jueves, diciembre 27, 2007

Cuestión de educación

No, no voy a disertar sobre el famoso informe PISA y sobre lo negro que está el panorama educativo en España, no. No voy a ofrecer soluciones porque no las tengo y porque no me parece que sea un asunto sobre el que se pueda frivolizar o hablar a la ligera. Cuando alguien competente quiera detenerse de verdad en los problemas del sistema educativo, entonces podremos evaluarlos y tratar de solucionarlos. Pero como nadie parece tener un verdadero interés, seguirá siendo un tema estancado sobre cuyo debate de fondo no creo que pueda aportar nada serio ni útil.

Pero leyendo El Semanal, suplemente dominical del Grupo Correo, leo un interesante artículo, escrito por Carlos Manuel Sánchez, sobre la educación en Finlandia, modélica según ese mismo informe PISA y encuentro multitud de puntos de contraste entre aquel país y el nuestro. Pequeñas cuestiones que me parecen tan chocantes como imposibles de establecer en España. Cuestiones que me provocan envidia, sí, porque no tienen nada que ver con lo que yo viví.

Leo que "en Finlandia, si una escuela hace puente (los centros tiene autonomía para tomar esas decisiones), antes obliga a sus alumnos a salir algo más tarde cada día hasta completar las clases que se hubieran perdido". En España hay un ansia inaudita por coger días de fiesta, puentes, Semana Santa, semana blanca, festivos y días de pellas, claro... Por eso nunca llegué a pasar de la Guerra Civil cuando estudiaba, porque era imposible acabar un programa.

Leo que "en la entrada (de la escuela) no se ve a decenas de estudiantes apurando el primer pitillo de la mañana, como en los institutos españoles". A mí siempre me asombró que mis compañeros de clase fueran ya fumadores habituales a los 15 años (por no hablar del alcohol, claro). Entrar en los baños era salir oliendo a tabaco, pero parece que a todo el mundo que podía hacer algo le daba igual.

Leo que "no hay garabatos en los pupitres ni en los aseos. Todo parece recién estrenado". Igualito que en España, donde una mesa limpia es casi un aliciente para ensuciarla con cualquier signo, dibujo o mensaje sin ningún tipo de relevancia vital o social. En la universidad recuerdo que llegué a encontrar parte de la respuesta a una pregunta de un examen escrita en la mesa. Mi agradecimiento a aquel estudiante anónimo...

Leo que "el 97 por ciento de los centros finlandeses es público, a diferencia de España, donde el 35 por ciento son privados. Por supuesto, es gratuita. Pero el equipamiento es el de un colegio caro en nuestro país". Yo no olí un ordenador más que en un par de clases en la universidad. ¡Y lo compartimos cinco personas! En mis tiempos de instituto, acceder al aula de audiovisuales y ver una película o un documental, era un lujo impagable.

Leo que "los universitarios sólo han de pagar los libros y la comida (2,50 euros en la cafetería de la facultad", y recuerdo que mi bienvenida al mundo universitario fue ¡comprar! el famoso sobre con los papeles de la matrícula. En el ya lejanísimo año 1996, ese sobre costaba mil pesetas. Hoy no quiero ni pensar cuánto se cobra por él...

Leo que "en Finlandia, por ley, no puede haber más de 24 estudiantes por aula". Y alucino, claro, porque creo que sólo en COU encontré ese número, y fue porque acabé en la clase de letras puras. Ya sabéis, donde acaban todos los que no quieren seguir estudiando pero por uno u otro motivo no pueden dejarlo y algunos que sí queríamos seguir estudiando.

Leo que en aquel país "ser maestro es una profesión de prestigio a la que sólo aspiran los mejores. Y no basta con ser muy bueno en tu materia. Debes destacar también a la hora de saber transmitir tus conocimientos". Aquí sí que alucino. Cuánto profesor hay por aquí que o bien no sabe de lo que habla o bien no sabe cómo dar clase. Pero da igual. El puesto lo tiene asegurado sin importar cuántos alumnos se queden por el camino (como me pasó a mí en el mundo de las matemáticas o de la física por sendas profesoras que se cruzaron en mi camino en el instituto).

Leo que "los deberes son sagrados. Y está muy mal visto que alguien copie, incluso por los propios alumnos. Que alguien saque una chuleta es impensable". ¿De verdad es necesario hacer algún comentario sobre este punto...? Lo haré de todos modos para confesar que yo jamás copié hasta que llegué a la universidad. Por muy triste que parezca, algunos profesores me demostraron que era la única forma en la que querían que se aprobara su asignatura.

Leo que, además de las materias clásicas y de dar mucha importancia a los idiomas, "hay clases distendidas, como baile de salón, teatro, arte digital, peluquería, artes marciales, hockey sobre hielo, esquí de travesía, ¡cocina!". Lo más distendido que encontré en mi paso por el Instituto fue Educación Física, que me provocó el segundo día de clase una luxación en la rodilla que me tuvo mes y medio escayolado y otro tanto de rehabilitación. Ah, y una asignatura optativa de Periodismo que sólo pude dar el primer año porque el segundo se suprimió. Nos habíamos apuntado dos alumnos.

Y, sobre todo, leo que "se estimula el razonamiento crítico antes que la memorización (...). Se estimula el pensamiento crítico, se invita a debatir". Igualito que en España, sí... Hago memoria y en la inmensa mayoría de las asignaturas que he cursado en mi vida sólo valía una cosa: saberse de memoria lo que ponía el libro o los apuntes. No importaba que no lo entendieras, que no supieras defenderlo, que se te olvidara a los cinco minutos. Si estaba en la hoja del examen, eras un buen estudiante.

Dramático, sencillamente dramático.

4 comentarios:

C.C.Buxter dijo...

Ah, pero es que tú lees mucho... ¡el típico truco de los comunistas!

PD: ¿Por qué lo llaman "educación física" cuando quieren decir "los niños jugad a futbol y las niñas a baloncesto"?

Camilo dijo...

Yo también leí el reportaje y lo que más me llamó la atención fue lo de que en muchas aulas los alumnos se descalzaban para dar clase. Todo lo de los rayajos en las mesas, los cigarros, los deberes, el respeto al profesor... Es más consecuencia que causa. Aquí mientras la gente no se lave los pies (...) lo demás es utopía.

Asterion dijo...

Ya sabía que la educación en Finlandia era buena, pero esto me ha dejado helado. Pensar en tener algo así es imposible. La educación está vinculada a todo en la sociedad, y mientras sigamos teniendo una sociedad como esta...

Arual dijo...

Interesantísimo análisis del artículo, a ver vamos por partes como diría el Destripador:

1. El último curso de Económicas en la facultad no tuve clase ni un puñetero jueves ni un viernes de abril, entre las fiestas nacionales, las autonómicas y las propias de la facultada mi profesor de Derecho Mercantil casi se suicida por el retraso en el material que eso implicaba ya que él sólo nos daba clase esos dos días.

2. Tabaco e instituto, instituto y tabaco, iban indiscutiblemente unidos en nuestra época, me temo que ahora no sólo se fuma eso en las puertas de los institutos españoles.

3. Los dibujos en las mesas no son otra cosa que una respuesta a la creatividad de nuestra cultura mediterránea, no crees? Jeje!

4. ¿Un ordenador por alumno? Válgame Dios, yo tuve acceso a mi primer PC el día en que mis generosos padres me compraron uno, oí en la facultad rumores que había una sala repleta de ellos cuando estudiaba, jamás la encontré ni la vi, era como la Atlántida de Económicas.

5. En el 94 cuando empecé la facultad el menú costaba ya 500 ptas. o sea lo mismo que ahora en Finlandia, no quiero saber cuanto pagan ahora los estudiantes por ese mismo menú.

6. Jeje! Lo de los alumnos por aula tiene su guasa y todo, en mi caso el primer año de carrera éramos 150 estudiantes en una clase, menos mal que la criba de los suspensos hizo que al año siguiente fuéramos la mitad, la otra mitad dejaron los estudios por falta de motivación.

7. Mi profe de Ciencias Sociales de 7º de EGB siempre me lo dijo muy claro: "El sueldo me cae cada final de mes hagas lo que tú hagas". Qué majete eh! Sobre todo sinceridad! Que descanse en paz el pobre que ya se ha muerto.

8.Aisss la de mentiras que he visto contar por no traer los deberes al colegio a mis compañeros de clase, una vez una dijo que no había podido hacerlos porque su abuela se había muerto, la pobre se murió varias veces el mismo curso.

9.Voy a pasar de comentar nada acerca de la Educación Física o lo que para mí era horas de tortura física semanales...

10.Puedo decir que tuve la inmensa suerte de encontrar algún buen profesor que me hizo aprender a razonar y a pensar, antes que a memorizar, sobr todo dos: el de Historia de 3º BUP y el de Matemáticas de 1º de Económicas. Este segundo es un tipo tan fascinante que en lo posterior ha recibido reconocimiento en uno de los campos que más le apasionaban, el medioambiente (http://www.unizar.es/premio_goldman/index.htm).

Perdón por el rollete Juan.
Saludos!