. Pero los medios siguen tragando...

Nuestros políticos no hablan de economía, no hablan de vivienda (y luego ponen a parir a la Junta de Andalucía por querer estudiar una legislación sobre el derecho de acceso a una vivienda; ya sé que hoy es imposible, pero al menos habrá que intentarlo...), no hablan de empleo, no hablan de inmigración, no hablan de sanidad... Les interesa más su silla, su lista, su partido, su selección de baloncesto... Qué bajo es el nivel de los políticos españoles, de verdad...

miércoles, septiembre 05, 2007

Uno de los rincones más bonitos de San Sebastián cumple años

Hace ya nada menos que 30 años que se instaló en San Sebastián El Peine del Viento, la obra realizada por Eduardo Chillida (para quien no lo sepa, un detalle futbolístico: Chillida llegó a ser portero de la Real Sociedad pero una lesión de rodilla truncó su carrera deportiva y le volcó en la escultura). Quien me conoce sabe que este pequeño rincón de Donosti es uno de los lugares que no puedo dejar de visitar cuando voy para allá. Puedo pasarme largos ratos allí sentado, escuchando las olas, comprobando cómo los turistas no dejan de hacerse fotos o de pasar por allí para comprobar la belleza de esta maravilla, viendo que los mismos donostiarras saben que este lugar es una joya y acuden a él de paseo con la familia, a diario o en fin de semana.

Aunque mucha gente lo llama de otra forma equivocadamente, el nombre oficial del conjunto es El Peine del Viento. Según recordaba estos días en alguna entrevista el hijo del escultor y director del Museo Chillida-Leku, Luis Chillida, el nombre viene porque el artista "quería que el viento del noroeste, el que viene de Galicia, entrara peinando la ciudad". La conmemoración del 30 aniversario servirá también, por curioso que resulte, para inaugurar el monumento, ya que en 1977 no se realizó acto alguno. Toda obra artística genera polémica durante sus primeros pasos, y en aquella época no todo el mundo entendió la importancia del Peine.

Este jueves se abren los actos de conmemoración con un concierto que ofrecerán Txetxo Bengoetxea, Mikel Erentxun, Amaia Montero y Alex Ubago, y en el que sonará una canción que Diego Vasallo (ex Duncan Dhu) ha compuesto en homenaje al Peine. Hasta el día 16, que es el día que se hará la celebración oficial, habrá conferencias, talleres para niños y otras actividades de homenaje (de entre las que destaco la labor de 30 establecimientos de crear un pintxo inspirándose en este motivo). No se sabe con certeza la fecha de apertura al público de la escultura allá por 1977, pero se sabe que el día 3 de septiembre se colocó la última pieza sobre la roca y se calcula que en torno al 16 se habrían terminado de retirar los raíles con los que se instaló.

Luis Chillida dice que el Peine era el lugar favorito de su padre. No sólo de Eduardo Chillida, también es el mío. Feliz aniversario.

No sé ya cuántas veces habré estado en San Sebastián y junto al Peine. Pero nunca había podido fotografiar la escultura sin que hubiera alguna persona en el encuadre. En mi última visita, hace apenas diez días, por fin lo conseguí. La foto que acompaña a esta entrada es esa imagen que tanto me ha costado captar.

lunes, septiembre 03, 2007

Cuando la estupidez quiere ponerse por encima de la humanidad

Después de la durísima muerte del jugador del Sevilla Antonio Puerta, estaba cantado que íbamos a vivir un fin de semana lleno de gestos emotivos, de dedicatorias al compañero que falta. Una de las más lógicas la protagonizó Sergio Ramos, ahora en el Real Madrid pero que compartió con Puerta vestuario, tanto en el Sevilla B como en el primer equipo entre 2002 y 2005. "Puerta, hermano, no te olvidaremos", decía la camiseta que enseñó después de dar un pase de gol a Van Nistelrooy, rodeado por todos sus compañeros. A falta de un gol propio que dedicar, aprovechó, como era lógico, la menor ocasión para mostrar su camiseta.

Un gesto bonito, ¿verdad? Pues la estupidez de un tipo que se pasea por los campos prentendiendo ser el protagonista de todo lo emborronó. Llegó Medina Cantalejo, el árbitro de la foto de la izquierda, y le sacó tarjeta amarilla a Ramos por quitarse la camiseta y enseñar otra con un lema. Indignante, sencillamente indignante.
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¿Cómo se puede demostrar un instante tan pequeño tanta estupidez, incompetencia e insensibilidad? Un gesto humano encontró una respuesta inhumana. ¿Cómo puede un árbitro sacar una tarjeta amarilla por una dedicatoria como ésta? No salía de mi asombro viendo el partido en directo, no salgo todavía de mi asombro viendo las fotografías y los resúmenes. No puede ser, no puede caber tanta incompetencia, tanta estupidez que quiera ponerse por encima de un gesto bonito y necesario...
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Pero sí, es verdad. Sucedió tal y como lo he contado. Medina Cantalejo, por lo visto, se ha amparado en el reglamento, un reglamento que todos los árbitros se empeñan en tergiversar cada fin de semana. Joseph Blatter, presidente nada menos que de la FIFA, dijo hace tiempo que los árbitros se equivocan claramente en la interpretación de esta norma, pensada para evitar camisetas con mensajes de tipo político o que inciten al enfrentamiento, al igual que para no permitir que un jugador pretenda disputar un partido sin su equipación completa.
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Lo demás son ganas de salir en televisión. Pero no pasa nada, porque en lugar de recibir una reprimenda pública por parte de todos los organismos que rigen el fútbol español y mundial, lo más probable es que Medina Cantalejo pite un partido en la primera jornada de la Champions, vaya de nuevo a un competición de selecciones (como el último Mundial, al que no tuvo reparos en ir después de que se echara a su compañero Mejuto González porque uno de sus asistentes no pasó las pruebas físicas; eso es solidaridad, Medina, sí señor) y, como premio final, lo mismo pita la final de la Copa del Rey. Y ganando una millonada (además de sus empleos, porque quieren ser profesionales sólo para lo que les interesa) que sigo pensando que este colectivo no se gana en el campo.
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Por cierto, que yo haya visto, ningún árbitro se sumó a los homenajes a Puerta, ninguna camiseta, ninguna pancarta, nada de nada. Sólo hicieron en estos homenajes lo único que saben hacer, tocar el silbato para iniciar y poner fin a los minutos de silencio. Qué oportunidad han perdido para mostrarse algo más humanos y cercanos al espectáculo del fútbol. Mientras no piensen de verdad en los jugadores y en los aficionados, y también mientras sigan cometiendo errores subsanables que cambian los resultados de los partidos (este fin de semana, unos cuantos partidos en Primera y Segunda se han visto alterados por sus ¿apreciaciones?, ¿decisiones?, ¿apuestas?, ¿compensaciones?) para mí seguirán siendo enemigos de este deporte.

domingo, septiembre 02, 2007

Imaginación

A veces la imagen más sencilla, es la más sugerente. No importa cuánto te haya maravillado tu destino, puede que te la encuentres en el viaje de regreso. Te preguntas qué hay detrás de esa estampa, quién la ha puesto ahí para que tu cámara la refleje. No sabes si tiene algún significado, pero sabes que la imagen te ha cautivado.

Y es que la imaginación es el aliado más poderoso que nos acompaña en la vida. Tanto da que la dispare una nube, un paisaje, una palabra, una mirada o una sonrisa. No perdáis nunca la imaginación.
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(Nota: Foto realizada por mí mismo, de ninguna forma sacada de Internet, el pasado lunes, volviendo desde San Sebastián, desde el tren.)

sábado, septiembre 01, 2007

¿Y dónde está el apoyo de Rajoy...?

El presidente del PP, Mariano Rajoy, se ha cansado de decir que "apoyará al Gobierno siempre que su objetivo sea la derrota de ETA". Utiliza esa frase hecha cada vez que tiene ocasión, en cada mitin, en cada reunión con José Luis Rodríguez Zapatero, en cada entrevista... Pues bien, ¿dónde está ese apoyo? Ya basta de decir palabras bonitas pero vacías con el afán insaciable de conseguir votos y poder.

La pasada madrugada, la Policía francesa ha detenido a cuatro presuntos etarras, que hay que sumar a la decena de terroristas (entre ellos alguno de los más buscados, como Aritz Arginzoniz Zubiarre, o el responsable de logística de la banda, Juan Cruz Maiza Artola) que han caido en manos de las fuerzas policiales desde que ETA decretó oficialmente el fin de la tregua. Y a eso hay que añadir los tres o cuatro atentados que se han conseguido frustrar. Algo se estará haciendo bien, digo yo...

Pero al presidente del PP (líder de la oposición y supuesto aspirante a dirigir el Gobierno de España, que también hay que recordarlo) sólo se le ha escuchado una reacción a detenciones de etarras. Fue el pasado 12 de julio, cuando dijo que "es milagroso que, en medio de esta confusión, la Guardia Civil y la Policía Nacional conserven su capacidad operativa". Si eso es apoyo...